Religiosas impulsan huerta comunitaria en asentamiento

CARAPEGUÁ (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). Las hermanas de la Congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul de esta comunidad impulsan una huerta comunitaria que favorece a cinco familias del asentamiento Nueva Esperanza. El proyecto es parte de un plan institucional de la escuela subvencionada Virgen Poderosa, que está a cargo de las religiosas.

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La iniciativa apunta a favorecer en su economía a las familias carenciadas y a fomentar la alimentación saludable, variada y equilibrada, manifestó la religiosa Juana Araújo.

El emprendimiento es desarrollado en la propiedad de la familia Pedro Celestino Jiménez y Porfiria Ruiz Díaz ubicada en el barrio Virgen de los Remedios.

La implementación de una huerta orgánica comunitaria promueve la participación de los vecinos en la producción de alimentos, ayuda a disminuir el gasto familiar destinado a la alimentación. Por otra parte, permite a los vecinos ser protagonistas en el desarrollo de su propia comunidad y proporciona, en caso de excedentes, la posibilidad de generar ingresos a través de la venta de los productos.

Las familias beneficiadas comenzaron a cultivar hierbas medicinales y están en proceso de crecimiento 1.176 plantas de tomate, 162 de locote, lechuga ya trasplantadas 547 plantines, y cebollita de verdeo 432 plantas. También disponen de acelga, remolacha, perejil, kuratû y zanahoria.

En la preparación del terreno y cuidados culturales de las plantas está ayudando el Ing. Isabelino Acosta, profesor de la Escuela Virgen Poderosa. El proyecto tiene un costo superior a los G. 15 millones, de los cuales la Congregación de las Hijas de la Caridad aportó G. 9.300.000 y la diferencia de G. 5.700.000 es una contrapartida local.

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