Racismo estructural: una historia que no ha terminado

En el Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, este artículo de Marcelo Bogado nos recuerda que el racismo estructural no desapareció con la abolición de la esclavitud y que sigue afectando a millones de personas en todos los aspectos de sus vidas.

Cena en Capilla San Martín. Xilograbado. Fuente: Page, Thomas J.: La Plata, the Argentine Confederation, and Paraguay. New York, Harper & Brothers, 1873 (1º ed.: 1859). Imagoteca Paraguay.
Cena en Capilla San Martín. Xilograbado. Fuente: Page, Thomas J.: La Plata, the Argentine Confederation, and Paraguay. New York, Harper & Brothers, 1873 (1º ed.: 1859). Imagoteca Paraguay.Gentileza

El 18 de agosto de 2025 una jueza de São Gonçalo, municipio de la Región Metropolitana de Río de Janeiro, Brasil, condenó a dos conocidas tiktokers, Nancy Gonçalves Cunha Ferreira y Kerollen Vitória Cunha Ferreira, madre e hija, a una pena ejemplar por el delito de «injuria racial».

El delito ocurrió en 2023, cuando las tiktokers publicaron un video en el que invitaban a una niña y un niño negros de São Gonçalo a participar de un «juego»: podían elegir entre ganar dos reales o un «regalo misterioso». Ambos eligieron regalos, ya que los envoltorios sugerían atractivos juguetes. La niña recibió un mono de peluche y el niño una banana (1).

Ambos fueron abordados por las tiktokers en la vía pública. El niño, mientras vendía caramelos. La niña, cuando estaba yendo a la panadería con su hermana. Durante la filmación, ni la niña ni el niño, en su inocencia, vieron nada de malo en lo que estaba pasando. Tuvieron, sí, diferentes reacciones. La niña apareció en el video visiblemente contenta con el mono de peluche, mientras que el niño se mostró decepcionado con la banana; aunque así y todo se la comió frente a la cámara.

Kerollen Vitória Cunha Ferreira y Nancy Gonçalves Cunha Ferreira
Kerollen Vitória Cunha Ferreira y Nancy Gonçalves Cunha Ferreira

Luego de volverse viral en TikTok, el video fue exhibido en noticieros de la televisión brasileña como un video racista. A partir de esto, los niños fueron reconocidos por compañeros de la escuela, vecinos y parientes y como consecuencia sus familias realizaron contra las tiktokers una denuncia penal por racismo.

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Este video, en el que se burlaban de los niños, fue monetizado. Las tiktokers no solo cometieron un acto racista ante una cámara y lo publicaron en TikTok sino que además lucraron al exponer la reacción inocente de los niños, que no entendían lo que estaba pasando, lo que hacía al video más «simpático».

Según el testimonio de los niños, a raíz de su exposición mediática en el video en el que recibían el mono de peluche y la banana, sus compañeros de escuela y vecinos empezaron a llamarlos «monos» y burlarse de ellos con muecas simiescas. Tristes y humillados, evitaron la compañía de otros niños y comenzaron a asistir al psicólogo.

La jueza que emitió la sentencia calificó el caso de «racismo recreativo», ya que el video fue publicado para recreación de los seguidores de las tiktokers, con los agravantes de haber sido cometido contra niños y por más de una persona. Madre e hija fueron condenadas a pagar 20.000 reales a cada niño y a 12 años de privación de libertad (2).

La jueza que emitió la sentencia calificó el caso de "racismo recreativo"
La jueza que emitió la sentencia calificó el caso de "racismo recreativo"

La sentencia fue considerada justa por la mayoría de los internautas brasileños que comentaron en páginas de internet noticias sobre el tema. Para llegar a esta sensibilidad de la opinión pública brasileña contra el racismo, el país tuvo que recorrer una larga historia. Una historia marcada por 350 años de esclavitud, hasta ser el último país del continente americano en abolir la esclavitud en 1888. Una historia de resistencia de negros que escaparon de la esclavitud para luchar por su libertad en los quilombos y que organizaron rebeliones. Una historia de esclavos que dejaron de ser esclavos pero no tenían dinero, tierras, oportunidades, y que pasaron a poblar las favelas con otros como ellos, millones de negros, medio negros y no tan negros, otros que tuvieron que rebuscarse en el campo trabajos en los que no les querían pagar o tierras no ocupadas para plantar. Una historia de abolicionistas negros y blancos, de hombres y mujeres que creían en la igualdad y que lograron que tardíamente se decretara el fin de la esclavitud. Una historia trágica y dolorosa de unos cinco millones de seres humanos que desangraron el continente africano para ser vendidos y tratados peor que animales, forzados a plantar y recolectar café, a buscar oro en Minas Gerais y a realizar tareas domésticas y de todo tipo. Una historia de seres humanos azotados hasta sangrar o morir si sus dueños lo consideraban necesario para que otros no se atrevieran a desobedecer o escapar.

