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Ana Mallorquín, profesora de danza y acrobacia aérea en telas, habla de esta práctica que requiere conocimiento y seguridad.
“La acrobacia aérea en telas consiste en el dominio del cuerpo al punto de trabajar con diferentes niveles de altura que permitan el desarrollo de secuencias, coreografías, figuras, giros y equilibrios”, especifica.
Según la profesora, se puede realizar desde muy temprana edad, siempre dependiendo de la madurez del niño. “Tengo alumnos de cuatro años que comienzan a realizar esta modalidad, el requisito obligatorio es presentar una autorización médica que demuestre que está en condiciones de hacer ejercicios de fuerza y exigencia cardiovascular”.
En cuanto a los riesgos, dice que los evita con la prudencia. “Si los músculos están fatigados, debemos descender para evitar posibles quemaduras o caídas”.
Se debe trabajar en una estructura preparada exclusivamente para esta actividad aérea porque se trabaja con mucha fuerza y caídas con impacto, recuerda la instructora.
“La altura de trabajo varía, dependiendo del nivel en el que se encuentre el practicante. Lo recomendable es iniciar con una altura máxima de un metro y medio a dos, pero para los avanzados se requiere de una mínima de seis metros”.
Para este trabajo, Ana recomienda la buena calidad de material de la tela que se conoce como acetato deportivo, entre 16 y 20 metros, ya que es un arte extremo y se requiere de los mejores materiales.
“Para llegar al punto de la coordinación en telas se necesita muchísimo entrenamiento, ya que las primeras semanas uno se concentra en el proceso de su ejercicio y no en la canción que está sonando, pero con la constancia se logra “bailar en telas”.
Los interesados en dicha modalidad mantendrán una alimentación sana y balanceada, sin importar la estatura, ya que el organismo gasta mucha energía y calorías.
“Mi mayor exigencia es traer la ropa adecuada, recomiendo trabajar con calzas de algodón y malla o remera al cuerpo para evitar cualquier tipo de lesión como quemaduras o raspones”.
La bailarina enfatiza “respetar el cuerpo del practicante, ya que si se encuentra cansado debe descender de la tela para evitar caídas. Con la práctica y buena alimentación uno gana la resistencia adecuada para poder realizar por varios minutos acrobacias en el aire”.