La red que sostiene nuestra autonomía

«Hay algo profundamente político en revisar los modelos de trabajo que naturalizamos. La filósofa estadounidense Judith Butler, ampliamente reconocida por sus aportes en ética relacional y teoría de género, plantea que “el yo es sostenido por otros”, cuestionando la noción de un sujeto completamente autónomo».

La filósofa Judith Butler en acción.
La filósofa Judith Butler en acción.

En el relato contemporáneo del trabajo, hay una figura que se ha vuelto cada vez más admirada: la de la persona autónoma, autosuficiente, que se abre camino por fuera de las estructuras formales. El freelancer. La emprendedora. La profesional que «se lanza por su cuenta».

Este relato, construido con buena parte de épica individualista, refuerza la idea de que el mérito personal, el talento y la voluntad bastan para sostener un proyecto laboral viable. Pero en los márgenes de esa narrativa hay elementos que rara vez se nombran: redes afectivas, intercambios generosos, validaciones cruzadas, oportunidades compartidas que no pasan por plataformas ni por algoritmos, sino por vínculos humanos. Todo eso que sostiene el trabajo, sin figurar como parte del trabajo.

Desarrollar verdaderas amistades puede parecer mucho trabajo, pero la alegría de experimentar la vida con un corazón abierto y compartirla con un verdadero amigo vale la pena.
"Pero en los márgenes de esa narrativa hay elementos que rara vez se nombran: redes afectivas, intercambios generosos, validaciones cruzadas, oportunidades compartidas..."

Trabajar por cuenta propia, lejos de ser una práctica estrictamente individual, requiere una red. No una red de contactos en el sentido tradicional –esa que suele confundirse con amiguismo–, sino una red de colaboración genuina, de personas que se apoyan entre sí más allá del rédito inmediato. Y eso mismo es lo que muchas veces cuesta sostener, porque implica una ética del trabajo que no siempre es compatible ni con el culto a la marca personal ni con la lógica de competencia extrema que aún rige en muchos espacios laborales.

Porque, del otro lado, dentro de estructuras formales, también hay obstáculos. Empresas que temen que una persona potencie demasiado su nombre propio, que gane visibilidad, que crezca más allá del organigrama. Como si colaborar o compartir conocimiento fuera sinónimo de deslealtad. Como si el crecimiento individual solo pudiera ser válido si permanece dentro de los límites que impone la estructura.

Hay algo profundamente político en revisar los modelos de trabajo que naturalizamos. La filósofa estadounidense Judith Butler, ampliamente reconocida por sus aportes en ética relacional y teoría de género, plantea que «el yo es sostenido por otros», cuestionando la noción de un sujeto completamente autónomo. Por su parte, Saskia Sassen, socióloga y economista especializada en dinámicas globales y urbanas, sostiene que lo que mantiene unidos los sistemas complejos no siempre es visible ni formalizado. En otras palabras, el soporte no siempre está donde se lo busca: muchas veces opera en las sombras, en lo informal, en lo que no se cuantifica.

La filósofa y activista Judith Butler, XXXIII Premio Internacional Cataluña efe
La filósofa estadounidense Judith Butler

Este tipo de soporte –no institucionalizado, no remunerado, no jerárquico– desafía los parámetros clásicos con los que se mide el valor del trabajo. Porque cuando una persona recomienda, revisa un texto, conecta a otras o acompaña una decisión difícil, está participando de una economía relacional que sostiene mucho más que la productividad: sostiene trayectorias, posibilidades y resiliencia. Es una economía no siempre reconocida, ¡pero absolutamente decisiva!

Frente a contextos cada vez más inciertos, pensar en redes de apoyo no puede seguir siendo una idea asociada a lo informal o a lo complementario. Al contrario: construir entornos colaborativos, donde compartir saberes y visibilizar el trabajo del otro no sea motivo de sospecha sino de crecimiento mutuo, debería ser parte de una agenda cultural más amplia. Una que asuma que trabajar también es convivir, y que el valor de una trayectoria no se mide solo por lo que una persona logra sola, sino por lo que es capaz de construir con otros.

Referencias bibliográficas

Judith Butler, filósofa y teórica estadounidense, desarrolla en su libro Giving an Account of Oneself (2005) una crítica a la idea del sujeto autónomo, proponiendo una ética relacional donde el «yo» se constituye siempre en vínculo con otros.

Saskia Sassen, socióloga y economista nacida en los Países Bajos y radicada en EE. UU., es reconocida por sus estudios sobre globalización, ciudades y exclusión. En su obra Expulsions: Brutality and Complexity in the Global Economy (2014), sostiene que buena parte de lo que estructura los sistemas actuales permanece invisible o no formalizado, desafiando las lógicas tradicionales de valor y soporte.

La socióloga y economista Saskia Sassen
La socióloga y economista Saskia Sassen

*Lía Fleitas Gill es periodista y especialista en comunicación estratégica. Se dedica a la planificación de proyectos de comunicación para organizaciones y empresas, con un enfoque social. Escribe sobre formas de organización innovadoras, educación emocional y modos de interpretar lo cotidiano desde una mirada (más) sensible.

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