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La doctora Contrera aconseja que para culminar todo el procedimiento de vapor caliente se tome una ducha con agua templada.
Céspedes enfatiza que luego del sauna se procede a realizar un masaje descontracturante en áreas de la espalda y el cuello. Es ideal para combatir el estrés y las contracturas, es decir, ayuda a eliminar los nódulos formados por las tensiones diarias. Para este procedimiento se utiliza crema mentolada o aceite, durante aproximadamente una hora.
“También se encuentra la terapia geotermal, un masaje relajante que se lleva a cabo con piedras volcánicas, en la que se combina el agua caliente y el agua fría. Se usan piedras de todos los tamaños, por todo el cuerpo. Dura una hora y 20 minutos”, informa.
El sauna, sin embargo, no es un camino para bajar de peso, como se suele pensar. Personas con hipertensión no controlada podrían correr algún riesgo al someterse al sauna, por eso no hay que cansarse de insistir en que el médico debe dar su ok para el efecto.
Personas que padecen de várices y linfedema también deben abstenerse de esta práctica, porque no les favorece la elevada temperatura.
El sauna húmedo
En el sauna húmedo, o baño turco el calor no supera los 50 ºC o 60 ºC y la humedad es mucho mayor, en torno al 90 por ciento. Esto puede mejorar la limpieza de las vías respiratorias. Pero enfermos de bronquios se abstendrán de hacerlo.
Los que recurren al sauna lo harán con prudencia y mucha higiene para evitar la proliferación de hongos a través de toallas, zapatillas y superficies de asientos y bañeras. Fíjese en estos detalles.