“De niño me casé con el lápiz y el papel”

El lápiz y el papel son los fieles compañeros de trabajo de Bruno Aranda (22), quien declara que de niño se casó con esos materiales, porque fueron los primeros que utilizó. Para el joven, retratar a las personas es una pasión; pues, todas las miradas tienen algo particular y captar la esencia de un individuo en cada obra es su objetivo.

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Bruno comenta que se inició en el mundo del arte a los ocho años. “Dibujaba mal, pero me encantaba hacerlo. Mamá me compraba los materiales y, aunque no le gustaba, me dejaba utilizar las paredes como lienzo”, expresa. Además de ser retratista, el joven estudia Marketing y trabaja como diseñador gráfico.

El artista empezó a dibujar profesionalmente a los 16 años. Sus primeros trabajos fueron los sellos del Correo Paraguayo para las Olimpiadas de Londres 2012 y el Calendario Ilustrado Salesiano. Asimismo, como homenaje, retrató a la guitarrista Berta Rojas y al futbolista Nelson Haedo Valdez.

Bruno manifiesta que decidió ser autodidacta porque no le convencieron las instituciones de dibujo del país. “Utilicé internet como herramienta de estudio. Uno puede ir a las escuelas de arte para aprender las técnicas, pero nunca va a mejorar si es que no le dedica el tiempo suficiente a su obra”, añade. Además, declara que de niño se casó con el lápiz y el papel. “Esos fueron los primeros materiales que utilicé, porque las pinturas eran muy costosas”, asegura.

Al principio, el joven dudó en crear una página en Facebook para publicar sus obras, pues creía que a la gente no le iba a interesar. Sin embargo, ahora ya tiene una cuenta verificada y más de 40.500 seguidores.

El artista declara que a través del arte se puede denunciar los hechos que suceden en el país. Destaca, además, que si alguien dibuja algo en el momento adecuado, luego puede tener varias repercusiones. “El retrato de Edelio Morínigo y la toma de la UNA tuvieron muy buena aceptación. Con estas obras logré transmitir al público mi mensaje”, añade.

A Bruno le encanta dibujar a las personas, pues, todas las miradas tienen algo particular y le apasiona captar la esencia de un individuo en cada obra. Comenta, además, que escapa de la rutina retratando. Por último, destaca que su profesión resume su identidad y personalidad. “En el colegio no me conocían por mi nombre, sino como ‘el dibujante’. Definitivamente, no sé qué sería de mí sin el dibujo”.

Por Dahiana Galeano (19 años)

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