Mientras el duque derrotaba a los británicos en Port Mahon, su chef se aprestaba a prepararle un banquete que incluía una salsa a base de crema y huevos. Al darse cuenta de que no tenía crema, improvisó la preparación sustituyéndola con aceite de oliva. El chef bautizó la nueva salsa con el nombre de "Mahonnaise", en honor a la victoria militar del duque. Siglos más tarde, en 1903, arribó a Estados Unidos Richard Hellmann, procedente de Vetschau, Alemania. Allí conoció y se casó con la hija de un almacenero y dos años más tarde inauguró su propia tienda en Nueva York, un negocio de comidas preparadas. La receta de la mayonesa que preparaba su esposa Margaret y que se agregaba a las ensaladas y sándwiches que se vendían en el local, se hizo tan popular que el señor Hellmann comenzó a venderla por separado, en los tarros de madera utilizados para pesar manteca. Había dos versiones de la mayonesa, la que estaba rodeada por una cinta azul era la más vendida y fue la fórmula que, finalmente, comercializó en frascos de vidrio. En 1917, las ventas de la mayonesa eran tan buenas que cerró su almacén para dedicarse de lleno a la producción industrial de la misma. En 1932, vendió su negocio a Best Foods, que decidió mantener el nombre de su creador, añadiéndole el apóstrofe y la s (´s) lo que en inglés significa posesión, “la mayonesa de Hellmann”.
Una receta familiar
Se dice que la mayonesa fue un invento de un chef francés, empleado en la corte del duque de Richelieu, en 1756.
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