Poesía japonesa (8): Yosa Buson, el color de los sueños

La historia del pintor y poeta que fue al mismo tiempo, junto con Ike Taiga, uno de los máximos artistas del estilo Nanga y, junto con Matsuo Basho, Issa Kobayashi y Masaoka Shiki, uno de los «Cuatro Grandes» del haiku.

"Xiao He persiguiendo a Han Xin", pintura de Yosa Buson (Museo de Arte de Nomura).
"Xiao He persiguiendo a Han Xin", pintura de Yosa Buson (Museo de Arte de Nomura).Gentileza

Los datos que se tienen acerca de la vida del pintor y poeta Yosa Buson son escasos y vagos. Se sabe que nació en el año 1716 en la aldea de Kema, en la provincia de Settsu (actualmente, en el distrito de Miyakojima, en Osaka). Su apellido original era Taniguchi. Se presume que el nombre de Yosa, que adoptará mucho más adelante, lo tomó del lugar de nacimiento de su madre (la aldea de Yosa, en la provincia de Tango), pero esto no está documentado, por lo que no pasa –como casi todo en la biografía de Yosa Buson– de una especulación. En todo caso, a lo largo de su existencia Yosa Buson utilizó varios nombres distintos: Saichoo, Keisoo, Shikoan para firmar sus poemas, y Chootoo, Shain y Shunsei para firmar sus cuadros.

Yosa Buson combinó el dibujo, la caligrafía y la poesía en sus obras. Al igual que otros poetas japoneses, retrató las estaciones del año, aunque en él, además del poeta, habitaba el pintor:

Neblina al alba:

gente que pasa como

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en un sueño pintado.

Alrededor de los 20 años de edad, Yosa Buson se mudó a Edo (actualmente, Tokio), donde tuvo como maestro al poeta Hayano Hajin, quien había sido discípulo de Matsuo Basho. Hajin murió cuando Buson tenía 26 años. Tras la muerte de Hajin, y siguiendo los pasos de Matsuo Basho, Yosa Buson viajó largamente por las tierras salvajes del norte de Honshu.

Yosa pasó más de una década viajando por Japón. En sus numerosos viajes, descubrió ciudades y parajes que, como los paisajes marinos y montañosos de Honshu y Shikoku, brindaron renovada inspiración a su escritura y a su pintura.

Una de las particularidades del estilo de Yosa Buson es que en su poesía los colores cobran vida; es decir, la construcción de sus imágenes poéticas está íntimamente relacionada con el color:

En el amarillo blancuzco

de la bufanda

queda el frío.

Es ya un lugar común señalar que los poemas de Yosa Buson son muy visuales, pero no por ser un lugar común es menos cierto:

Montes de estío.

Apurando el cielo de Kyoto,

cruza una garza.

Yosa Buson se casó en 1760 en Kioto y tuvo una hija llamada Kuno. En 1766, fundó la escuela de poesía Sankasha. En 1770 adoptó el nombre de Yahantei II. Yahantei era el seudónimo de su difunto maestro, Hajin. Esto marcará el inicio de su carrera oficial como maestro de haikai. Pero no olvidemos que Yosa Buson también fue pintor toda su vida y que, junto con Ike no Taiga, está considerado como uno de los artistas más importantes dentro del estilo Nanga.

Para entonces, Yosa se encontraba en la cima de su arte y de su fama, tanto en el campo poético como en el gráfico. Que el color y lo visual sean parte fundamental de su escritura poética no debe llamarnos a engaño. Las imágenes en la poesía de Yosa Buson buscan capturar la esencia de las cosas en lugar de limitarse a describir su apariencia. Por ejemplo, reparemos brevemente en este haiku:

Alguien que espero…

Lejos suenan sus pasos

por la hojarasca.

El poeta y crítico Shiki Masaoka retratado por Nakamura Fusetsu.
El escritor Shiki Masaoka reivindicará la obra poética de Yosa Buson. (Imagen: Shiki Masaoka retratado por Nakamura Fusetsu).

La casa japonesa típica suele tener un jardín, paso obligado a la vivienda. Los sonidos que vienen del jardín, como el aquí referido de pisadas sobre una alfombra de hojas caídas, avisan de algo. En este caso, o bien el jardín de nuestro haiku es bastante grande, o bien la calle se encuentra lo bastante silenciosa como para escuchar desde lejos los pasos de alguien hollando la hojarasca acumulada en él. Percibimos, de este modo, cómo se nos aproxima un sonido lejano y –según se nos informa al comienzo– esperado, lleno de presagios.

