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Entrar en contacto con las sinestesias del agua, la graduación de temperatura –si se ejercita al amanecer–, el oleaje –que no siempre está tranquilo– y los acertijos del viento, más el ejercicio físico en sí, conforman el caudal de sus beneficios.
Su práctica en nuestro país lleva mucho tiempo y son varios los clubes náuticos que lo desarrollan. A la vez, surgen proyectos que miran a las personas con discapacidades físicas o intelectuales y promueven su práctica.
Mariana Escauriza es una de las gestoras de la iniciativa Pu’aka (fuerza o vencer, en guaraní) y busca, junto con su equipo, exponer las virtudes de los atletas paralímpicos del remo. Es egresada de la carrera de Kinesiología y Fisioterapia, con varios cursos de neurorrehabilitación. Incursionó en esta disciplina deportiva en el 2004 y alcanzó una presea de oro en el Sudamericano 2010, para finalmente dedicarse a la formación como entrenadora de remo adaptado.
Desarrollando esta labor es una de las promotoras del proyecto inclusivo Pu’aka, un espacio deportivo en el que entrenan atletas con discapacidades físicas o neurofísicas.
Hoy conversamos sobre el despunte y la visualización internacional que adquiere el proyecto, fijándonos también en la adaptación estructural enfocada a las posibilidades sociales a través del deporte.
¿Bajo qué circunstancias surge el proyecto Pu’aka, cuántas personas lo integran y existe algún límite o determinante para participar?
Nace en el 2012, después de mi paso por el club de fútbol y regatas Botafogo, en el que entrenaba a diario al lado de personas con discapacidades. Lentamente, a medida que concluía mi carrera, el proyecto fue tomando fuerza, hasta que en el 2016 hicimos el primer encuentro en la costanera de Asunción, con bastante éxito.
Pu’aka lo integran una familia de voluntarios que participan de acuerdo a las actividades que realizamos. Somos, aproximadamente, 15 personas las que trabajamos ad honorem por un objetivo común: la inclusión de las personas con discapacidad a través del deporte.
Para integrar la iniciativa, basta con ponerse en contacto con nosotros y listo. No hay límites de edad, solo ganas de ser parte de este objetivo y trabajar juntos.
En relación con la inclusión que buscan visualizar desde este espacio, ¿cuáles son las condiciones estructurales y socioculturales que deben reforzarse para que la iniciativa conquiste escenarios transversales en políticas deportivas inclusivas?
Lo primero y fundamental es cambiar el modo de pensar de la mayoría en la sociedad, que relaciona la inclusión con la caridad; al mismo tiempo de derribar todas las barreras arquitectónicas que impiden a las personas con discapacidad desenvolverse sin inconvenientes.
En general, al iniciarse en la práctica del remo, ¿qué factores debe tener en cuenta el interesado antes de tomar la decisión y cuáles son los temores (por usar ese término) recurrentes? El principal factor es saber nadar. Esa es la primera norma de seguridad para empezar. Respecto a los temores, generalmente, los padres de los chicos que acuden a remar son los que más miedo tienen. Recuerdo que una mamá me dijo: “Mi hijo no sale de casa solo –refiriéndose a que es usuario de silla de ruedas– y vos querés ponerlo en un bote en el medio del río… ¡Estás loca!” (risas). Lo siguiente que recuerdo es la inmensa felicidad de ese chico remando en el medio de la bahía.
¿Los botes inclusivos se fabrican aquí o se los interviene siguiendo ciertas normas?
No se fabrican aquí. Los adaptamos a las normas exigidas por la FISA (Federación Internacional de Sociedades de Remo) hasta que logremos adquirir un bote reglamentario. Al referirnos al remo adaptado hablamos de reacondicionar los botes a cada una de las diferentes discapacidades que puede presentar una persona. Por ejemplo, en el caso de un atleta con una lesión medular que ingresa en la categoría PR1, sí o sí tiene que usar una silla que lo sostenga.
