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Hombres y mujeres quieren ser bellos, sin cirugía; veamos algunos métodos. “La toxina botulínica (bótox) es uno de los productos de estética más utilizados del mundo. Es sintetizado en laboratorio y sirve para bloquear la actividad de ciertos músculos sobre los que se inyectan y que son principalmente los que producen las arrugas en la frente, entrecejo y patas de gallo. En menor medida se utilizan sobre otros músculos, según el efecto que se desea producir”, destaca el doctor Julio Recalde Aguirre, cirujano plástico.
El profesional refiere que “otro uso habitual de la toxina botulínica es como tratamiento de ciertas clases de migraña y en los casos de hiperhidrosis axilar (exceso de sudor). El procedimiento se realiza en consultorio, normalmente no tiene contraindicaciones y se hace con poca cantidad de anestesia tópica que se aplica en los lugares donde se va a inyectar. No es un producto de relleno”.
La doctora Liz Maciel Sosa, cirujana plástica, ejemplifica: “aplicamos la toxina botulínica en la cola de la ceja, que cae con el paso del tiempo y así se eleva nuevamente. Cuando el mentón está muy contraído, uno puede descontraer y producir un lindo efecto o corregir las arrugas gingivales. La toxina botulínica impide la contracción del músculo”, insiste.
“Hay otro producto que es el material de relleno, el ácido hialurónico y se aplica en casos en que el paso del tiempo genera una reabsorción de los huesos y las partes blandas se desplazan. Aparecen los zurcos entre la boca y la nariz, o alrededor de la boca dando un aspecto triste; los labios se afinan, la región malar de mejilla cae y aparecen unos zurcos. La cara deja de tener ese aspecto de manzana que es el aspecto típico de las personas jóvenes. El contorno de la mandíbula pierde el ángulo y para corregir todo esto tenemos el ácido hialurónico en diferentes consistencias. Si uno quiere proyectar más las mejillas el ácido hialurónico es más espeso, para el labio es más finito”, explica.
El doctor Recalde Aguirre expresa que “el ácido hialurónico es otro producto producido en laboratorio que se utiliza como sustancia de relleno de arrugas para dar volumen a ciertas áreas como contorno de ojos, pómulos, etc. La inyección debe ser cuidadosa, puede requerir bloqueo anestésico de la zona a rellenar. Debe notarse que no sirve de relleno para arrugas muy profundas, sino más bien las más superficiales y en algunas ocasiones se utiliza junto al bótox para tratar ciertas arrugas. Las jeringas de ácido hialurónico ya vienen cargadas y tienen un sello de calidad, a fin de no permitir que se inyecten otras sustancias”, apunta.
Por su parte, la doctora Maciel Sosa aclara que “la toxina botulínica dura entre cuatro y seis meses, y los materiales de relleno –ácido hialurónico– un año a un año y medio. Los materiales no tienen efectos adversos, siempre que sean bien colocados con manos profesionales. El cirujano estudió criterios de estética y anatomía, entonces sabe muy bien en que área pasa un vaso sanguíneo, una arteria, un nervio, y qué zona se debe evitar”.
Hay que tener cuidado con “personas que colocan estos productos, y otros desconocidos, con las complicaciones respectivas”, finaliza.