Buena vibra

Es cantante y exvocalista de Identidadpy y Tribu Sónica, grupo con el que fue telonera del concierto de The Cure en nuestro país. Trabajó en Japón y ahora se aventura como solista en su carrera musical. En agosto lanzará su disco Che la rey.

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El talento musical de Marcela (24) permanecía dormido hasta que a los 8 años, en un viaje familiar, el velo que cubría aquella vocación se descorrió dejando boquiabiertos a sus parientes que la escucharon cantar. Desde entonces se fue forjando entre las canciones de grandes bandas del rock mundial como The Beatles y The Rolling Stones, de las cuales su padre era fanático. A los 14 años realizó sus primeras presentaciones en festivales y actos culturales. Más tarde, formó parte de una banda juvenil llamada Nderakore, con la que interpretaba temas de Nirvana. Años después, se unió a Identidadpy y luego a Tribu Sónica, banda telonera del conjunto de rock británico The Cure en su histórica presentación en nuestro país. “Fue fantástico haber formado parte del show y sentir el calor del público antecediendo a uno de los más grandes músicos como Robert Smith. Es inolvidable”, cuenta emocionada.

Antes de aquella presentación viajó a Japón para trabajar en un hotel y deleitar al público con su voz. “Creo que fueron unas vacaciones en realidad, porque me divertí mucho”, cuenta entre risas. Con el rock en las venas, Marcela ahora continúa su carrera como solista y revela que prepara su primer sencillo, que se lanzaría en el mes de agosto.

¿Cómo llegaste al público de Japón? Una amiga me habló del trabajo y me comuniqué con el requintista Celso Riveros, que tenía contacto con una promotora que contrataba artistas para llevarlos a Japón. Entonces yo envié un video musical cantando Bésame mucho y a la empresaria le gustó. Fui por seis meses. Me pagaron el pasaje, la estadía y aparte un sueldo. Estuve cantando en el teatro del Hotel Kagaya, en su bar de jazz, en el lobby y en otros escenarios dentro del edificio, cuya dimensión es inmensa; aproximadamente está preparado para albergar a 2000 personas. Es un lugar hermoso. Nosotros trabajamos todos los días durante seis meses, sin descanso, sin domingo. Pero para mí fueron como unas vacaciones, aprendí y me divertí muchísimo.

¿Alguna anécdota de esa experiencia? El primer día tuve que memorizar un saludo en japonés. Yo pensé que podía zafar de eso por mi carácter de extranjera, pero no, tenía que saludar en el idioma del país sí o sí. Y me sentí nerviosa. Traté de memorizar la frase y cuando pisé el escenario se me mezclaron todas las palabras y dije cualquier cosa y el público se mató de la risa. En ese momento me sentí más nerviosa. Después, cuando interpretaba la segunda canción de la noche, llamada ¿Quién será?, caí en una laguna mental y, en efecto, me olvidé de la letra del tema. Entonces, buscando una forma de zafar, le agregué algunas frases a la canción, la cual es muy conocida en el país oriental. Encajé algunas palabras, entoné bien, le di ritmo y todos al final bailaron y la pasamos bárbaro. Se nota que les emocionó verme en una situación difícil y que yo intentaba resolver ese inconveniente. Ese fue un día en el que más participó el público japonés. Parece que la espontaneidad les emocionó.

¿Cómo es el público japonés? Es muy parecido al paraguayo. Es tranquilo, te observa, si es que le gusta, aplaude; si se emociona mucho, se levanta y baila; es bastante respetuoso y callado. Si es que no le gustás, se retira. Pero cuando lo convencés, baila, mueve la cabeza, canta, cierra los ojos y siente la canción. Te demuestra que está disfrutando del show.

¿Cómo fue el relacionamiento con tus compañeros? Al principio fue bastante extraño, porque los japoneses son muy fríos en el trabajo, son muy estrictos y tienen en cuenta los detalles. Pero como los latinos nos caracterizamos por ser cálidos, después el ambiente se tornó más divertido y eso les encantaba; decían que nuestra dupla era la número uno entre todas las provenientes de distintos países.