Esta historia no terminó para los negros de Brasil con el fin de la esclavitud. Continuó y continúa en vidas de privaciones y sufrimientos, de discriminación y desprecio, algunas –pocas– famosas, como la escritora favelada negra Carolina Maria de Jesus (1914 - 1977), conocida por publicar en 1960 su diario en el que narraba su existencia, a mediados del siglo XX, en la desaparecida favela Canindé de São Paulo, donde cada día era una lucha por ganar unos cruzeiros, recogiendo y vendiendo papel, que no alcanzaban para calmar su hambre y la de sus tres hijos.

Carolina Maria de Jesus, 27 de mayo de 1952. Foto: Norberto Esteves / Jornal Última Hora, São Paulo. Archivo Público del Estado de São Paulo.
Carolina Maria de Jesus, 27 de mayo de 1952. Foto: Norberto Esteves / Jornal Última Hora, São Paulo. Archivo Público del Estado de São Paulo.

El 13 de mayo de 1958, a 70 años de la promulgación de la Ley Áurea por la princesa Isabel, que declaraba a los negros de Brasil libres, Carolina Maria de Jesus escribió en su diario, luego de narrar que, sin tener qué comer, había pedido ayuda a una vecina que tampoco tenía nada y recibido finalmente ayuda de otra, con la cual preparó comida para sus hijos a las 9 de la noche: «Y así, el día 13 de mayo de 1958, yo luchaba contra la esclavitud actual: ¡el hambre!» (3).

Un año después de la abolición de la esclavitud en el Brasil, en 1889, se proclamó la República. Que no solo no dio ninguna compensación económica ni de ningún tipo a los negros por haber sido esclavizados ni hizo ningún esfuerzo para integrarlos económica ni socialmente, sino que, apoyándose en el «racismo científico» de la época, impulsó políticas de «blanqueamiento» de la población atrayendo a inmigrantes europeos con facilidades para instalarse en el país, como tierras y subsidios, que no dio a los negros, marginados una vez más, pero ahora con el rótulo de «libres».

Buscando revertir esa marginación, durante las primeras décadas del siglo XX los negros crearon cientos de grupos de diversa índole (clubes, centros cívicos, asociaciones benéficas, etc.) y periódicos de «prensa negra» para luchar contra el prejuicio y la segregación racial.

Abolición de la esclavitud en Brasil, 13 de mayo de 1888.
Abolición de la esclavitud en Brasil, 13 de mayo de 1888.

La dictadura militar (1964 - 1985) buscó desarticular los movimientos negros y esconder bajo la alfombra aquello de lo que no querían que se hablara con el discurso de la democracia racial. No logró acallar las voces de los negros que se organizaron. En ese periodo surgió un movimiento más radical, que buscó fortalecer el poder político de los negros y denunció públicamente el racismo, proponiendo eliminar contenidos racistas de los libros de texto y enseñar el lugar de la esclavitud en la historia del Brasil, además de asociar la desigualdad social con la raza (4).

Gracias a estas luchas, un siglo después de la abolición, en la Constitución de 1988 se pudo cristalizar lo que los brasileños ya estaban dispuestos a admitir: que la desigualdad en el país era un problema estructural, que la distribución de la riqueza se daba de manera desigual, moldeada por la raza y el color, que esto no era moralmente aceptable y que para revertirlo se necesitaban ciertas acciones. Así, en esta constitución se incluyó al racismo como un delito imprescriptible, sujeto a pena privativa de libertad y sin derecho a fianza (5).

Posteriormente, se sancionaron leyes específicas contra el racismo y se implementaron las cuotas raciales en la educación universitaria y los empleos públicos. Estas políticas tuvieron resultados positivos en la inclusión de la población negra, ofreciéndole oportunidades de acceso a espacios antes vetados. Sin embargo, se implementaron con resistencia social e institucional, y a pesar de ellas el racismo continúa siendo una realidad en Brasil.

