Pastillas para dormir

Es imposible evitar el estrés de cada día. Las tareas escolares, las responsabilidades en casa, un horario ajetreado, las expectativas de los demás, las decepciones, las fechas límite, los problemas sociales: todo esto puede generar tensión.

El consumo de pastillas para afrontar la tensión o la ansiedad.
El consumo de pastillas para afrontar la tensión o la ansiedad.ABC Color

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El consumo de pastillas para afrontar la tensión o la ansiedad

Los barbitúricos son depresores del sistema nervioso central, conocidos familiarmente como pastillas para dormir. Pertenece a los derivados del ácido barbitúrico o malon y se encuentran en forma de píldoras, supositorios o en ampollas inyectables. El consumo prolongado de estas sustancias produce síntomas crónicos: disminución de la memoria y del funcionamiento interpersonal, irritabilidad, cambios en el estado de alerta, anemias y hepatitis. La retirada brusca de la droga puede resultar peligrosa por lo que su abandono debe realizarse de forma gradual. El síndrome de abstinencia se caracteriza por aumento de la ansiedad, el insomnio, la irritabilidad, las náuseas, el dolor de cabeza, las tensiones musculares, las palpitaciones, la disforia y, en casos muy graves, convulsiones y estatus epilépticus. La retirada conlleva un riesgo vital serio y requiere, por tanto, atención médica puesto que puede llegar incluso a causar la muerte. También es muy escasa la diferencia entre la dosis terapéutica y la tóxica, un breve exceso puede llevar a la muerte. Actualmente existen otras sustancias con mayores beneficios terapéuticos.

Las benzodiacepinas, ansiolíticos o pastillas para dormir se recetan muy frecuentemente cuando se padece ansiedad. Tienen una buena capacidad para generar tolerancia y son muy adictivas, por lo que su uso debe ser siempre seguido desde cerca por el psiquiatra y cuidando de no superar un tiempo limitado. Se encuentran en grageas, comprimidos, gotas y ampollas. A dosis elevadas provocan náuseas, aturdimiento, confusión, disminución de la coordinación psicomotriz, etc. Los efectos secundarios más frecuentes: somnolencia, fatiga, pesadillas, mareos, lentitud, otros.

En ocasiones se observan efectos paradójicos como insomnio por rebote o aumento de la irritabilidad y desinhibición del comportamiento, sobre todo si se combina con alcohol. Respecto al síndrome de abstinencia, la retirada brusca del fármaco puede resultar peligrosa, pero su abandono no es problemático si se realiza de forma gradual.

El tratamiento:

La desintoxicación se realiza de forma progresiva y muy solapada con la fase de deshabituación. Esta fase requiere trabajar en paralelo sobre las causas que motivaron el consumo de ansiolíticos o barbitúricos

Un joven ansioso o con insomnio debe probar otras vías.

¿Cómo detectar el problema?

Si el paciente mezcla el consumo de estas sustancias con alcohol (es muy frecuente por el uso relajante y sedante que se le otorga), encontraremos los síntomas de esta sustancia sumados a estos siguientes:

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- Disminución grave y notoria de las relaciones sociales, tanto familiares como de amistad y laborales.

- Disminución y evitación en la realización de cualquier actividad.

- Abatimiento, depresión, tristeza que potencian la reclusión.

- Tolerancia y abstinencia.

Fuente: http://www.orbiumadicciones.com/jovenes-y-consumo

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