Hay reclamos con mucha tensión, pero no dejan que se eleven como torres

Era la mañana del lunes 28 de octubre último, en la Sala de Convenciones del Banco Central del Paraguay, en el marco de la IX Semana de la Energía de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade); la reunión prometía desplazarse por los habituales y casi tediosos cauces de la formalidad. De pronto, ABC, que estuvo en la cobertura del hecho, registró pico de tensión: el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, denunció que los bancos multilaterales imponían restricciones para financiar obras del sector eléctrico.

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Jazmin Suarez Perez

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La irrupción de Giménez con el tema se produjo justo en la sesión magistral de las reuniones paraguayas de la Olade, titulada “Finamiento de las transiciones energéticas justas”.

Ante un auditorio con sobrecarga de funcionarios y especialistas, paraguayos y extranjeros, el ministro Giménez se quejó de la conducta de las instituciones multilaterales de crédito, porque “obtaculizan el impulso de la industria local y, como ejemplo, mencionó la reciente medida del gobierno nacional de exigir que la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) compre las torres que sostienen las líneas de tensión que se fabrican en nuestro país, hecho que, para bienestar de nuestra economía, propiciaría la apertura de hasta 8000 empleos.

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El “sin embargo” del secretario paraguayo de industria no se hizo esperar: “los términos de financiamiento de los bancos multilaterales imponen restricciones que impiden esta obligatoriedad en las licitaciones, dando preferencia a fabricantes internacionales, especialmente de China”, explicó.

“Esto no es un caso hipotético, esto no es una ficción, esto es un caso real. Hace un mes, el presidente de la República firmó un decreto (N° 2522) exigiéndole a la ANDE que comience a comprar torres de transmisión de la industria nacional. En las últimos 30 licitaciones de la ANDE, ni una (licitación) ganó la industria nacional. Hace 10 años que las torres de transmisión de la ANDE vienen de China”, enfatizaba ante la especializada audiencia el ministro Giménez.

Agregó que, luego de suscribirse el decreto de referencia, “nos encontramos con que el financiamiento a la ANDE para la construcción de estas torres choca con un mandato de los organismos multilaterales que dicen lo siguiente: ‘nosotros tenemos nuestras propias reglas dentro de los bancos, que no permiten que se imponga la obligatoriedad de la construcción de las torres dentro de la industria nacional”.

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“Ahora nos encontramos con que el financiamiento a la ANDE para la construcción de estas torres choca con un mandato de los organismos multilaterales”, insistía Giménez.

La colega de ABC que cubrió las sesiones de la Oladen Asunción con mucho tino pintó en su cuadro descriptivo que al ministro Giménez, en el momento de su denuncia lo flanqueaban Gabriela Elizondo, gerente de Energía para Latinoamérica del Banco Mundial; Fernando Cubillos, gerente de sectores productivos y nuevos negocios de la CAF; Eliana Dam, vicepresidenta de operaciones y países de Fonplata, y Marcelino Madrigal, gerente de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo; al menos la recepción del mensaje está asegurada.

Giménez dijo también que nos encontramos ante una situación global en la que China y otros países subsidian la fabricación de las torres”, y enfatizó que esas se producen en Asia, no con energía verde, limpia y renovable, como acá; sino con energía fósil, vienen al Paraguay para que sean instaladas para hacer una transición energética hacia lo limpio y verde. ¡Oh ironía!”, lamentó.

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El ministro remató su intervención proponiendo una discusión franca de los desafíos que debe enfrentar nuestro país: “Que también tengamos la fuerza, la madurez de poner las cosas sobre la mesa, que nadie se enoje porque tocamos este tema de forma frontal, porque creo que este nivel de discusión también, un poco desprovisto de lo que es políticamente correcto, nos lleva más hacia el alcance de la verdad y la verdad es algo bueno y lo bueno siempre perdura”, explicó.