Joven esclava de Itapúa, Paraguay. Grabado en metal de J. Fasnion a partir de un dibujo de Sauvageot. Fuente: "Fragments d'un voyage au Paraguay", de Alfred Demersay, en Le Tour du Monde (París, Hachette, 1865). Imagoteca Paraguay.
Los afrodescendientes también son parte de la historia paraguaya. Joven esclava de Itapúa, Paraguay. Grabado en metal de J. Fasnion a partir de un dibujo de Sauvageot. Fuente: "Fragments d'un voyage au Paraguay", de Alfred Demersay, en Le Tour du Monde (París, Hachette, 1865). Imagoteca Paraguay.

En el mercado laboral, el racismo estructural en el Brasil afecta las prácticas de contratación, los sueldos y la posibilidad de ascenso. Negros e indígenas tienen más chance de trabajar en sectores informales, con poca protección social y salarios bajos. Dado que, pese a las políticas afirmativas implementadas por el gobierno, la discriminación aún impide la igualdad racial en el ambiente laboral, se requieren más programas de concientización antirracista en este ámbito (6).

Por eso, en el segundo trimestre de 2024, de los 101,8 millones de personas ocupadas en Brasil, 38,6% estaban en el sector informal: 44,1% de los hombres negros, 34,6% de los hombres blancos, 31,9% de las mujeres blancas y 41,0% de las mujeres negras. Esto es, había un 10% más de personas negras (mujeres y hombres) que blancas en el sector informal. En ese mismo periodo, los hombres blancos ganaron en promedio 22,86 reales por hora trabajada; los hombres negros, 13,45; las mujeres blancas, 19,17; y las mujeres negras, 12,13 (7).

Las cifras muestran que este problema en el Brasil excede el racismo recreativo. Su solución no es, lastimosamente, pagar 20.000 reales a dos niños y que dos mujeres pasen 12 años en la cárcel. Actitudes como las de estas tiktokers son parte de una historia que condenó a los africanos a ser llevados en barcos como esclavos al Brasil, que autorizó a los blancos a tratarlos como seres inferiores y que aún no ha terminado.

Esclavos y peones. Grabado en metal. Fuente: The History of Paraguay with notes of Personal Reminscences…, de Charles Washburn (Boston-Nueva York, Lee & Shepard, 1871).
Esclavos y peones. Grabado en metal. Fuente: The History of Paraguay with notes of Personal Reminscences…, de Charles Washburn (Boston-Nueva York, Lee & Shepard, 1871).

Notas

(1) Influenciadoras que deram banana e macaco de pelúcia para crianças negras são condenadas. O Tempo Brasil, 19/08/2025: https://www.otempo.com.br/brasil/2025/8/19/influenciadoras-que-deram-banana-e-macaco-de-pelucia-para-criancas-negras-sao-condenadas

(2) Poder Judiciario do Estado do Rio de Janeiro. Comarca de São Gonçalo. 1ª Vara Criminal da Comarca de São Gonçalo (2025). Sentencia. Processo: 0801388-48.2024.8.19.0004.

(3) Jesus, Carolina Maria de. (2007). Quarto de despejo. São Paulo: Atica, p. 32. [En portugués en el original.]

(4) Domingues, P. (2007). Movimento negro brasileiro: alguns apontamentos históricos. Tempo, 12, 100-122.

(5) French, J. H. (2021). Race, racism, and affirmative action in Brazil and the United States. Latin American Research Review, 56(4), 988-997.

(6) Nascimento, D. et al. (2024). Desigualdade Racial E Discriminação: O Impacto Do Racismo Estrutural Nas Oportunidades De Educação E Trabalho. IOSR Journal of Business and Management (IOSR-JBM), vol. 26, n. 11, pp. 51-59.

(7) Ministério do Trabalho e Emprego (2024). Boletim sobre a Desigualdade Racial no Mercado de Trabalho.

*Marcelo Bogado Pompa es licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional de Asunción, máster en Estudios Latinoamericanos con énfasis en Antropología por la Sorbonne Nouvelle (París 3), investigador, docente y autor de los libros Representaciones y prácticas de salud en dos comunidades mbya guaraní de Caazapá (Kuña Aty, 2012), Antropología Social (Santillana, 2023) y Los antiguos y los nuevos. Pasado y presente del pueblo nivaclé (Tiempo de Historia, 2025).

Marcelo Bogado Pompa
Marcelo Bogado Pompa

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