Crónica anunciada de la siguiente revuelta

Sobre el levantamiento juvenil que tumbó en 24 horas al gobierno de Nepal, la «Generación Z» y las redes sociales.

El uso de las redes sociales para compartir videos ha revolucionado la manera en la que la gente puede hacerse una opinión personal sobre los hechos. En cualquier rincón del planeta basta tener un smartphone y conexión a internet para filmar sucesos y difundirlos a fin de que otros vean en sus pantallas exactamente cómo se desarrollaron y saquen sus propias conclusiones.

Un relato que contradiga lo que filmado no tiene posibilidad de ser creído. Imagen mata relato. El discurso que niegue que pasó lo que se ve en una pantalla o afirme que sucedió de otra manera no tiene chance de contradecir a las imágenes. Esto le da un gran poder a cualquier persona con un smartphone en la mano: el poder de mostrar los hechos, tal cual sucedieron, y anular con esto las tergiversaciones.

Mural con el rostro de George Floyd en Berlín.
Mural con el rostro de George Floyd en Berlín.

Este poder ya está entre nosotros desde hace algunos años. Su fuerza se demostró cuando videos filmados por personas anónimas desmintieron versiones falsas sobre algunos sucesos. Tal fue el caso de los videos que registraron la muerte de dos hombres: la del afroamericano George Floyd en Estados Unidos en 2020 y la del adolescente de origen argelino y marroquí Nahel Merzouk en Francia en 2023.

Ambos fueron muertos por la policía. El primero, asfixiado por un agente que lo inmovilizó y se arrodilló sobre su cuello impidiéndole respirar; el segundo, por un disparo. Estos hechos fueron captados por videos de testigos que contradijeron las primeras versiones oficiales.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

La discrepancia entre los informes presentados a la ciudadanía y los hechos plasmados en videos produjo indignación y protestas en Estados Unidos y Francia. El primer caso originó marchas en todo el país contra la brutalidad policial hacia los afroamericanos; los manifestantes gritaban «I can’t breathe» (no puedo respirar), las últimas palabras de Floyd. Las protestas se expandieron a otros países como expresión de repudio contra el racismo institucionalizado.

Manifestación en protesta por la muerte de Nahel, Nanterre, jueves 29 de junio de 2023 (Foto: Silanoc, vía Wikipedia Commons).
Manifestación en protesta por la muerte de Nahel, Nanterre, jueves 29 de junio de 2023 (Foto: Silanoc, vía Wikipedia Commons).

La muerte del adolescente francés, por su parte, originó en toda Francia manifestaciones, saqueos e incendios producidos por la ira de otros jóvenes que, como el asesinado en la barrera policial, se sentían excluidos y discriminados.

En el levantamiento de Nepal, que se produjo hace pocos días, el poder de las imágenes también estuvo detrás del descontento popular que desembocó en la renuncia del primer ministro y la disolución del Parlamento.

Aquí, los que encendieron el descontento fueron hijos de altos funcionarios del gobierno que se jactaban en videos y fotos en sus redes sociales de celebrar bodas majestuosas, viajar a lugares de ensueño, contar con guardarropas de lujo y estudiar en universidades de élite del primer mundo. Ante tanta ostentación, la pregunta que se hicieron los jóvenes de la Generación Z de Nepal fue: ¿De dónde sacaron tanto dinero para permitirse esos lujos? La respuesta obvia fue que el pueblo, con sus impuestos, estaba financiando a los políticos corruptos que permitían la vida de excesos de sus hijos, los nepokids o nepobabies.

Manifestantes en la azotea del Singha Durbar, el principal edificio administrativo del gobierno de Nepal. Katmandú, 9 de septiembre de 2025
Manifestantes en la azotea del Singha Durbar, el principal edificio administrativo del gobierno de Nepal. Katmandú, 9 de septiembre de 2025

Los jóvenes nepalíes publicaron en sus cuentas de TikTok y Reddit videos en los que, usando las fotos y videos de los propios nepokids, cuestionaron la corrupción de los políticos que financiaba el estilo de vida de sus hijos y manifestaron su indignación ante los privilegios de unos pocos, que contrastaban brutalmente con el nivel de vida de la mayoría de la población.

La respuesta del gobierno a estos videos incómodos fue el bloqueo de 26 plataformas de redes sociales el 4 de septiembre, so pretexto de que no se adecuaban a una normativa recién creada para evitar la propagación de noticias falsas y discursos de odio. Lo cual fue interpretado como censura; como una forma de silenciar las críticas de la corrupción, aumentando la indignación de los jóvenes.

El 8 de septiembre, miles de jóvenes, muchos de ellos estudiantes de uniforme escolar, se dieron cita a las 9 de la mañana en la capital, Katmandú, para marchar hasta el Parlamento. La policía respondió con gases lacrimógenos y chorros de agua para dispersar a la multitud. La situación se intensificó y la policía pasó a usar balas reales, lo que provocó 19 muertos y más de 300 heridos. En respuesta a la masacre, el ministro del Interior renunció y el gobierno levantó la prohibición de las redes sociales.

