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La cantautora relata que desde chica le fascinó el mundo de la música. “Siempre cantaba y deseaba ir a los concursos de talentos, pero no podía”. También recuerda que, de pequeña, le pidió a su papá que le regale una guitarra por su cumpleaños. “Me la compró por más que yo no ejecutaba, a lo mejor porque vio potencial en mí”.
Danna no tuvo la posibilidad de estudiar en un conservatorio, aunque eso no fue motivo para que dejara de ejecutar la guitarra. “No soy profesional, aprendí a tocar viendo los tutoriales de YouTube”, cuenta.
El anhelo de todo artista es trabajar con una productora para sobresalir, pero no siempre aparece esa oportunidad. “Es complicado, porque uno debe tener contactos, por eso decidí presentarme en bares para recaudar dinero y poder grabar en un buen estudio mi tema Reír hasta morir. Ahora estoy promocionándolo en las radios y preparando el videoclip”.
Danna comenta que le gustan todos los géneros musicales, sin embargo, sus favoritos son el reggae, pop y rock. “Me encantan las músicas que transmiten energía, y te ponen a cantar y bailar”, relata. También expresa que otra de sus metas es promocionar sus canciones cristianas. “Quiero que la gente vea que una alabanza no es aburrida, que se puede hacer con un rock o una electrónica y así sonar en cualquier emisora”.
La joven asegura que siempre mantendrá su sello personal. “Deseo conservar mi estilo y no pretendo transmitir algo superficial, como la apariencia nomás. Lo que deseo es que la gente se identifique con la música que compongo”, manifiesta.
Danna anima a los jóvenes para que persigan sus sueños, graben sus canciones y compartan con sus amigos por más que no tengan mánager o trabajen en una productora. “Si realmente lo hacen con todo su corazón, yo sé que les va a gustar a las personas; además, son ellas las que nos hacen a los artistas”, finaliza.
Por Dahiana Galeano (19 años)