Orkopata: vanguardia en las alturas

No todas las vanguardias del siglo XX fueron europeas: sobre el grupo Orkopata, «indigenismo de vanguardia» en los Andes de la década de 1920, escribe Gian P. Codarlupo.

Boletín Titikaka, agosto de 1927.
Boletín Titikaka, agosto de 1927.gentileza

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Cuando se habla de movimientos vanguardistas en la literatura y el arte en el siglo XX, lo primero que nos viene a la cabeza es Rusia, Europa, el dadaísmo y los «ismos» que surgieron en aquellos años. Sin embargo, nuestra mirada no suele fijarse en lo que hicieron a escala latinoamericana los autores y autoras que tomaron conciencia política de su lugar en la historia y desde esa afirmación crearon literatura.

Recientemente, en el sur del Perú mataron a civiles desarmados por órdenes del gobierno de Dina Boluarte; estados de emergencia, policía militarizada, esa violencia normalizada en nuestro continente. La historia de estos pueblos ha sido de constante insurrección; valdría mencionar la Revolución de Huancané y tantos otros levantamientos indígenas en el Perú de los años veinte. En julio de 2023 se realizó la tercera toma de Lima. Este movimiento no es casualidad; tiene bases históricas. La historia se repite.

Es lo mismo que les tocó vivir a los miembros del grupo literario Orkopata, que tuvo en Arturo Peralta (seudónimo de Gamaliel Churata) su principal difusor y agitador.

En español, orkopata significa «encima del cerro». El movimiento no se limitó al sur del Perú: tuvo conexión con Bolivia y fue la primera vez que el movimiento intelectual venía de las periferias. Es decir, hablamos de una repercusión cultural andina. Lo que se denomina «canon» suele estar formado por gente capitalina o inmigrantes que viven en las capitales, ya que son norma el centralismo, el cosmopolitismo y el racismo, como bien ha señalado el crítico literario Juan Zevallos Aguilar.

El contexto histórico del grupo Orkopata está signado por el gobierno de Augusto B. Leguía (1919-1930) y leyes que defenestraban la dignidad de los ciudadanos, como la Ley de Circunscripción vial de 1921, que exigía a la población indígena trabajar en la construcción de carreteras del Perú, sin ningún tipo de salario. A nivel cultural y educativo, encontramos una efervescencia nacional; aparecen en Puno personajes como Emilio Vázquez, con su propuesta de educación rural; José Antonio Encinas, con su proyecto de Escuela Nueva en el Perú; o la «ortografía indoamericana» de Francisco Chuqiwanka Ayulo. A nivel sociopolítico, por un lado aparecía la figura de Haya de la Torre, con la fundación del APRA, que terminaría entregándose al imperialismo, y aparece una clase media emergente, hay una búsqueda de identidad, de dar sentido a lo que significa ser una nación. Leguía realizó sus planes urbanizadores gracias a los préstamos de Estados Unidos, pero en la práctica el país seguía siendo de los gamonales y hacendados.

El grupo Orkopata tuvo intercambio epistolar con José Carlos Mariátegui, que en ese entonces dirigía la revista Amauta. Es necesario destacar el comentario de Marta Ortiz Canseco en su libro Poesía peruana 1921-1931: vanguardia + indigenismo + tradición: «El sistema universitario heredado estaba completamente anquilosado y el cambio cultural tuvo que venir de las provincias. En la década del veinte se produjeron grandes migraciones a la capital, sobre todo de oleadas de jóvenes de clase media que se incorporaron a la vida universitaria o al periodismo efervescente de la época».

Sin embargo, no todo en esos años era vanguardia a nivel literario; también convivían estéticas profundamente conservadoras vinculadas al modernismo y al romanticismo. Las preguntas que se están tratando de responder en Perú en este momento son las mismas de hace 100 años: ¿Qué es el Perú? ¿Quiénes somos? Durante siglos nos hemos negado a nosotros mismos.

Boletín Titikaka, agosto de 1927.
Boletín Titikaka, agosto de 1927.

El Boletín Titikaka

Desde distintos lugares del país un rechazo del centralismo limeño desembocó en la formación de grupos literarios, periódicos y revistas que hicieron que por primera vez en la historia Lima dejara de ser la protagonista, marcando así bases para la modernización del país.

En Trujillo, por ejemplo, en las primeras décadas del siglo XX aparece el «Grupo Trujillo» o la «Bohemia de Trujillo», donde figuraban un joven César Vallejo y Alcides Spelucín, entre otros. Se publican los periódicos La Reforma, La Libertad, El Norte, dirigido por Antenor Orrego desde 1922. En Arequipa aparecen dos revistas clave: El Aquelarre y Anunciación. También aparecería Chirapu, y entre los escritores a destacar tenemos a Alberto Hidalgo, Antero Peralta, César Atahualpa Rodríguez, entre otros. En Cusco, en 1927 aparece el grupo «Resurgimiento», formado por Uriel García y Roberto Latorre, entre otros intelectuales, como respuesta a las rebeliones indígenas del sur desde 1915.