Fuego y humo se elevan del palacio Singha Durbar, que alberga los edificios gubernamentales y parlamentarios nepalíes, en Katmandú
Fuego y humo se elevan del palacio Singha Durbar, que alberga los edificios gubernamentales y parlamentarios nepalíes, en Katmandú

A pesar de esto, la llama ya estaba encendida y los manifestantes pasaron a usar la violencia, incendiando el 9 de septiembre símbolos del Estado y de la corrupción, como el Parlamento, otros edificios gubernamentales y las residencias de varios líderes políticos, dejando como saldo la muerte de la esposa del anterior primer ministro del país. En medio del caos, varios políticos fueron evacuados en helicópteros para escapar de la multitud enardecida.

El primer ministro, Sharma Oli, bajo la presión del Ejército y de la opinión pública internacional, presentó su renuncia y huyó, custodiado por el Ejército. Las protestas también asaltaron cárceles y liberaron a más de 2000 presos.

El 10 de septiembre, Nepal amaneció bajo el control del Ejército, que impuso un toque de queda a nivel nacional y se desplegó en las calles para restablecer el orden, iniciando un llamado al diálogo.

Un monje budista en la estupa Boudhanath de Katmandú, 13 de septiembre de 2025
Un monje budista en la estupa Boudhanath de Katmandú, 13 de septiembre de 2025

A través de conversaciones entre los representantes de los jóvenes, el presidente y el jefe del Ejército, se nombraron delegados para representar al movimiento. Los cuales propusieron a la ex jueza Sushila Karki como primera ministra de un gobierno interino, a partir de un consenso entre los manifestantes por medio de la plataforma Discord, por considerar que esta mujer, que ya había luchado contra la corrupción, tenía el perfil de gobernante que ellos deseaban para el país. Se llegó a un acuerdo y Karki fue nombrada primera ministra interina. Se disolvió el Parlamento para que el gobierno interino pudiera convocar a nuevas elecciones.

Todo esto sucedió en pocos días, dejando un saldo de 72 muertos durante la revuelta. El nuevo gobierno interino se enfrenta al desafío de restaurar el orden, dar respuesta a las demandas de los manifestantes y preparar las próximas elecciones.

Pero la historia no terminó aquí. Las imágenes de la revuelta de la Generación Z nepalí dieron la vuelta al mundo. Jóvenes de la misma generación en todas las latitudes celebraron la considerada victoria de los jóvenes nepalíes, compartiendo fotos de la quema del Parlamento y de la revuelta, publicando videos semejantes a los de los jóvenes nepalíes denunciando la corrupción de sus países y llamando a través de sus redes sociales a seguir el ejemplo de los jóvenes de Nepal.

La bandera de Nepal ondea a media asta por las 73 personas asesinadas durante las protestas que derrocaron al gobierno. Katmandú, 17 de septiembre de 2025
La bandera de Nepal ondea a media asta por las 73 personas asesinadas durante las protestas que derrocaron al gobierno. Katmandú, 17 de septiembre de 2025

Tomando en cuenta el antecedente de esta y otras revueltas semejantes, si un gobierno no quiere perder el poder, debe escuchar los reclamos que se hacen virales en las redes sociales, tomar nota de los mismos y darles respuesta lo antes posible.

A partir del momento en el que desde los videos se convoque a las calles, dando día y hora para iniciar manifestaciones, es probable que, según el ejemplo de la Generación Z nepalí, estas no terminen hasta que quienes protestan consideren que han logrado sus objetivos. Los gobernantes que no entiendan esto estarán escribiendo las primeras páginas de una crónica anunciada de la siguiente revuelta, cuyo final podría ser para ellos, como les sucedió a los gobernantes de Nepal, tener que dejar el poder.

Aunque no se pueda prever con certeza la evolución de la siguiente revuelta impulsada desde las redes sociales –si durará poco o mucho, si se desconvocará por cansancio o exceso de represión, etc.–, una cosa sí es segura. Aquellos jóvenes de todo el mundo que en estos momentos están mirando la revuelta nepalí como modelo a seguir se declaran, al menos en sus videos, dispuestos a hacer, como los jóvenes nepalíes, lo que haga falta para que termine aquello que los indigna de los gobiernos de sus países. Y puede que, al menos en algunos casos, lo cumplan.

Homenaje a las 73 personas asesinadas en las protestas que derrocaron al gobierno, Katmandú, 17 de septiembre de 2025
Homenaje a las 73 personas asesinadas en las protestas que derrocaron al gobierno, Katmandú, 17 de septiembre de 2025

*Marcelo Bogado Pompa es licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional de Asunción, máster en Estudios Latinoamericanos con énfasis en Antropología por la Sorbonne Nouvelle (París 3), docente y autor de los libros Representaciones y prácticas de salud en dos comunidades mbya guaraní de Caazapá (Kuña Aty, 2012), Antropología Social (Santillana, 2023) y Los antiguos y los nuevos. Pasado y presente del pueblo nivaclé (Tiempo de Historia, 2025).

Marcelo Bogado Pompa
Marcelo Bogado Pompa
Enlace copiado