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La habitualmente solemne y sobria gala de los Óscar se salió de su encorsetado guión de la mano de su maestra de ceremonias, Ellen DeGeneres, quien repartió pizzas, lotería, se hizo fotos que causaron sensación en Twitter y le dio al evento una atípica cercanía al hogar.
DeGeneres, que ya había presentado los Óscar en 2007, fue poco a poco imponiendo su sello personal y, con la complicidad de las estrellas del cine, se echó sobre los hombros una gala de tres horas y media a base de bromas que no necesitaron recursos de mal gusto para arrancar sonrisas. “Ha estado lloviendo durante los últimos días, pero estamos bien. Gracias por vuestras oraciones”, dijo DeGeneres en el arranque de su monólogo inicial, en referencia sarcástica a la exagerada alarma que se decretó en Los Ángeles, ciudad poco acostumbrada al agua y las precipitaciones. Finalmente, salió el sol y la alfombra roja permaneció seca, aunque eso no impidió que Jennifer Lawrence se tropezara nada más al bajarse de la limusina y cayera al suelo, como ya le ocurrió en 2013, en el momento de subir a recoger su estatuilla de mejor actriz. DeGeneres estuvo ágil para sacar punta de la torpeza de Lawrence, nuevamente candidata al Óscar este año por su papel en American Hustle. “Si ganás hoy creo que deberíamos llevarte el óscar (a tu lugar)”, le dijo la presentadora a la actriz.
Mexikenian
La nota de espontaneidad la aportó Lupita Nyong'o, que se alzó con la estatuilla de mejor actriz secundaria por 12 years a slave. Lupita, nacida en Ciudad de México, de padres kenianos refugiados, luego se crió en Kenia y estudió en EE. UU., pero a los 16 años volvió a México para aprender español.
En la alfombra roja dijo que era mexicana como keniana por igual, por lo cual se autoproclamó mexikenian, palabra que muy pronto se popularizó entre los presentadores del Óscar. Durante la gala también bailó al son de la canción Happy. “No se me escapa que tanta alegría en mi vida se debe a tanto dolor en la vida de otros”, dijo la joven actriz, aludiendo a su personaje en la película.
El premio Óscar a la mejor actriz fue para Cate Blanchett por su trabajo en Blue Jasmine, de Woody Allen. Sin lugar a dudas, Cate hizo el discurso más elegante; Lupita, el más emotivo y Jared Leto, el más político; el más sorprendente, por religioso, fue el de Matthew McConaughey, quien dedicó su primer óscar a Dios. Las rivales de Cate fueron Sandra Bullock (Gravity), Amy Adams (American Hustle), Judi Dench (Philomena) y Meryl Streep (August: Osage County). Blanchett, quien reconoció con gracia el talento de las demás candidatas, quiso dar las gracias especialmente a Allen por su “extraordinario guión”. “Estoy orgullosa de que la película haya logrado estar tanto tiempo en los cines. Gracias al estudio Sony Pictures Classics, a los espectadores y a aquellos en la industria que no piensan que cintas protagonizadas por mujeres son un nicho. La gente quiere verlas y, de hecho, recaudan dinero”, manifestó, provocando una gran ovación.
Honorífica
En el marco de la gala, también se recordó el galardón otorgado a la actriz Angelina Jolie, quien fue reconocida por la academia de Hollywood con un óscar honorífico por su compromiso humanitario.
Angelina lleva más de una década implicada en la lucha por los Derechos Humanos, tal y como la academia de cine de Hollywood reconoció. El premio honorífico hace que la artista se convierta en la persona de menor edad en recibir un óscar honorífico. Además, durante la gala se la vio muy animada junto con su pareja, Brad Pitt, con las ocurrencias de Ellen DeGeneres. Así posó para el selfie o autofoto que promovió la conductora, que más tarde se convertiría en la imagen más retuiteada de la historia de Twitter, y también se sirvió un trozo de pizza.
La alfombra
En la célebre alfombra roja de los Óscar, Lupita Nyong’o impactó con un vestido de Prada sin mangas, azul pálido, plisado con un pronunciado escote en V y una diadema como tocado. “Es un azul que me recuerda a Nairobi; quería tener algo de casa”, dijo la actriz, que se convirtió en favorita de los críticos de moda durante la temporada de premios en Hollywood. Por su parte, la actriz australiana Cate Blanchett lució un vaporoso vestido de Armani, transparente y cubierto de pedrería. “Es pesado, pero me encanta”, aseguró la artista, generalmente aplaudida por sus elecciones de moda. Los tonos pálidos fueron el denominador común de la gala.
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Fuente EFE, Internet