Será en los tramos finales de su vida cuando Yosa Buson escribirá sus mejores poemas y pintará sus mejores cuadros. Muere el 25 de diciembre de 1783, rodeado de sus discípulos y familiares, a los 66 años de edad. Cuenta la leyenda que, en su lecho de muerte, recitó sus tres últimos haikus. Según esta tradición, la noche del 24 de diciembre de 1783 Yosa Buson llamó a sus discípulos y se los dictó. Los tres poemas tenían por motivo el ruiseñor; en el tercero, que susurró poco antes del amanecer del día 25, aparecía el ciruelo. El profesor Jaime Lorente lo relata así:

«En medio de la noche del 24 de diciembre de 1783 (según el calendario lunar japonés), es decir, el 16 de enero de 1784 en el calendario gregoriano, Buson –ya enfermo– dictó a su estudiante Gekkei los dos primeros haikus, a modo de jisei. Luego descansó un rato, y cuando aparecía la primera luz del alba, dictó el último hokku. Aún tuvo tiempo para despedirse de su familia y sus discípulos» (1).

El primero de los tres últimos haikus de Yosa Buson, traducido por Lorente y Setsuko Takeoka, dice así:

Ruiseñor de invierno,

años atrás, en la maleza

de Wang Wei.

«Wang Wei –comenta Lorente–, poeta y pintor chino del siglo VIII, admirado fervientemente por Buson, escribió sobre todo poesía de la naturaleza influenciada por el taoísmo y el zen. Wang hizo gran parte de su mejor trabajo en su casa de campo, donde se aisló del mundo. Un ruiseñor de invierno ha bajado a un espacio inferior (seto, maleza) para alimentarse. No puede buscar comida en las ramas, pues esta acción es propia de la primavera. A diferencia del canto agudo propio de la estación floreciente, con la vitalidad característica, es éste un haiku enclavado en el invierno y el ruiseñor sólo es capaz de un canto breve y tibio. Quizá esa llamada procede de la casa de campo de Wang Wei, como una invitación a su morada. Quizá Buson quiera dirigirse hacia ella, su última casa, junto al pintor de la dinastía Tang. En estos jisei hay mucho contenido emocional e incluso filosófico ante la cercanía de la muerte, alejándole de la línea ortodoxa» (2).

El segundo –y penúltimo– dice:

El ruiseñor

¿Qué leve sonido hace?

La escarcha en el arbusto.

«Un ruiseñor que intenta sobrevivir al invierno y alcanzar la primavera: inevitable paralelismo con Buson», observa Lorente, y añade: «En este haiku quitar la escarcha es aplazar la muerte, el invierno, anhelando el regreso de la primavera. Sin embargo, ya es tarde. Así que [Yosa Buson] rechaza este haiku como su auténtico jisei. La aceptación de su propia muerte le llevará a la flor del ciruelo en una temprana primavera. Se cerrará así el ciclo de los complementarios, y su propia vida» (3). Lo que nos lleva finalmente al último haiku:

El ruiseñor

se cobija sabiamente

en las ramas del ciruelo.

Con la llegada del alba del 25 de diciembre, Yosa Buson falleció. Un siglo después, el escritor, editor y crítico literario Shiki Masaoka reivindicará su obra poética.

Retrato de Yosa Buson por Matsumura Goshun.
Retrato de Yosa Buson por Matsumura Goshun.

Notas

(1) Lorente, J. (2020). Colección de haikus del maestro Yosa Buson –reunidos por sus discípulos en 1784 (J. Lorente, S. Takeoka, Trads.) [PDF]. En: https://nueva.elrincondelhaiku.org/wp-content/uploads/2020/04/colecci%C3%B3n-buson-parte-1.pdf

(2) Íbid.

(3) Íbid.

Referencias

Buson, Y. (2017). Flores del Buda (F. Rodríguez-Izquierdo y Gavala, Trad.). Satori.

Buson, Y. (1992). Selección de jaikus (J. Rodríguez, K. Nishio, S. Ota, Trads.). Hiperión.

Buson, Y. (2007). Alada claridad (A. Silva, Trad.). Pre-Textos.

Buson, Y. (2016). En un sueño pintado (F. Rodríguez-Izquierdo y Gavala, Trad.). Satori.

*Gian Pierre Codarlupo (Paita, 1997) es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad Nacional de Piura, escritor, periodista, miembro del equipo editorial de la revista cultural chilena Mal de Ojo y de la Editorial Conunhueno, de Valparaíso, y corresponsal en el extranjero de El Suplemento Cultural. Ha publicado el poemario Caída de un pájaro en el mar (Universidad Nacional de Piura, 2018). Actualmente, vive en Madrid.

El poeta Leoncio  Bueno con el autor de esta entrevista, Lima,11 de agosto de 2024.
El autor de este artículo, Gian P. Codarlupo, con el poeta Leoncio Bueno en Lima, Perú.
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