Inspiración paternal

Estudiante de Administración de Empresas. En setiembre de este año viajará a Europa para recibirse de estilista. Por el momento, se encuentra en proceso de formación. El viernes pasado llegó de Orlando, donde realizó la última parte de un curso.

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¿A qué hombre no le gusta estar rodeado de mujeres? Su abuelo, papá y hermano eligieron una profesión en la que constantemente tratan con mujeres de todas las edades y estilos. No fue fácil satisfacerlas, pero cada uno de ellos siempre intentó lo imposible para dejarlas felices. Con esa visión, Stefano Gallitelli le comentó a su papá las ganas que sentía de adentrarse en el mundo de la estética, ya que siempre se imaginó pasar sus días trabajando en una peluquería. Así, hace nueve meses, se propuso iniciar una clase intensiva en el salón de belleza de su padre, el reconocido estilista Dino Gallitelli, con su orientación, ya que le recomendó que invite a sus amigas y que trabaje con el cabello de ellas. Más de 50 cabezas pasaron por sus manos, practicó hasta adquirir todas las técnicas que se propuso, pero –como dice– le falta seguir recorriendo para ganar experiencia. En febrero de este año, se acercó a Stefano el representante de una importante marca de productos capilares para invitarle a un curso relacionado a su área. El destino elegido era Londres y las clases impartidas estaban previstas durante una semana. “Habló conmigo y me contó las condiciones para que participe. Debía completar un formulario, grabar un video comentando mi interés y enviarlo”. Solo seleccionarían a 10 jóvenes de 1300 postulantes. “Finalmente, me eligieron y fui el único latino en formar parte del Inspirational Youth 2014, que se realizó en abril. Hace una semana arribé de Orlando, donde se llevó a cabo la segunda y última parte del curso”, agrega.

¿Por qué creés que te eligieron? Fue lo mismo que me pregunté; por eso, una vez que llegué, les consulté a los profesionales y me respondieron: “No te lo preguntes, por algo estás acá; aprovechalo”.

¿Hasta ahora seguís con la duda? Creo que buscan líderes jóvenes para instruirlos, que en el futuro sean los “embajadores” de la marca y les propongan trabajar con ellos.

¿Qué significó para vos esta experiencia? Es el comienzo de una profesión hermosa. Siento que soy bendecido por recibir la orientación de muchísimos profesores extranjeros, que lo único que hicieron fue preocuparse por nosotros en todo momento y enseñarnos lo mejor de ellos, en cuanto a lo personal y profesional.

¿Recibiste clases de...? Corte, color, styling, oratorias en público, casting de modelos y sesión de fotos. Los seis días fueron intensos: a la mañana, dictaban clases teóricas y mirábamos a los profesores cuando trabajaban; a la tarde, ingresaban las modelos y allí nosotros implementábamos lo aprendido.

Aparte de las técnicas, ¿qué aprendiste? Lo bueno es que intercambiamos ideas, maneras de trabajar y algo muy importante también: las diferentes culturas.

Al principio, ¿cómo te sentiste? Bastante tímido, porque era el único latino, pero el grupo fue buenísima onda conmigo. Llegamos al taller y comenzamos a intercambiar palabras; luego, se convirtió en un equipo humano muy unido que tenía el mismo objetivo: aprender y disfrutar.

Y en la última fase del programa, ¿qué tal? Más confiado, porque practiqué mucho en la peluquería antes de viajar. Creo que me desenvolví bien en el escenario del Premiere Orlando International Beauty Event, porque allí debía exhibir los últimos retoques del peinado que elaboré. Los 10 participantes explicamos el procedimiento que aplicamos y en todo momento me mantuve tranquilo. Luego, la modelo desfiló para mostrar el look completo.

¿Quiénes fueron los profesores? Estuvieron presentes Anthony Mascolo, Nick Irwin, Akos Bodientre y otros grandes especialistas del rubro de la peluquería. De ellos aprendí muchísimo; sus técnicas son de primer nivel.

¿Cuál creés que es la regla básica del estilista? Tener buena base y después aplicar el gusto personal, que uno lo define con el tiempo. Para trascender, el peluquero debe formarse íntegramente.

¿Y ahora qué pensás hacer? En setiembre de este año pienso viajar a Valencia, España, para estudiar durante nueve meses o un año. Pero quería ir con una base, un conocimiento adquirido, para captar más rápido cuando me pidan alguna tarea. Tendría clases todos los días de 09:00 a 18:00 y, de repente, los fines de semana podría trabajar en algún salón de belleza para mantenerme en training.

¿En qué te querés enfocar? En corte y peinado, pero igual voy a inscribirme en cursos de color y demás para conocer, porque cuando quiera dirigir mi propia peluquería, si no tengo los conocimientos adecuados, no podría exigir.

¿Tu mentor es tu padre? Sí, indiscutiblemente, quiero seguir sus pasos. Él solo con su esfuerzo construyó su imperio y algún día deseo poseer lo mismo.

¿Cómo ves el trabajo de tu padre? Al personal de su salón siempre lo orienta y le cuenta su estilo. Trabaja con más de 200 personales; 40 profesionales por salón. Es muy dedicado, exigente y perfeccionista; claves que lo llevaron al éxito. Hace más de 45 años que trabaja en la industria de la peluquería.

Para que una peluquería funcione, ¿cuál es el secreto? Contratar buenos profesionales y controlar el servicio de cada personal, porque desde que el cliente ingresa al salón debe ser bien atendido. Todos deben poner de su parte para que funcione; así se completa el círculo. Porque capaz que si a la clienta no le gustó, no volverá ni recomendará.

¿Te ponés un tiempo para concluir tus peinados? No, porque todavía no trabajo con clientas, más bien con mis amistades, pero no por eso les hago esperar horas. Solo les advierto que estoy en la etapa de aprendizaje y que si no tienen problema de estar un tiempito en la pelu, las espero. Quiero trabajar tranquilo, porque a la vez aprendo. De todos modos, cada vez más me propongo a terminar en menos minutos.

Stefano, en diciembre del año pasado, concluyó su carrera de Administración de Empresas y este mes presentará su tesis. Reitera que su mayor apoyo es su padre, mentor y guía.

PADRE Y GUÍA

Stefano asegura que su padre es su guía. “Tengo la ayuda de mi padre, quien me aconseja en cada momento. Lo primero que me dijo, cuando le comenté que quería incursionar en la peluquería, fue que termine mi carrera, presente mi proyecto final y después me enfoque de lleno; antes no. Porque para él la formación es lo primero, la base para cualquier persona. Mis cinco hermanos también están pendientes de mí”, cuenta el joven. Su madre Edith Pfannl también forma parte del mundo estético, ella se encarga de la depilación en su propio local. Stefano desde el 2009 hasta el año pasado fue corredor de karting y hasta salió ganador en el 2012; le encanta la velocidad y la adrenalina. Dejó ese hobby, porque sostiene que le quita mucho tiempo y se quiere dedicar totalmente a la peluquería.

Texto dbattilana@abc.com.py

Fotos Heber Carballo y gentileza

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