La higiene bucal y los alimentos

La salud de los dientes y la boca está relacionada de muchas maneras con la salud y el bienestar general. Ciertos hábitos alimentarios influyen de manera directa en esta zona, y también algunos alimentos pueden provocar la aparición de caries y el desgaste dental.

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Hay tres grandes tipos de enfermedades bucales: la caries, la erosión y el desgaste de los dientes, y las enfermedades periodontales o enfermedades de las encías. De todas ellas, la caries es la enfermedad más común de los dientes. Los principales factores para prevenirla son: la higiene bucal, el uso de flúor y el consumo moderado de alimentos cariogénicos, es decir, azúcares y carbohidratos de todo tipo. Pero ¿qué más se debe tener en cuenta?

- Se cree que los azúcares simples (azúcar blanca de mesa, caramelos, golosinas...) son más cariogénicos que la pasta, el arroz, el pan o las frutas. Sin embargo, en la actualidad, sabemos que cualquier alimento que contenga carbohidratos contribuye en la misma medida a la aparición de las caries. Incluso el pan, en algunos casos, puede ser más perjudicial que algunas golosinas.

- En función de cuánto se pega a los dientes un alimento, este tiene más riesgo de causar caries, en comparación con los alimentos que desaparecen de la boca con rapidez. Las papas fritas y las galletas se pegan a los dientes durante más tiempo que los caramelos y generan más acidez. Los azúcares solubles de las golosinas se diluyen en menos tiempo y, por tanto, perjudican menos a los dientes.

- Comer o beber con mucha frecuencia también es perjudicial porque no le damos tiempo al esmalte de los dientes a remineralizarse por completo. Por eso, el mejor consejo es limitar el número de ingestas (consumo de comida y/o bebidas) con carbohidratos a un máximo de seis veces al día.

- Los quesos curados aumentan el flujo de saliva y protegen los dientes. El queso, además, contiene calcio, fosfatos y caseína, una proteína láctea que protege contra la desmineralización. Acabar una comida con un trozo de queso ayuda a contrarrestar la acción de los ácidos producidos por los alimentos ricos en carbohidratos consumidos en la misma comida.

- La leche también contiene calcio, fosfato y caseína, mientras que el azúcar de la leche, la lactosa, es menos cariogénico que otros azúcares. El café y el té manchan menos los dientes cuando se toman con leche.

-Los edulcorantes intensos (como sacarina, ciclamato, acesulfamo-K y aspartamo) y los sustitutos del azúcar (como isomalt, sorbitol y xylitol) no pueden fermentarse por las bacterias de la boca y no la perjudican. De hecho, los chicles sin azúcar estimulan el flujo de saliva, contribuyen a la prevención de caries y, consumidos tras una comida, aceleran la limpieza de los restos de alimentos.

- La erosión dental es la pérdida del tejido dental duro que se localiza en la superficie de los dientes debido a procesos químicos –por lo general, a un ataque ácido–, sin involucrar a la placa bacteriana. En nuestra dieta, hay bebidas y alimentos ricos en ácidos que aceleran la erosión de los dientes según la capacidad de protección natural de cada persona.

Es aconsejable evitar bebidas y alimentos ácidos durante el día, limitar su consumo a las comidas principales y cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta de dientes con flúor. Un ejemplo claro es la insistencia de los odontólogos en que los niños no lleven para el almuerzo del colegio jugos envasados.

- Se ha sugerido que debería evitarse el cepillado de dientes si se acaba de ingerir este tipo de alimentos y bebidas, ya que en presencia de ácidos puede aumentar el desgaste de los dientes.

Masticar chicle sin azúcar también ayuda a neutralizar los efectos de los ácidos.

Cuidar lo que comemos

Si bien la higiene y la genética también llevan su responsabilidad en la salud de los dientes, lo que ingerimos influye grandemente y debemos tenerlo en cuenta para una boca sana que no afecte al resto del organismo. Algunos consejos para cuidar la salud bucal mediante lo que comemos son:

Reducir la ingesta de platos dulces, golosinas y productos de pastelería, pues los caramelos masticables, bollos o pasteles con miel, por ejemplo, se adhieren fácilmente al esmalte dental dando el sustrato para las bacterias que producen caries.

Cambiar bebidas azucaradas por aquellas sin azúcar que no alimentan a los causantes de daños en nuestra boca. Entre las bebidas a evitar encontramos no solo los refrescos, sino también los jugos comerciales o naturales, aguas saborizadas y bebidas isotónicas que, en exceso, también dañan los dientes.

Consumir alimentos ricos en calcio, pues garantizar la inclusión de calcio en nuestra dieta es fundamental para cuidar la dentadura compuesta a base de este y otros minerales.

No cepillarse los dientes tras haber consumido ácidos, pues desparramaremos el ácido de los alimentos sobre el esmalte dental, debilitándolo. Así, los cítricos pueden ser riesgosos, como los jugos recién exprimidos, el vinagre en exceso, entre otros.

Realizar una correcta higiene bucal para barrer las placas formadas por bacterias y no propiciar su desarrollo.

Fuente: vitonica.com y consumer.es

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