En este contexto nace el Boletín Titikaka, cuyos antecedentes los podemos hallar en grupos como «Bohemia Andina», que publicaría la revista La Tea entre 1917 y 1919. Muchos de sus integrantes formarían más adelante el grupo de los Orkopata.

La revista fue publicada en Puno entre 1926 y 1930, y la dirección del proyecto estaba a cargo de Gamaliel Churata. A través del Boletín Titikaka se daban a conocer las actividades de la Editorial Titikaka y las ideas de los integrantes del grupo Orkopata. En estas hay un diálogo con lo ancestral, y a la vez la propuesta atraviesa el indianismo y la vanguardia. La posición política de los integrantes de Orkopata era la indianista, que se diferencia del indigenismo en cuanto que la población indígena es el sujeto revolucionario, el generador del cambio. Para José Luis Ayala, en el Boletín Titikaka «concurrieron tres corrientes para configurar esta sorprendente literatura de nuevo contenido y significado histórico. La vanguardia literaria, cuyos orígenes son europeos; la cultura quechua y aimara, como soporte doctrinario-cultural; y el marxismo, que aportó instrumentos de análisis y sirvió de sustento ideológico».

El Boletín Titikaka criticó el centralismo hispano-criollo de Lima, que tenía en José Santos Chocano su principal figura. La razón por la que los doce primeros números fueran dedicados casi íntegramente a la calidad literaria de Ande (poemario de Alejandro Peralta publicado en 1926) era que el propio Churata financiaba la publicación. Entre los colaboradores tenemos a César Vallejo, Salvador Novo, Manuel Maples, Magda Portal, José Carlos Mariátegui, Luis E. Valcárcel, Federico More, Xavier Villaurrutia, Diego Rivera, Pablo de Rokha, Carlos Medinaceli, entre otros. Sin embargo, el Boletín Titikaka no destaca por sus colaboradores sino por su propuesta rupturista, y en 1930 detiene sus actividades debido a la represión del gobierno de Luis Miguel Sánchez Cerro. Sus integrantes partieron al exilio o fueron apresados.

En los últimos años, el Boletín Titikaka viene siendo estudiado en diversas partes del mundo. El Boletín Titikaka es una revista de vanguardia que presenta características amerindias, como, por ejemplo, la «ortografía indoamericana» de Francisco Chuqiwanka Ayulo, que propone escribir como se habla en el sur del Perú, con tres principios fundamentales: «1. Qada letra no rrepresenta mas qe un sonido elemental imbaryable qalqyera que sea la qombinasion qe forme; 2. Qada silaba no tyene mas que una bocal- las silabas de una palabra se quentan por el número de sus bocales; 3. Qada palabra se escribe qomo se pronunsya».

A punto de cumplir un siglo, la vigencia de Orkopata invita a indagar en nuestro pasado para facilitar la comprensión de nuestro presente y, pese a todas las luces que siempre nos cegaron desde Occidente, poder al fin escribir a nuestra manera.

Mariátegui fue uno de los colaboradores de la revista del grupo Orkopata. 
José Carlos Mariátegui en 1929. Retrato de perfil de José Malanca.
Mariátegui fue uno de los colaboradores de la revista del grupo Orkopata. José Carlos Mariátegui en 1929. Retrato de perfil de José Malanca.

Bibliografía

Ayala, J. L. (2021). El Boletín Titikaka y la vanguardia literaria del siglo XX. Tradición (21), 232-239.

Callo Cuno, D. (2004). Boletin Titikaka. Edición facsimilar. Universidad Nacional San Agustín.

De Llano, A. (2007). Boletín Titikaka. Vanguardismo a 3800 metros de altura. CELEHIS-Revista del Centro de Letras Hispanoamericanas (18), 139-151.

De Llano, A. (2016). Tinkuy en el Boletín Titikaka. Zama, 75-83.

Mamani Macedo, M. (2017). Sitio en la tierra. Antología del vanguardismo literario andino. Fondo de Cultura Económica.

Ortiz Canseco, M. (2013). Poesía peruana 1921 - 1931: vanguardia + indigenismo + tradición. Iberoamericana / Vervuert.

Zevallos Aguillar, J. (2006). Culturas de las periferias internas en la región andina. El grupo Orkopata (1926-1930). Intermezzo tropical, 29-36.

*Gian Pierre Codarlupo Alvarado (Paita, 1997) es escritor, periodista, miembro del equipo editorial de la revista cultural chilena Mal de Ojo y de la Editorial Conunhueno, de Valparaíso, y colaborador en El Suplemento Cultural. Ha publicado el libro de poemas Caída de un pájaro en el mar (Universidad Nacional de Piura, 2018). Actualmente, vive en Madrid.

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