Fortalecimiento sostenido de impuestos directos en Paraguay a julio de 2025

En el sistema tributario, los impuestos se dividen en dos categorías principales: directos e indirectos, de acuerdo con la base sobre la cual se aplican.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2320
GENTILEZA

Para la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), los impuestos directos se aplican sobre la renta, los bienes o el patrimonio de los contribuyentes, sean personas físicas o jurídicas, y se determinan en función de su capacidad económica. Entre ellos figuran el Impuesto a la Renta Personal (IRP) y el Impuesto a la Renta Empresarial (IRE). En cambio, los impuestos indirectos gravan el consumo de bienes y servicios sin atender a la situación particular del contribuyente, como ocurre con el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Selectivo al Consumo (ISC) y otros tributos similares.

La estructura tributaria paraguaya ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, marcado por un fortalecimiento progresivo de la participación de los impuestos directos en la recaudación total. Este proceso tiene un hito clave en 2019, cuando la promulgación de la Ley N° 6380 representó un punto de inflexión. En ese momento, la participación de los tributos directos creció de manera considerable, alcanzando el 28,1% del total de ingresos tributarios. Este salto reflejó el impacto de reformas que reforzaron la recaudación del impuesto a la renta, tanto a nivel personal como corporativo, evidenciando la efectividad de medidas orientadas a ampliar la base tributaria y mejorar la eficiencia del sistema.

Conforme con datos de la Dirección General de Estudios Económicos de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DGEE- GE-DNIT), la tendencia positiva continuó en los años siguientes, consolidándose hasta 2025. Entre enero y julio de este año, la participación de los impuestos directos en la recaudación total se situó en 30,6%, lo que representa un incremento de 2,5 puntos porcentuales respecto al nivel alcanzado en 2019. Este avance se interpreta como una reducción gradual en la dependencia histórica de los impuestos indirectos, que tradicionalmente han dominado la estructura tributaria paraguaya.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2320

En términos absolutos, la recaudación acumulada de impuestos directos en los primeros siete meses de 2025 ascendió a G. 7,60 billones, cifra superior a los G. 7,22 billones registrados en igual periodo de 2024 y a los G. 5,40 billones de 2023. El aumento confirma la tendencia de fortalecimiento iniciada con las reformas tributarias de 2019. El crecimiento interanual entre 2024 y 2025 fue del 5,3%, mientras que el incremento acumulado desde 2023 alcanza el 40,7%, lo que pone en evidencia un avance sostenido en la captación de ingresos a través de esta categoría impositiva.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Por su parte, la recaudación de impuestos indirectos, aunque continúa representando la mayor parte de los ingresos tributarios, ha mostrado un crecimiento más moderado en términos relativos. En el mismo periodo de enero a julio, estos tributos alcanzaron G. 17,25 billones en 2025, frente a G. 15,47 billones en 2024 y G. 12,95 billones en 2023, un aumento interanual del 11,5% y un crecimiento acumulado del 33,2% respecto a 2023.

Al cierre de julio de 2025 y conforme con datos de la DNIT, los impuestos directos representaron el 30,6% del total de ingresos tributarios y 69,4% los indirectos, tal como se puede observar en la infografía.

El avance de los impuestos directos responde, en buena medida, a políticas tributarias que han buscado incrementar la formalización, ampliar la base contributiva y optimizar la gestión recaudatoria, medidas que han incidido en la capacidad del Estado para captar recursos provenientes de rentas personales y empresariales, reduciendo de manera gradual la concentración de ingresos en tributos vinculados al consumo, que pueden tener un impacto más regresivo sobre la población de menores ingresos.

Desde una perspectiva macroeconómica, este fortalecimiento de la recaudación de impuestos directos contribuye a dotar de mayor estabilidad y previsibilidad a las finanzas públicas. Al depender en menor medida de los impuestos indirectos, el Estado reduce su exposición a la volatilidad de los ingresos asociada a fluctuaciones en el consumo interno o en las importaciones, factores que suelen ser más sensibles a los ciclos económicos.

Asimismo, la mayor participación de los impuestos directos favorece una estructura tributaria más progresiva, en la que la carga fiscal se distribuye de manera más equitativa en función de la capacidad de pago. Esto no solo tiene implicancias fiscales, sino también sociales, ya que puede contribuir a disminuir la desigualdad de ingresos.

Por otro lado, si bien los impuestos indirectos mantienen su papel central, es probable que su participación relativa continúe ajustándose en el futuro. La tendencia internacional apunta hacia una mayor ponderación de los tributos directos, en línea con las recomendaciones de organismos multilaterales que promueven sistemas tributarios más progresivos y menos dependientes del consumo.

* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.

Enlace copiado