No es la primera vez que el Paraguay arroja sobre el tapete de las reuniones multilaterales el tema de la financiación de esta línea de la industria metalúrgica. En el pasado reciente también lo hicieron los administradores de turno del país y, por lo visto y oído, con escasas repercusiones en lo que a decisiones en el ámbito de las instituciones multilaterales de crédito se refiere.

Apuntemos también que, debajo de estos debates subyace, generalmente, la vieja confrontación ideológica entre los que se apropiaron de la doctrina libertaria y los que propugnan, como el ministro Giménez, la protección de ciertas actividades del mercado, por conveniencias económicas, laborales y también, sobre todo en el presente, ambientales.

En esta entrega de “Espacio para el debate” del suplemento económico de ABC Color, ofrecemos las conclusiones del trabajo que elaboró el Centro de Industriales Metalúrgicos (CIME) de nuestro país, así como la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y el Centro de Estudios Económicos (CEE):

Conclusiones y reflexiones finales

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“La importación de torres de alta tensión, dada la diferencia de precios entre la producción en países asiáticos y en el Paraguay, aparenta ser una opción ventajosa por el ahorro aparente que genera. Sin embargo, esto representa un enorme costo socioeconómico para el país, con implicancias en la generación de empleos, recaudación de tributos y desarrollo industrial.

El costo socioeconómico de no producir torres de alta tensión en Paraguay durante el periodo comprendido entre los años 2010 – 2023 (hasta octubre) representa un valor de USD 102 millones, 60% más que el ahorro financiero que pueda generarse por comprar de países extranjeros. Es decir, el beneficio de comprar más barato no logra compensar el costo social y económico que se deriva de no producir localmente.

Al Paraguay le ha costado caro no producir. Se perdieron inversiones que podrían haber incorporado tecnología y conocimiento, se dejaron de percibir impuestos que se podrían haber redistribuido en la población y, por sobre todo, se ha perdido la oportunidad de duplicar los empleos directos y formales del sector.

Esta conclusión nos debe impulsar a reflexionar sobre algunas cuestiones que se ponen a consideración en los siguientes puntos:

- Agenda de desarrollo industrial. Fortalecer e impulsar al sector metalúrgico debe formar parte de una agenda de desarrollo industrial. En el trabajo se ha observado que existen incentivos que terminan favoreciendo a la importación de torres de alta tensión de otros países por las exoneraciones fiscales que se han concedido en su momento. El desarrollo de una industria local promueve inversiones, adquisición de conocimientos y por sobre todo crea empleo.

- Licitaciones públicas sin inhibiciones a la industria local. En el pasado, la industria local no participaba porque se solicitaba una cantidad de experiencia que no existía, dado que ninguna empresa paraguaya había participado de un proceso. Solucionado esto, se comenzó a fomentar la participación de empresas paraguayas, mejorando incluso la Ley donde se aplica el Margen de Preferencia Nacional, llevándolo incluso al 40%, o con un decreto que establecía que el 100% de las torres debía ser de origen nacional cuando la licitación sea financiada con recursos genuinos.

No obstante, la mayoría de los llamados en los que se requerían suministros de torres de alta tensión fueron realizados en modalidad llave en mano (en la que no se evalúa cada ítem) y con financiamiento de organismo multilaterales, exigiendo la posibilidad de participación de empresas de los países que conforman el ente, especialmente en la provisión de bienes. Si bien esto último forma parte de las políticas de contratación de algunos multilaterales, los países tienen márgenes para tomar sus propias decisiones e incluso utilizar otros instrumentos de financiamiento, además de dichos organismos. Como ejemplo se puede mencionar a la obra del Puente Héroes del Chaco, que tuvo financiamiento basado en políticas (PBL, por sus siglas en inglés) del Banco Interamericano de Desarrollo y la licitación fue de carácter público nacional.

