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El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas recordó que “el cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando”. Ante tal situación y para estabilizar el clima, el grupo abogó por reducir de forma relevante, rápida y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero para, finalmente, lograr cero emisiones netas de dióxido de carbono (CO2), el principal causante del cambio climático.
Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) celebrada en 2021, 450 entidades financieras de 45 países -SBC, Morgan Stanley, J. P. Morgan, Mitsubishi UFJ, Bancolombia, Banco Santander y BBVA entre ellas- habían asumido el compromiso de financiar la descarbonización mundial destinando unos US$ 130 billones. “El dinero está aquí, pero necesita proyectos alineados con las cero emisiones”, expresó el responsable de finanzas climáticas de la ONU, Mark Carney (www.elmostrador.cl).
En tanto que McKinsey & Company en su estudio denominado “La transición hacia cero emisiones netas: Cuánto costaría, Qué aportaría” presenta las implicaciones para la demanda, el gasto de capital, los costos de producción y el empleo en los sectores que producen el 85% de las emisiones totales, a través de un análisis en profundidad de 69 países.
La compañía considera dos dimensiones: sectores y geografías y de acuerdo con medios digitales internacionales como elcomercio.pe las conclusiones se centran en tres puntos que se exponen a continuación:
1. La transición sería universal, debido a que todos los sectores económicos y países se verían afectados por la revisión de los sistemas energéticos y de uso del suelo que sustentan las economías globales.
2. La escala de la transformación económica sería significativa, al considerar que el gasto de capital en activos físicos ascendería a unos US$ 275,000 millones hasta 2050 -aproximadamente US$ 9,200 millones al año-, lo que supone un aumento anual de US$ 3,500 millones) con respecto al gasto anual actual, a medida que se reduzcan las actividades de altas emisiones y se incrementen las de bajas emisiones.
3. Es posible que sea necesaria una amplia transformación del mercado laboral, ya que se crearían 200 millones de puestos de trabajo directos e indirectos de aquí a 2050, y se deberían reasignar 185 millones.
En todo el contexto descripto, Paraguay también se ha sumado a las acciones para ir eliminando el consumo de combustibles fósiles que poseen carbono en su estructura molecular, y cuya combustión libera energía, contaminantes –que afectan la salud de las personas y los ecosistemas– y gases de efecto invernadero (Laura Gallardo y Mauricio Osses).
Es de mencionar que Paraguay no es un contaminante neto dentro del círculo global de países, a juzgar por su participación dentro de las emisiones de CO2 totales.
De acuerdo con datos del Banco Mundial (2018), el país emitía unas 8.420 kilotoneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a un 0,02% del total emitido a nivel mundial.
Adicionalmente, otros países con mayores niveles de industrialización de Iberoamérica como Brasil y México registran altas emisiones con respecto a las demás naciones, obteniendo participaciones del 1,26% y 1,39%, respectivamente de las emisiones a escala global.
Entretanto, América Latina y el Caribe aportan, de forma conjunta, unas 1.689.187 kilotoneladas o el 5% de las emisiones globales de CO2.
En esta edición del suplemento económico, la consultora MF Economía e Inversiones presenta, describe y analiza la situación de Paraguay en el proceso de descarbonización y las alternativas existentes en tal proceso.