Poesía japonesa (7): Issa Kobayashi, el poeta de la mirada

La historia de una de las figuras centrales de la historia del haiku, el haijin que tuvo una mirada reivindicatoria y compasiva para los seres marginados, las moscas, los pobres, las plantas.

Retrato de Issa Kobayashi por Muramatsu Shunpo.
Retrato de Issa Kobayashi por Muramatsu Shunpo.

Kobayashi, una de las figuras centrales de la historia del haiku, es el haijin que tuvo una mirada reivindicatoria y compasiva para los seres marginados, las moscas, los pobres, las plantas. En un mundo absorbido por la tecnología y donde prima la destrucción del medio ambiente, su poesía se vuelve urgente para dar dignidad a aquellos que ignoramos y que decimos que son minoría, cuando en realidad son cientos de millones. Una poesía que sabe que no somos muy distintos de los animales, que somos parte de la naturaleza y que no deja de sorprenderse ante el vuelo de una luciérnaga, el cantar de un ave o la insólita mirada que intercambian una mariposa y un perrito:

Si mariposa

y perrito se miran,

el mundo sobra.

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Issa Kobayashi nació el 5 de mayo de 1763 en Kashiwabara, un pequeño pueblo de setecientos habitantes en la provincia de Shinano (Nagano en la actualidad), al norte de Edo (antiguo nombre de Tokyo). Su padre, Yagobe Kobayashi, era agricultor y criaba caballos para la posta. Este último era un cargo público, que dependía de la administración central de Edo. Era una familia que vivía con ciertas comodidades, perteneciente a lo que hoy se denominaría clase media. La madre de Issa murió cuando el pequeño tenía tres años, y pasó a ser cuidado por su abuela Kana. Esto lo marcó para siempre. Su vida estuvo llena de tragedias, pero el poeta siempre se mantuvo en el noble oficio de la observación y la escritura.

El vínculo de la poesía de Issa Kobayashi con los animales será muy importante; su mirada es de hermandad, nunca de superioridad:

Araña del rincón,

no te aflijas, que ahí

no llega la limpieza.

El padre de Issa volvió a casarse cuando el poeta tenía ocho años, y tuvo otro hijo con su nueva esposa. Este hermanastro le causará grandes problemas al poeta; su madrastra, Satsu, tratará de ponerlo por encima de él, ignorando sus derechos.

En el año 1777, por constantes presiones de su madrastra y por los problemas económicos que atravesaba la familia, Issa Kobayashi partió a Edo a trabajar. Compaginó el trabajo con el estudio del haiku en la escuela Katsushika, fundada por Sodoo Yamaguchi, que fue discípulo de Basho. Su maestro sería Chikua Nirokuan.

Vista de Edo en la segunda mitad del siglo XVIII, época en la que Issa Kobayashi llegó a la ciudad. Obra del artista Utagawa Toyoharu.
Vista de Edo en la segunda mitad del siglo XVIII, época en la que Issa Kobayashi llegó a la ciudad. Obra del artista Utagawa Toyoharu.

Issa pasó muchos años lejos de su casa natal. Tendrá 29 cuando regrese al pueblo, y empezará el viaje más largo de su vida, una serie de trayectos ligados a la poesía y la religión que durará una década. Siguiendo las enseñanzas del maestro Matsuo Basho, recorrerá el este como bonzo. A pesar de que su existencia estuvo llena de vicisitudes y desgracias, el gran consejo que nos dejó Issa fue cantarle a la simplicidad de la vida y de las cosas:

Cae ingrávido el rocío

sobre este mundo nuestro

del que gozamos.

Issa vivía pobremente. En 1801 recibió otro golpe: murió su padre, dejando como voluntad que el patrimonio se dividiera entre sus dos hijos, lo que la madrastra se negó a cumplir. La herencia paterna fue sinónimo de disputa y de largos años de litigio. Finalmente, se dividió, e Issa compró una casa, logrando cierta estabilidad y adquiriendo mayor madurez poética y personal. En 1813 se casó y tuvo cuatro hijos. Sin embargo, la desgracia lo alcanza nuevamente: sus hijos mueren, al igual que su mujer. En este período, y a raíz de la muerte de su segundo hijo, llamado Sato, Issa escribirá una de sus obras más importantes: Ora ga haru. El poeta se casará dos veces más antes de que un incendio destruya su casa y lo devuelva a la más absoluta pobreza. Los últimos meses de su vida los pasó en un viejo granero con piso de tierra. Murió el 5 de enero de 1827.

Referencias

Kobayashi, I. (1991). Cincuenta haikus (R. de la Fuente, S. Hirosaki, Trads.). Hiperión.

Kobayashi, I. (2003). Hoja de viaje (O. González Esteva, Trad.). Pre-Textos.

Kobayashi, I. (2015). Mi nueva primavera (F. Rodríguez-Izquierdo y Gavala, Trad.) Satori.

*Gian Pierre Codarlupo (Paita, 1997) es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad Nacional de Piura, escritor, periodista, miembro del equipo editorial de la revista cultural chilena Mal de Ojo y de la Editorial Conunhueno, de Valparaíso, y corresponsal en el extranjero de El Suplemento Cultural. Ha publicado el poemario Caída de un pájaro en el mar (Universidad Nacional de Piura, 2018). Actualmente, vive en Madrid.

De izquierda a derecha, poetas Natalí Aranda, Elvira Hernández y Gian P. Codarlupo en Madrid.
De izquierda a derecha, poetas Natalí Aranda, Elvira Hernández y nuestro corresponsal Gian P. Codarlupo en Madrid.
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