El té azul

Este bonito color de té azul cielo se hizo famoso en todo el mundo desde el año pasado, aunque en realidad se bebe al sureste de China desde el siglo XVI, específicamente en las montañas de Wuyi, en el norte de la provincia de Fujian.

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Esta provincia es la más cercana a Taiwán y es el motivo de la cercana relación de la isla con el Oolong. En realidad, todos los tés se originan a partir de la planta Camellia Sinensis. La diferencia entre el té negro, verde, blanco, rojo o azul radica en cómo se procesan. El té azul se fermenta y se deja oxidar parcialmente, mientras que el verde no se fermenta. El negro está completamente fermentado y oxidado, lo que le da el característico color. Por ejemplo, los tés blanco y verde se encuentran en un estado muy próximo al natural y salvaje de la planta. Esto hace que sean fabulosos y refrescantes, pero reducen, en gran parte, el margen de maniobra de los artesanos que los producen. La calidad de estos se define más por el cultivo que por el procesado. El té azul es un tipo de té Oolong que se consigue deteniendo el proceso entre el verde y negro, consigue su sabor profundo y complejo al ser hecho con cariño por un maestro que heredó generaciones de conocimiento.

El sabor del té azul está entre el gusto dulce del verde y el amargo del negro. Es muy beneficioso para la digestión y se le atribuye el poder de disolver las grasas; también contiene poca teína, muchas vitaminas y minerales. Se le atribuyen propiedades tónicas, laxantes y es un buen fijador de calcio en los huesos, por ser rico en calcio, hierro, yodo y magnesio. En la actualidad, Taiwán y China son el estandarte del Oolong. Taiwán sigue aportando múltiples innovaciones y tipos propios de té Oolong muy cotizados en todo el mundo.

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