En este punto no se puede dejar de mencionar que la provisión de torres de alta tensión es el único elemento que puede ser fabricado a nivel nacional en una obra de interconexión de subestaciones, ya que conductores, aisladores y el tipo transformadores necesarios no son fabricados en el país. La proporción del valor de las torres en la construcción de líneas y subestaciones suele ser apenas de entre 15% a 20% del total.

- Impulsar el valor por dinero en la evaluación de licitaciones públicas. Paraguay necesita crear más y mejores empleos, por lo que este debe ser un criterio fundamental a la hora de evaluar ofertas públicas. La reciente Ley 7021/22 de Contrataciones Públicas establece el mecanismo de valor por dinero como elemento de evaluación. Aun así, queda por hacer la reglamentación de su aplicación. Se recomienda tener en cuenta lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) menciona al hablar de valor por dinero: “… hacer hincapié en el empleo pleno y productivo, junto con los derechos, la representación y la protección en el mundo del trabajo, como medio para reducir la pobreza”.

- Tomar decisiones de Economía Política (Political Economy). Esta rama de la Economía establece que el gobierno, al proveer bienes públicos, buscar maximizar el bienestar social considerando a los actores políticos, sociales y empresariales. Para su buen funcionamiento es clave contar con información. Un ejemplo claro de toma de decisiones de Economía Política en Paraguay es el de la provisión de viviendas sociales, en la que el Estado decide que la construcción será con métodos tradicionales (uso de ladrillos) beneficiando a los actores citados, aun cuando existen métodos constructivos que podrían significar ahorro en costos y tiempo.

- Realizar estudios de verificación de dumping de torres de alta tensión importadas. Con el alcance de este trabajo no se cuenta con elementos suficientes para aseverar que existe dumping por parte de China o India en el envío de torres de alta tensión. Sin embargo, a lo largo del documento se ha dejado constancia de elementos que son llamativos, como precios muy bajos y materias primas (aunque en algunos casos de otros países) que se encuentran incluso por encima de las torres terminadas y puestas en Paraguay. Además, tanto India como China, tal como se observó en el documento, han sido sancionadas por varios países en la provisión de torres eólicas, cuya clasificación arancelaria a 6 dígitos (7308.20) es la misma de las torres de alta tensión.

- Generación de empleo a través del Plan maestro de transmisión de ANDE. El documento que estipula las inversiones al 2030 estipula ampliación de las líneas de transmisión de 500 kv en 622 km y las de 220 kv en 2.315 km. Esto, cuanto menos requeriría 62.111 toneladas de producción de torres de alta tensión. En términos de empleo esto equivaldría a 9411 puestos formales que se generarían si las torres se fabrican en Paraguay, lo que implica 117% de aumento de empleos directos y formales en el sector.

Para el cálculo se considera que, en promedio, cada torre de 500Kv pesa 19,1 toneladas y cada torre de 220 kv pesa 5,6 toneladas.

Finalmente, la influencia del sector metalúrgico trasciende a la mera producción de metales, ya que su desarrollo impulsa la innovación tecnológica, la modernización de procesos industriales y la atracción de inversiones. Tradicionalmente, el sector metalúrgico y de la metalmecánica han sido reconocidos por generar ganancias en la productividad y por promover empleos de calidad y altos ingresos. Esta industria no solo contribuye con el PIB de Paraguay, sino que también dinamiza cadenas de valor complementarias, nutriendo a una amplia gama de sectores económicos y proyectando al país como actor relevante en la producción y comercialización de productos metálicos a nivel regional y global. Por esto, es de suma importancia a nivel político y económico prestar atención y responder a sus demandas.

Costo

El costo socioeconómico de no producir torres (...) en Paraguay entre los años 2010–2023 (hasta octubre) representa un valor de US$ 102 millones.

Agenda

Agenda de desarrollo industrial: fortalecer e impulsar al sector metalúrgico de nuestra economía debe formar parte de una agenda de desarrollo industrial.

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