Locura de petardos

Los caninos sufren tal estrés con la pirotecnia, que muchos desaparecen esa noche de fiesta debido a la sensibilidad de sus oídos. Un poco de consideración no estaría de más.

Locura de petardos
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Sí, es cierto, los perros tienen la audición muy aguda y con las explosiones de fin de año entran en un estado de desesperación y les afecta mucho. Se han visto casos de perritos que mueren a causa de un paro cardíaco como consecuencia de los ruidos, que sin piedad los humanos provocan para festejar. La doctora Juana Inés Ramírez, veterinaria, dice que lo más recomendable es que estén bajo techo por las balas perdidas, y dos horas antes de que empiecen a explotar las bombas es recomendable darles un sedante por vía oral o inyectable, que será indicado por el profesional que lo trata, quien considerará su peso y edad. Se recurre a medicamentos para que sobrepasen esta etapa más tranquilos; si fuera posible, permanecerán en una habitación sin tantos muebles y objetos, porque al entrar en pánico, chocan y se golpean, además con un ventilador que refresque el lugar.

La doctora Juana Inés subraya este consejo: prevenir las huidas cerrando puertas y portones que den a la calle, porque es cuando ellos escapan de la casa y se pierden por la desorientación, a raíz de su sensibilidad. Si hay varios perros, conviene tenerlos separados, ya que reaccionan de manera inadecuada, en especial los que son muy nerviosos, por ejemplo, de la raza yorkshire y caniches.

Instinto cazador

Se ha visto a perros sensibles y temperamentales, como los weimaraner y labradores, que frente al fuego pretenden apagarlo con la boca y ahí se produce la explosión; es su instinto cazador que los impulsa a esta acción. Por ello, resulta una crueldad lanzar petardos cerca de los animales.

mirtha@abc.com.py / Foto Celso Ríos

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