Dinámica de la inversión extranjera directa-IED

La irrupción de la crisis sanitaria provocada por el covid-19 había impactado en todas las economías del mundo. En ese contexto, las inversiones transfronterizas experimentaron cambios significativos durante y tras la pandemia.

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GENTILEZA

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Antes de presentar, describir y analizar los datos vinculados con la Inversión Extranjera Directa (IED) es importante referenciar el concepto. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la IED se define como una operación que involucra una relación de largo plazo en la cual una persona física o jurídica residente de una economía (inversor directo) tiene el objetivo de obtener una participación duradera en una empresa o entidad residente de otra economía.

La recomendación internacional sugiere que la inversión directa se materializa cuando el inversionista directo tiene al menos el 10% del poder de voto de la empresa. Además, los flujos de IED se registran en la balanza de pagos y en la posición de inversión internacional.

Conforme con la Cepal, en las últimas décadas el aumento sostenido de los flujos de IED y su contribución creciente al financiamiento de la inversión han sido algunas de las características más destacadas de la economía mundial, siendo uno de los principales motores de la globalización. Esto, en parte, debido a que los mercados de capitales globales en el presente se encuentran más integrados que en el pasado, aunado al hecho de que los países, entendiendo el rol clave que juega la IED para el desarrollo económico, han implementado políticas públicas proactivas en fomento de la inversión extranjera.

Entre los beneficios potenciales para el país receptor destacan: acceso a capital para financiar proyectos públicos y privados que requieran elevados montos de inversión; acceso a conocimiento o tecnología que crea nuevas capacidades locales, o mejora las existentes. Igualmente, permite la formación de recursos humanos, en procesos formales de capacitación y el aprendizaje en el puesto de trabajo; incorporación a las redes internacionales de cadenas globales de valor y distribución y generación de actividad económica y empleo, propia de los procesos de inversión.

En el reciente informe anual de la Cepal denominado “La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2023″, se menciona que durante el 2022 las entradas mundiales de inversión extranjera directa sufrieron una caída del 12%. Así totalizaron alrededor de US$ 1,29 billones. Las fuertes desinversiones en Luxemburgo explican la reducción, aunque al excluir esta región, las estadísticas revelan un incremento del 11%.

El mismo reporte señala que el valor de las fusiones y adquisiciones transfronterizas en el mundo disminuyó 6% en 2022 con relación al año anterior, principalmente debido a las menores ventas de empresas en los Estados Unidos (-53%), la Unión Europea (-8%) y Asia (-17%), conforme con datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo-UNCTAD, 2023).

En un comportamiento adverso, los anuncios de IED, que reflejan las intenciones de inversión a futuro, crecieron durante el año pasado, principalmente en sectores estratégicos desde el punto de vista tecnológico y político, como en particular, el sector de las energías renovables. Así, el valor de los anuncios de proyectos de IED en el mundo registró un aumento del 64% por US$ 1,2 billones.

¿Cómo han evolucionado las inversiones transfronterizas en América Latina y el Caribe? ¿Qué revelan los datos de Paraguay? ¿Cuáles son las perspectivas? En esta edición, la Consultora MF Economía e Inversiones aborda los puntos anteriores y otros, lo que permite tener un panorama más acabado de las potencialidades de las inversiones extranjeras en el país.

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