¿Cómo ha sido la evolución de depósitos y créditos en Paraguay por género?

El progreso financiero se refleja no solo en la cantidad de cuentas abiertas, sino también en la diversidad de herramientas disponibles. En 2024 y de acuerdo con el Banco Mundial, 40% de los adultos en economías de ingresos bajos y medios declaró haber ahorrado a través de una cuenta formal, cifra que marca un salto importante respecto a años anteriores. La tecnología móvil es un factor determinante en este cambio: unos 900 millones de adultos sin cuenta poseen teléfono móvil, y más de la mitad de ellos posee un teléfono inteligente, lo que abre ventana de oportunidades para ampliar la bancarización mediante servicios financieros digitales.

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ABC Color

Los pagos digitales han ganado protagonismo. Así, el 42% de los adultos en países en desarrollo realizó una transacción digital en 2024, frente al 35% de 2021. Este crecimiento confirma que la digitalización de los servicios financieros se está consolidando como una herramienta clave para la inclusión. En términos de género, también se registraron avances. Si bien a nivel mundial el 77% de las mujeres tiene una cuenta, frente al 81% de los hombres, en las economías emergentes la proporción de mujeres con acceso a cuentas prácticamente se duplicó desde 2011, pasando del 37% al 73% en 2024.

En América Latina y el Caribe, alrededor del 70% de los adultos posee una cuenta financiera, y más de la mitad la utiliza de forma digital. Este promedio regional es alentador, aunque esconde fuertes disparidades. Brasil, México y Chile presentan ecosistemas más dinámicos dado el impulso de las fintech, mientras que las poblaciones rurales y de bajos ingresos aún enfrentan dificultades para acceder a servicios financieros básicos, refiere el informe del Global Findex 2025 del BM.

Evolución de créditos y depósitos en Paraguay

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De acuerdo con datos del Banco Central del Paraguay (BCP), la evolución de los depósitos muestra un crecimiento sostenido en el número de personas que participan del sistema financiero, con una tendencia clara hacia la equiparación entre hombres y mujeres. En enero de 2016 había 703.443 mujeres con depósitos frente a 763.226 hombres, lo que sumaba un total de 1.466.669. Para julio de 2025, las cifras ascienden a 2.015.437 mujeres y 2.015.799 hombres, con un total de 4.031.236.

En términos absolutos, las mujeres aumentaron en alrededor de 1.311.994 personas, mientras que los hombres lo hicieron en 1.252.573.

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La brecha inicial de 59.783 personas en favor de los hombres prácticamente desaparece en la última observación, con apenas 362 personas de diferencia. Es decir, en depósitos se alcanzó una paridad casi perfecta entre ambos géneros. La convergencia comienza a visibilizarse con más fuerza desde 2021, cuando la brecha empieza a reducirse rápidamente, y se consolida a partir de 2023. El resultado evidencia un proceso de inclusión financiera femenina mucho más acelerado en el segmento de depósitos.

En cuanto a los créditos, la evolución muestra una dinámica diferente. En enero de 2016, las mujeres con créditos eran 470.610 frente a 603.776 hombres, con un total de 1.074.386. Para julio de 2025, las cifras ascienden a 1.008.016 mujeres y 1.096.448 hombres, con un total de 2.104.464.

En términos absolutos, las mujeres crecieron en 537.406 personas y los hombres en 492.672. Aunque el incremento absoluto es similar, en términos relativos las mujeres muestran una mayor expansión, revelando que el acceso femenino al crédito se aceleró de manera más pronunciada, aunque aún no alcanzó una paridad plena.

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Las dos series muestran patrones complementarios, evidenciando que el proceso de inclusión financiera femenina es más completo en depósitos, donde ya se logró la paridad, mientras que en créditos la convergencia es parcial, pero en avance. La evolución señala un cambio estructural en la relación de las mujeres con el sistema financiero, donde su rol como ahorristas y prestatarias adquiere cada vez mayor relevancia.

Finalmente, y desde una perspectiva general, la calidad de los servicios también representa un reto: no es suficiente con tener una cuenta, se necesita que esta sea útil, accesible y de bajo costo. En este sentido, la educación financiera es esencial para garantizar un uso efectivo.

Paraguay comparte estos desafíos y, al mismo tiempo, cuenta con oportunidades para ampliar su nivel de inclusión financiera. El fortalecimiento de la infraestructura digital es clave para expandir el acceso en el interior del país. La simplificación de los requisitos regulatorios, la promoción de cuentas de bajo costo y el desarrollo de corresponsales rurales pueden ayudar a incorporar a más personas al sistema. Además, se requiere un esfuerzo coordinado entre sector público y privado para diseñar productos adaptados a mujeres emprendedoras, pequeños productores y trabajadores informales, sectores que siguen al margen del sistema financiero formal.

En definitiva, la tendencia mundial hacia una mayor bancarización abre un espacio relevante para América Latina y Paraguay. El verdadero desafío consiste en transformar las cuentas financieras en herramientas efectivas de ahorro, inversión y desarrollo, que permitan mejorar resiliencia de hogares y fortalecer la economía nacional.

Crecimiento sostenido

Evolución de depósitos muestra un crecimiento sostenido en número de personas, con tendencia clara hacia la equiparación entre hombres y mujeres.

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