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Cuando pensamos en experimentos nos vienen a la mente tubos de ensayo, humo y diferentes sustancias en un laboratorio, pero lo cierto es que se pueden realizar experimentos con elementos sencillos y que tenemos a nuestro alcance en casa.
Podemos empezar experimentando con el sonido. Para ello reuniremos algunos pocos materiales como vasitos vacíos de yogur y cuerdas que pueden ser hilo de ferretería. Podemos hacer varios, de distintos largos y materiales para experimentar cuál de ellos funciona mejor. El juego consiste en hacer un agujero en el centro de la base de cada vaso y pasar la cuerda por ellos, luego un niño se coloca en un extremo y el otro en el extremo contrario. Hablamos dentro del vaso y verificamos que el sonido viaja hasta el otro. ¿Viajan mejor las ondas si la cuerda se mantiene floja o tensa? Lo que demostramos con este experimento es que el sonido que produce nuestra voz viaja por el aire como una onda sonora que se transmite por la cuerda.
Otro experimento divertido para los chicos es el de la energía estática. Para hacerlo solo necesitaremos un peine y un pedazo de papel. Seguimos los pasos que se indican en la imagen: primero nos frotamos la cabeza con un peine, luego lo acercamos a los pedacitos de papel y por último comprobamos cómo estos se adhieren al peine por causa de la electricidad que generamos al frotarlo.