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La lectura interpretativa implica...
...procesar las ideas del texto para realizar inferencias.
...un compromiso e interacción de quien lee con lo que el texto quiere decirle.
...reconocer el propósito, la intención o finalidad del texto (entretener, informar, convencer, entre otros).
...predecir el contenido de la lectura a partir del título.
...identificar la idea central, las ideas secundarias, y el tema del texto.
...reconocer las ideas implícitas (leer entre líneas).
...deducir el significado de las palabras a partir de su contexto.
...analizar el uso de los elementos paratextuales.
¿Cómo nos aproximamos al texto?
Lo llevamos a cabo cuando observamos el texto y reconocemos su organización espacial y lógica, su silueta o formato.
En una carta, por ejemplo, podemos reconocer las siguientes partes: lugar y fecha; destinatario; saludo; cuerpo; despedida; firma. Reconocer la silueta nos habla del tipo de texto; cuando mejor reconocemos la silueta de un texto mejor podemos aproximarnos a su interpretación.
Asimismo, fijarse en el título y en elementos paratextuales como las ilustraciones nos permitirá formular hipótesis o conjeturas que luego buscaremos confirmar en la lectura completa del texto.
¿Cómo sabremos su propósito?
Cuando leemos el texto completo o las partes que nos interesan, debemos interrogarlo, en el sentido de indagar en su contenido, para averiguar su propósito, intención o finalidad; su intencionalidad comunicativa. Para inferir la intencionalidad comunicativa de un texto, debemos buscar pistas, indicios y palabras claves.
Las palabras claves, por lo general, son sustantivos o verbos que concentran la información que el texto quiere transmitirnos. Por ejemplo, en el texto «En el restaurante del barrio, comían a diario alrededor de cincuenta personas, excepto los domingos, que comían casi el doble», las palabras claves son «restaurante», «comían», «cincuenta personas»; «excepto», «domingos».
Palabras claves en este texto:
En el restaurante del barrio, comían a diario alrededor de cincuenta personas, excepto los domingos, que comían casi el doble.
. El primer paso es saber para qué vamos a leer el texto (recrearnos, estudiar, informarnos, otros).
.El segundo paso consiste en observar su silueta, título y subtítulos, así como en los elementos paratextuales. Formulamos hipótesis o conjeturas. Asimismo, podemos formular preguntas anticipadoras, como: ¿de qué trata el texto?, ¿dónde sucede la narración?
. Como tercer paso, interrogamos al texto para averiguar su intencionalidad comunicativa. Releemos las veces que sea necesario y no olvidamos usar el diccionario para buscar las palabras cuyos significados desconocemos.
. Como cuarto paso, procesamos las ideas del texto para realizar inferencias. Para procesar los textos escritos, tenemos muy buenas técnicas, entre las cuales podemos citar: el subrayado, la toma de apuntes, la elaboración de resúmenes y síntesis, la construcción de redes y mapas conceptuales, la elaboración de mapas cognitivos y esquemas, entre otros. Veremos estas técnicas próximamente.
Actividades
1. Seleccionamos por lo menos tres textos breves de diferentes tipos; por ejemplo, un soneto, una carta, una noticia.
2. Reconocemos la silueta de cada uno de los textos y si es posible, diagramamos sus formas.
3. Identificamos las palabras claves en cada uno de los textos.
4. Anotamos debajo de cada tipo de texto analizado de qué trata, a partir de las palabras claves que hemos identificado.
5. Inferimos la intencionalidad comunicativa de cada uno de ellos.
6. Escribimos debajo de cada tipo de texto analizado su intencionalidad comunicativa.
7. Evaluamos nuestra tarea con los compañeros de clase.
Para leer más
Moll, S. (2013). ¿Cuáles son las palabras clave de un texto? Recuperado el 20 de marzo de 2014, desde http://justificaturespuesta.com/profesor-cuales-son-las-palabras-clave-de-un-texto/.
Ylenay, J. (2013). La lectura comprensiva e interpretativa. Recuperado el 20 de marzo de 2014, desde http://razonamiento-verbal1.blogspot.com/2013/05/la-lectura-comprensiva-e-interpretativa.html.