Lomitero obtiene primer puesto en Kinesiología de la UNA

Hacer lomitos para ganarse la vida y no dejar de lado el sueño de estudiar en la UNA fueron la realidad para Jorge Luis Gómez (25), quien, en su tercer intento, ingresó en el primer puesto de Kinesiología. Oriundo de la ciudad de Paraguarí, cuenta que gracias a las garras y persistencia pudo cumplir su deseo. “Ver el fruto del sacrificio es lo más hermoso que te puede pasar”, opina.

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Jorge relata que al terminar el colegio, en el 2008, estudió Radiología en Paraguarí, pero siempre tenía en mente formarse en la UNA. Así que contactó con un tío residente en Sajonia para vivir con él y tener la posibilidad de postularse para Medicina. “Dejar a mis familiares y amigos fue difícil, pero estaban en juego mis sueños, así que no dudé”, expresa.

Cuenta, además, que en el primer y segundo intento no pudo ingresar, pero eso no influyó negativamente en sus ganas de incorporarse a la UNA. Inclusive, tal dificultad originó una mayor preparación para poder afrontar los exámenes. “Me bajoneé en ese momento, pero dije que volvería a probar y me puse las pilas”, manifiesta.

Cuando volvió a postularse por tercera vez, le propusieron un puesto de trabajo en una lomitería y expresa que lo aceptó sin pensar dos veces, ya que debía costear los materiales, cuotas, pasajes y demás gastos. “Era supercansador, pero le puse garra y comencé a organizar mi tiempo para poder cumplir con todo”, menciona.

“Trabajar y estudiar a la vez es difícil, aunque no imposible”, opina el joven, ya que gran parte de su tiempo lo empleaba como lomitero. Asimismo, señala que le resultó un poco complicado aprender todo lo que necesitaba para poder ingresar.

En el transcurso del cursillo preparatorio tenía dudas acerca de optar por Medicina o Kinesiología, aunque en la recta final escogió la segunda carrera. Además, revela que algunas veces quería terminar las pruebas debido al cansancio, sin embargo, deseaba alargar el tiempo para poder estudiar más.

Al ser informado que ingresó, las lágrimas brotaban de sus ojos. “Estoy más que orgulloso de mi desempeño”, comenta. Luego de lo acontecido, Jorge renunció como lomitero para buscar otro trabajo y dedicarse a sus estudios. Por último, alienta a los jóvenes a batallar por sus sueños. “Si te caés, levantate; nada es fácil. Ganar o perder depende de cada uno”, finaliza.

Por Rocío Ríos (17 años)

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