Verificamos nuestros conocimientos con Don Quijote de la Mancha

Considerando las entregas anteriores en las que fuimos abordando temas relacionados con esta genial e incomparable obra maestra, nos abocamos en esta oportunidad a controlar lo aprendido,a evaluarnos con los refranes extraídos y a redactar cartas dirigidas a personas representativas de nuestro entorno sociopolítico.

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1. En cuanto al vocabulario, comenzamos aclarando estos significados.

. Hidalgo: Persona que podía vivir de sus tierras sin tener que trabajar. Don Quijote es el ingenioso hidalgo: vivía de sus haciendas y compraba todos los libros de caballerías, los cuales leyó hasta que se le secó el cerebro. El autor le antepuso el calificativo ingenioso para justificar sus locuras.

. Rocín: caballo de trabajo. Se lo empleaba para tirar del carro, traer o llevar cosas de peso y para ayudar en las tareas del campo. Don Quijote bautizó a su flacucho caballo como Rocinante en derivación de este nombre común.

2. Y buscamos los significados de estos otros vocablos tomados del texto.

. Armadura:

. Libros de caballerías:

3. Reconocemos en cada texto siguiente cuál es descripción y cuál es narración. Justificamos la elección.

Texto 1

Don Quijote decidió que necesitaba un escudero, como todos los caballeros, así que fue en busca de uno. Encontró a un vecino llamado Sancho Panza que no había ido a la escuela ni siquiera sabía leer ni escribir. Lo convenció diciéndole que si lo ayudaba y conquistaban un reino, iban a ser muy ricos.

Texto 2

En la mente del protagonista, la Dama del Caballero era toda una princesa, hermosa, de piel blanca como la nieve, unas mejillas rosadas como claveles, unos cabellos dorados como el sol y unas manos delicadas que cosían con hilo de oro y cantaba canciones al son del arpa. En la realidad, era una campesina tosca, bruta, fornida, con un bigotillo incipiente, acostumbrada a las rudas tareas de la labranza.

4. Leemos esta adivinanza y la desvelamos.

Va montado en un borrico; es bajo, gordo y con panza, amigo de un Caballero de escudo y lanza, sabe refranes, es listo.

Adivina, adivinador… ¿quién es?

5. Creamos una adivinanza según las características de Don Quijote de la Mancha. Recordamos utilizar los detalles que nos facilitan tanto la descripción como la narración. Cuidamos que el contenido exhiba un buen nivel de sonoridad y ritmo.

6. Damos respuestas a preguntas que brindan datos necesarios para la aprehensión del contenido.

a. ¿Cuáles son las razones por las cuales el autor le dio este apellido al ingenioso hidalgo y el nombre al Caballero de la Triste Figura?

b. ¿Por qué enloquece Don Quijote?

c. ¿Cómo construye el nombre de la Dama a la cual dedicará cada aventura?

d. Aunque ya está decidido a emprender sus propias aventuras, ¿qué le falta a Don Quijote para completar su imagen?

e. ¿Por qué produce risa el verlo ingerir alimentos a Don Quijote?

f. ¿Cuáles artilugios utilizan con Don Quijote, el Cura, Sancho, el ama y la sobrina para que el Caballero retorne a su verdadero hogar?

7. Trabajamos con los refranes.

En cada línea de puntos escribimos el número que le corresponde para completar cada refrán.

1- Al buen pagador                                                       … se saca el león. (a)

2- La verdad adelgaza                                                 …no hay estacas. (b)

3- Adonde pensáis que hay tocinos                             … un no como un sí. (c)

4- Las burlas                                                                … y no quiebra. (d)

5- Por la uña                                                                … llama a otro. (e)

6- Toda comparación                                                  … lo que reluce. (f)

7- Por el hilo                                                                … no hace verano. (g)

8- Un mal                                                                    … quítate allá ojinegra. (h)

9- La verdad ha de andar sobre la mentira,              …la madre de la ciencia. (i)

10- No es la miel                                                        … se vuelven veras. (j)

11- No hay regla                                                         … es odiosa. (k)

12- Tantas letras tiene                                                … sino con quien paces. (l)

13- La experiencia es                                                  … como el aceite sobre el agua. (m)

14- No con quien naces,                                             … los menos. (n)

15- Hasta la muerte                                                    … sin excepción. (o)

16- Una golondrina                                                    … se saca el ovillo. (p)

17- No es todo oro                                                      … para la boca del asno. (q)

18- De los enemigos                                                   … todos los gatos son pardos. (r)

19- Dijo la sartén a la caldera,                                   … todo es vida. (s)

20- De noche                                                              … no le duelen prendas. (t)

8. Escribimos cartas relacionadas con los contenidos abordados en estas entregas acerca de esta inmortal novela cumbre de las letras castellanas. Ellas pueden referirse a cualquiera de las instancias trabajadas, estar dirigidas a cualquiera de los personajes, emplear el tratamiento familiar o el de respeto, ubicar la temática en la época de la obra o actualizarla a los tiempos modernos. Incluso podría emplease un formato informal de uso muy actual. Te brindamos un ejemplo.

San Lorenzo, 30 de junio de 2013.

Estimado Caballero de la Triste Figura:

He leído de un tirón una versión resumida de la historia de su vida, la cual me ha maravillado por los tremendos enredos en los que usted se ha visto envuelto. Me considero su amigo como lector, pues sus aventuras me han atrapado.

Me llamo Antonio Jesús Salinas, soy alumno de 9.o grado, y le comento que, en principio, lo leí por obligación porque la maestra nos lo había indicado, aunque con el correr de las páginas fui entendiendo el porqué ella había insistido tanto en que nos dispusiésemos en esta tan sana compañía.

En el grado opinamos que hombres como usted ya no existen en la realidad, me refiero a aquellos que ayudan a la gente a resolver los asuntos de mucha urgencia en la actualidad tales como el hambre, la pobreza, la ignorancia, la explotación infantil o la extrema violencia. Ahora que Dios lo ayudó a recuperar la cordura, ¿estaría en condiciones de venir en nuestro auxilio? ¿Seguirá siendo caballero andante o prefiere no hacerse cargo de nosotros? Me gustaría que respondiera mi carta para que yo pueda leerla a mis compañeros y que albergáramos la esperanza de que nuestras inquietudes han de ser debidamente reconocidas y, por sobre todo, solucionadas de alguna manera.

Deseo de todo corazón que su respuesta sea afirmativa y que pronto lo veamos entre nosotros como líder indiscutido de bienaventuranzas.

Me despido de usted con admiración y respeto.

Antonio Jesús

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