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El castillo de Windsor, residencia de la reina Isabel II, fue el lugar elegido por el príncipe Guillermo de Inglaterra para ofrecer una gala solidaria para celebrar el trabajo del hospital The Royal Marsden, además de anunciar el lanzamiento de un nuevo centro de cáncer de mama, financiado por el diseñador de moda Ralph Lauren. La distinguida velada reunió a la crema y nata de la sociedad británica, en la que aparecen varias figuras ligadas al cine y la moda, y filántropos. Entre ellas estuvieron presentes la siempre admirada Kate Moss, quien asistió en compañía de su marido, Jamie Hince, enfundada en un vestido negro ceñido al cuerpo con transparencias que se hacían ver en un prominente tajo, escote y una sola manga.
Otra que se robó las miradas y tuvo una amena charla con el príncipe Guillermo fue la actriz de Harry Potter, Emma Watson, quien eligió una falda larga de seda de color gris y una camisa blanca, atuendo complementado con un cinto de cuero y un clutch rígido, además de un maquillaje smoky eyes y labios intensos en rojo vino.
La modelo Cara Delevingne también apostó por el negro para asistir a la cena benéfica. La joven lució un diseño de corte sirena, corsage de encaje y cuello halter, presumiendo una figura estilizada. Pero sin lugar a dudas la invitada que brilló con luz propia, una vez más, fue la oscarizada Cate Blanchett. La actriz lució radiante y de lo más elegante con un precioso e impresionante vestido blanco fluido, de escote asimétrico. Con su rubia melena recogida y un maquillaje en el que se acentuaban sus labios carmín, Cate adornó su vestido con unos importantes pendientes de cristal, el único complemento que se permitió además del monedero en tono marfil.
La siempre particular actriz británica Helena Bonham-Carter tampoco quiso desaprovechar la invitación a esta cena. Esta vez, lució menos extravagante con un vestido strapless en gasa y raso azul oscuro, con volados irregulares. La mujer de Tim Burton también tuvo la oportunidad de hablar con el príncipe Guillermo, al que conoció antes de que el joven pasase por el altar, y se atrevió a preguntarle si quería ser el padrino de su hija, a lo que, muy cortésmente, Guillermo contestó que no.
La duquesa de Cambridge fue, sin embargo, la gran ausente de la velada y recayó en el príncipe todo el peso como anfitrión. Los invitados del príncipe Guillermo, la gran mayoría vestidos de Ralph Lauren, disfrutaron antes de un cóctel en la histórica sala de Waterloo, construida en homenaje a la victoria de Inglaterra contra Napoleón, en 1815.
The Royal Marsden tiene una larga y orgullosa historia de apoyo filantrópico, entre los que se destaca el trabajo de la desaparecida princesa Diana, en favor del hospital. Tras la velada, el nosocomio anunció la generosa inversión de Ralph Lauren Corporation, para la instalación de un centro de investigación de cáncer de mama de última generación.
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Fuente EFE