Bebé prematuro

Un bebé prematuro nace antes de la semana número 37 y tiene mayor riesgo de contraer infecciones relacionadas con el canal del parto y las generadas en el hospital. Además, puede padecer lesiones en la retina relacionadas con el uso excesivo de oxígeno. El control prenatal sigue siendo trascendental para llegar a un parto feliz.

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Ciertas infecciones, presión arterial alta y embarazos muy seguidos podrían llevar a tener un bebé prematuro. La mamá debe tener control prenatal y extremar sus cuidados para llegar a término.

La doctora Dina Carreras, terapista neonatal, Jefa del Servicio de Neonatología del Hospital Central de IPS, expone algunas cifras: “en el país se registra un promedio de 111.000 nacimientos al año, de los cuales 8.000 aproximadamente son prematuros. El índice de mortalidad como consecuencia de la prematurez es de 5,4%, unos 420 niños. En los últimos años, el porcentaje de nacimientos prematuros en el país se mantuvo casi invariable, alrededor del 7%”.

Por su parte el doctor Rodrigo Valdez Báez, pediatra neonatólogo del Servicio de Neonatología del Hospital de Barrio Obrero, apunta que la neonatología es la rama de la pediatría dedicada a los recién nacidos. “Entre ellos están los bebés prematuros y, con ellos, los riesgo que implica. Todo bebé prematuro presenta elevada tasa de mortalidad porque nace con pulmón inmaduro, al igual que sus defensas bajas. Hay mayor riesgo de contraer infecciones relacionadas con el canal del parto y las infecciones del hospital, además del riesgo de lesiones en la retina relacionadas con el uso excesivo de oxígeno”.

Sin duda, debido a los avances médicos y los cuidados que reciben en terapia intensiva, “estos pequeños héroes cada vez más sobreviven casi sin secuelas”, dice el especialista.

La doctora Carreras aporta que es necesario “acudir al control prenatal desde el momento que se sepa del embarazo. Es mucho mejor si se puede planificar con anticipación el embarazo en pareja, y realizar al menos seis controles”.

La doctora también recomienda “consumir frutas, verduras, lácteos, agua y una dieta balanceada. Acudir al odontólogo, realizarse los estudios en busca de pesquisas de infecciones, del tracto urinario, vaginal, de transmisión sexual, grupo TORCHS, (toxoplasmosis, citomegalovirus, rubeola, sífilis, HIV, herpes). Realizar el tratamiento oportuno si se detecta algún tipo de infección. Conocer el grupo y factor sanguíneo y hacer un screening metabólico y seguimiento con los especialistas si se detecta diabetes o hipotiroidismo”.

Añade otros estudios y cuidados como “control de presión arterial adecuado, evitar y prevenir los picos de hipertensión arterial; descartar el sedentarismo, realizar actividades físicas sin que estas requieran mucho esfuerzo para la embarazada; realizar ecografías cromosómicas a las 13 semanas de gestación, como la morfológica entre la semana 20 y 24, y evaluar otras ecografías y perfiles biofísicos si así lo ameritan; uso de ácido fólico para evitar espina bífida y el control de hemograma para evaluar anemia e iniciar tratamiento con hierro y vitamina C”.

Y culmina con la experiencia de que “si es inminente el parto prematuro y se debe trasladar a un centro de mayor complejidad, no hay nada mejor que sea el traslado intrauterino, o sea, en el vientre materno”.

Cómo se logra la maduración

La doctora Carreras acerca estos conceptos importantes para comprender la magnitud de un prematuro.

- La maduración del bebé se logra si la madre cumple las recomendaciones dadas por su médico, llevando hábitos de vida saludable. Debe recibir corticoesteroides como madurador pulmonar.

- Los bebés prematuros pueden tardar algo más en alcanzar las metas del desarrollo, comparados con los que nacen a su tiempo; se tiene en cuenta la edad corregida. Significa que si el bebé nació por ejemplo de 30 semanas; a partir de ahí se van sumando las semanas. Siete días después ya tiene 31 semanas, 14 días después ya tiene 32 semanas, y así sucesivamente.

- Se consulta al pediatra durante los primeros doce meses de edad corregida por la adquisición de habilidades. Por ejemplo, se observa si a los tres meses de edad corregida no sigue con los ojos la cara de personas u objetos. Si no emite sonidos, ni sonríe fácil y espontáneamente. Si no sostiene la cabeza.

- Debe llamar la atención si el bebé a los seis meses de edad corregida se ve apático o muy inquieto, de forma constante. Si se relaciona poco, ni siquiera con su madre. Si no agarra los objetos y mantiene las manos cerradas.

- Si a los nueve meses de edad corregida no pasa objetos de una mano a otra; si no se da vuelta ni se mantiene sentado, si no responde a su nombre ni balbucea; si parece no reconocer a sus cuidadores; si a los 12 meses no se mantiene sentado sin apoyo, ni utiliza el pulgar y el índice para agarrar objetos pequeños, como trozos de comida, es motivo de alarma.

mirtha@abc.com.py

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