Y a tu regreso te esperaba un gran concierto. Fuimos seleccionados con Tribu Sónica para ser uno de los teloneros de The Cure. Fue maravilloso. La gente saltaba, gritaba, algunos cantaban con nosotros... ¡Fue genial! Después, nos unimos al público y disfrutamos del show de Robert Smith y su grupo.

¿Después de aquella presentación saliste de Tribu Sónica? Sí, y me lancé como solista porque me brinda mayor libertad. Ahora puedo tomar mis propias decisiones. No tengo que estar dependiendo de la opinión de terceros. Tomo la dirección que deseo, escribo las canciones que quiero escribir con más libertad y así voy aprendiendo. Ahora estoy trabajando en sociedad con Mike Cardozo, el exlíder de La Secreta. Él es el productor de mi disco, un LP que voy a lanzar en poco tiempo y que se llama Che la rey.

¿En una banda hay obstáculos? Sí. Hay una lucha de egos; lo que quiere hacer uno no quieren hacer otros o adonde se quiere ir uno, no se quiere ir el otro. Siempre tenés que ponerte de acuerdo para emprender algo, como en todas partes, y a mí eso me llegó a cansar. Nunca pensé ser solista, porque me gustaba estar en una banda, resguardarme dentro de un grupo de trabajo. Pero ya quería experimentar algo nuevo, ser la responsable de todo, tomar las decisiones, entonces me aventuré a lanzarme como solista. Desarrollo el mismo trabajo que en una banda, pero es más liviano.

¿Cuál es la situación de los grupos de rock paraguayos? Creo que ahora están en pleno crecimiento, por supuesto que estamos recién en la pubertad. Hace 10 años más o menos nació el movimiento y va avanzando. Se está forjando día a día. El público es muy exigente, muy inteligente, el paraguayo no te acepta cualquier cosa. Le gusta la sinceridad, lo que es fresco y simpático.

¿Cuál es tu última creación? Se titula Buena hierba, que forma parte del LP que estoy preparando. La compuse en Japón. Antes de irme allá escuchaba solo música inglesa y a la hora de viajar al país del sol naciente tuve que enterarme de otros ritmos como el bolero, la rumba, etcétera. La verdad, no sé muy bien qué estilo tiene la nueva canción. Es el resultado de todo lo que yo fui consumiendo, aunque tiene una pizca de rock and roll, pero muy en el fondo. Se sienten más las maracas como volcándose hacia la rumba.

¿Qué te inspiró? Me inspiró papá y el primer verso es suyo; él escribía. El tema se refiere a ese momento cíclico que todos tenemos: nuestras depresiones. La onda es salir de eso, pensar positivo, buscar buena energía, una positiva, que no importe lo que los demás piensen de uno, sino lo que uno piense de sí mismo.

Amante de la libertad, Marce nombra a Maneco Galeano, Mike Cardozo, al grupo Salamandra y a Charlie Nutela como sus referentes a nivel nacional. Mientras que The Beatles, Nirvana, Rolling Stones y Aretha Franklin se ganan su admiración en el ámbito internacional.

LANZAMIENTO

Para Marcela, la música es todo, es su realización personal. “Es la forma de expresar mis sentimientos, de vencer el estrés”. Dicharachera y liberal, resalta la experiencia que ganó formando parte de diferentes bandas, en las cuales –según afirma– aprendió mucho. “Es la calle. Todos traen una técnica distinta, algunos estudian en conservatorios, otros tocan de oído. Durante el tiempo que canté, para cualquiera de los grupos, me divertí. Competíamos, pero nos ayudábamos”, expresa. En agosto planea presentar su primer sencillo como solista con la producción y asesoramiento de Mike Cardozo, a quien agradece toda la colaboración. “Son tres temas que forman parte del LP, de los cuales Buena hierba ya está listo. Ahora ajustamos algunos detalles de los temas restantes, Hacé algo y Wakura”. Buena hierba también tiene un videoclip que se puede ver por You Tube, (Buena hierba-Marcela Lezcano), que fue dirigido y producido por Federico Espinosa.

Texto jose.riquelme@abc.com.py

 

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