Obviamente dentro de los componentes claves de este ecosistema están en primer lugar las aseguradoras, que construyen el servicio, desarrollan los productos y desafían al riesgo con el acompañamiento del reasegurador, conformando así una formidable estructura empresarial.
Ahora bien, sin clientes o asegurados no sería posible desarrollar un ecosistema asegurador, por lo que estos son la esencia y el fin primordial. Como consumidores, motivados por un principio universal de la prevención, formalizan la llamada transferencia de riesgo, con lo cual, a cambio de una prima, ceden su riesgo al asegurador, protegiendo económicamente su patrimonio. La definición práctica de todo esto está en dos palabras claves: interés asegurable, que desde una perspectiva del asegurado marca la necesidad de protegerse o proteger a los suyos y desde una perspectiva del asegurador es el momento exacto desde donde comienza su desafío al riesgo latente, real, impredecible, incierto y futuro. De allí la importancia de la determinación de la vigencia del seguro, es decir, cuando empieza y cuando termina efectivamente la cobertura.
Otro componente del ecosistema asegurador son los intermediarios. Estos juegan un rol importante en cuanto a que, el seguro es un contrato bilateral, y como tal esté colmado de cláusulas y condiciones de contratación y bajo el principio de que no todo puede ser asegurable, sobresalen las exclusiones de cobertura o muchas veces la ampliación de las mismas y donde de alguna manera se va construyendo la llamada póliza de seguros. Esa característica contractual muchas veces debe ser interpretada y aún siendo de la mejor manera pueden quedar lagunas que la hacen generadoras de conflictos. Por ello el agente, corredor o simplemente el intermediario se convierte en un asesor que facilita la interpretación de las coberturas y la venta del servicio. Conoce al cliente y conoce a la aseguradora.
Otro integrante del ecosistema asegurador es, sin lugar a duda, el reasegurador. Esas son empresas, generalmente de mucha solvencia y capacidad económica, que reciben las cesiones de riesgo de las aseguradoras generando el principio de la “dispersión” del mismo en una red mundial, lo que permite la asegurabilidad de grandes riesgos con valores siderales.
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El ecosistema integra también el ajustador, perito o liquidador. Es un experto que, en un siniestro, tiene la facultad de determinar la cuantía de la indemnización, el ajuste de la liquidación o hasta la aplicación o no de la cobertura en función a la póliza emitida. Actúa en nombre y representación del asegurado o del asegurador y su informe generalmente vincula a las partes en la negociación del siniestro.
Dentro del ecosistema se encuentra el regulador, la Superintendencia de Seguros del Banco Central del Paraguay (BCP), cuya función determinada en las leyes orgánicas del BCP y por mandato de la Ley N° 827/96, De Seguros, ejerce el control y la supervisión de las aseguradoras, de los intermediarios y de los liquidadores de siniestros y dada su importancia es una institución muy importante en el mundo asegurador.
Finalmente no podemos dejar fuera del ecosistema asegurador a todos aquellos que prestan servicio a la relación asegurativa, me refiero a los proveedores de servicios de reparaciones, desarrolladores de software, bufete de abogados, auditorías externas, calificadoras de riesgo, entre otros, quienes hacen posible el desarrollo de la industria aseguradora. Todo este ecosistema, se enfoca en crear valor y diferenciación a través de la innovación, la integración y la personalización del servicio, lo que se traduce en ventajas competitivas para las aseguradoras y beneficios significativos para la conveniencia y calidad de los consumidores.
Innovación en el servicio
Se enfoca en crear valor y diferenciación a través de innovación, integración y personalización del servicio, lo que se traduce en ventajas competitivas.
(*) Abogado