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Con tan solo una moto movida a electricidad, Juan Manuel Vinci y Livia Melgarejo comenzaron a incursionar en la publicidad en movimiento en diciembre de 2011. La plataforma resultó toda una novedad en el mercado, disparando su demanda.
Hoy, Muévete cuenta con siete motos y cinco bicicletas. “En ellas se pueden exhibir cuatro carteles con iluminación para realizar tanto recorridos diurnos como nocturnos y brindan 13 m2 de espacio disponible para publicidad”, explica Juan Manuel.
El formato ofrece la posibilidad de adaptarse a lugares, días y horas, según la necesidad o público meta. Así, motos, bicicletas, tráileres, personas y todo lo que preferentemente se mueva posicionan mensajes publicitarios de forma no tradicional.
Las motos permiten ocho horas diarias corridas de servicio publicitario, de las cuales cuatro permanecen estacionadas y otras cuatro circulan. “Se pueden hacer ajustes en la cantidad de horas, días de recorrido, y el contrato puede ser desde un día, semanas o meses, con una o varias motos. A mayor cantidad de motos o tiempo de contrato, se aplica un descuento en el presupuesto”, refiere Juan Manuel.
El servicio incluye el recorrido y paradas con la publicidad, iluminación nocturna, impresión de carteles en lona vinílica full color, back light, entrega de folletería por parte del conductor en paradas, gastos de traslado y un informe del servicio con fotografías de la actividad. Incluso, el conductor puede vestir la remera de la empresa contratante para una mayor presencia de marca.
Las bicicletas también captan mucha aceptación. Con ellas recorren ciclovías, plazas, sitios de esparcimiento o las costaneras de Encarnación y Asunción. “Resulta un soporte original, que causa un impacto visual único por su pintoresca apariencia, sin dejar de lado que se trata de un producto que no daña al medio ambiente”, destaca Juan Manuel. Añade que una de las ventajas de las bicis es que circulan más lento, lo que facilita su visibilidad. También mejora receptividad por la simpatía que despierta en el público. “Pasa con frecuencia que grandes y chicos piden tomarse fotografías con las bicis”, menciona Livia.
La publicidad con personas en movimiento es otra opción. “Desde un cartel en la mano hasta con rollers repartiendo volantes, es un servicio que aún no hemos explotado al máximo en nuestro país”, asegura Livia.
El diseño de las motos y las bicicletas es adaptado para portar los carteles. El costo estándar de un mes de servicio de la moto, que incluye ocho horas de recorrido diario y los cuatro carteles impresos, cuesta G. 6 millones. La bicicleta, alrededor de G. 3 millones al mes.
La empresa interactúa mucho en las redes sociales. “Compartimos fotografías de nuestros recorridos, y la gente opina o nos contacta. Creemos que esto fue de gran ayuda para hacernos conocer y posicionar con mayor fuerza el servicio de publicidad móvil en el país”, sostiene.
nperez@abc.com.py