¿Se puede plantear un cambio o normativas divergentes que permitan a una persona con discapacidad visual participar en competencias con atletas regulares, teniendo en cuenta que físicamente es realizable, y cuáles serían?
Realmente, en el remo es difícil que una persona con discapacidad visual compita en categorías convencionales, ya que la dirección del bote es primordial. Ahora bien, el remo adaptado contempla a las personas con discapacidad visual en la categoría PR3, en la que reman un bote de cuatro personas (dos mujeres y dos hombres, quienes dependiendo de la discapacidad visual deben usar un antifaz para emparejar el nivel de visión) y un timonel (una quinta persona) que guiaría el bote; este puede ser de cualquier categoría, incluso convencional.
¿El tiempo para los ejercicios es el mismo en categorías paralímpicas o requiere de otro proceso?
Es igual, ya que la distancia de competición es la misma, solo adaptamos los ejercicios a cada una de las discapacidades. Como todo deporte, cuando empezamos, lo hacemos de manera progresiva.
Al hablar de disciplinas deportivas inclusivas, ¿cuál es el proceso por el que deben pasar tanto el entrenador como el atleta antes y durante el desarrollo de la actividad, fijándonos específicamente en el afianzamiento de la autoestima del atleta y su condición?
Particularmente, el entrenador debe ser una persona preparada académicamente para trabajar con atletas paralímpicos, conocer a fondo cada una de las discapacidades y adaptar así el entrenamiento según las necesidades de los deportistas, realzando sus habilidades, dejando de lado esa condición y concentrándose solamente en sus fortalezas.
Hablanos de las próximas participaciones internacionales que tendrán con atletas paralímpicos de remo.
Del 14 al 16 de abril, en la ciudad de Curauma (Chile), se realizará el Sudamericano de Remo, en el que José Duarte será el representante paraguayo que competirá en la categoría paralímpica PR1 (para remo sin piernas). Luego de eso, del 6 al 16 de mayo se llevará a cabo el Campamento Internacional de Remo, organizado por la FISA, en el que él recibirá oficialmente su categorización. En este espacio, entrenadores y atletas reciben formación en grupo con sus pares y trabajan en las potencialidades del deporte. Será una experiencia muy positiva para nuestro país, ya que es la primera vez que tendremos un representante local en ese escenario deportivo.
Las disciplinas paralímpicas adquieren fuerza desde espacios civiles y pese a la escasa estructura estatal, específicamente desde el Comité Paralímpico Paraguayo, logran abrirse camino entre brazadas, saltos y tracción.
Mucho queda por delante en esta loable causa, y así como Mariana busca mejorar las ventajas para todos aquellos con ganas de adentrarse a la vitalidad y vigor que entregan los deportes, es momento de levantar la mirada y ver que, por sobre la subestimación, el asistencialismo o la desidia estructural, las ganas de vencer no tienen límites y la meta espera a quien quiera saludarla.
Mariana Escauriza
Innovando a través de un proyecto que adquiere relevancia internacional, esta entrenadora conjuga su pasión al remo adaptando estructuras para que las personas con discapacidad puedan acceder a las ventajas que confiere.
Amplitud deportiva
“El remo es uno de los deportes más completos, ya que se usan todas las partes del cuerpo. Es muy versátil, porque nos permite la adaptación de varias discapacidades, como la física, visual e intelectual”, asegura Mariana.
“En el caso de las personas con discapacidad auditiva, compiten con los convencionales, puesto que eso no interviene con la trayectoria del bote”, agrega la entrenadora.
“Otro de los principales beneficios es que ayuda a disminuir el estrés, al igual que a bajar de peso. Es un deporte sin impacto, apto para todas las edades”, enfatiza.
Desde Pu’aka, además de potenciar la práctica del remo, buscan ampliar horizontes deportivos. “Estamos trabajando en el desarrollo de fútbol para amputados. Como este es un proyecto social sin fines de lucro que busca la inclusión de las personas a través del deporte, estamos abriendo una alternativa más tradicional, para que más gente con discapacidad se anime”, concluye.
Fotos: Silvio Rojas y gentileza