Cómo vemos nuestra responsabilidad

Somos responsables de gobernar nuestras acciones y decisiones pero alcanzar nuestras metas implica responsabilidad. Tomar decisiones coherentemente buenas y acciones correctas, requiere carácter. 

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Dirigirse a sí mismo significa que usted se rige por normas más estrictas que la normas de vida de los demás. Ello se nota cuando hacemos lo que es debido, sin importar nuestros sentimientos al respecto. 

Júzgate a ti mismo. Si no inspeccionas tu propio proceder la gente cercana a ti no te respetará, porque te observan a diario. 

Tendemos a juzgar a los demás por sus acciones, sin embargo, no nos juzgamos a nosotros mismos por nuestras intenciones. Por eso aunque hagamos algo indebido, si creemos que nuestros motivos fueron buenos, nos eximimos de nuestra responsabilidad y, constantemente estamos dispuestos a repetir el hecho otra vez, sin siquiera tomar conciencia de lo incorrecto y menos aún, exigirnos cambiar. 

Si las críticas hechas sobre ti son ciertas, tienes la responsabilidad de hacer las correcciones al respecto. No deberías pasar por alto la opinión de otro individuo solo porque está persona no te agrada, sobretodo, si ese sujeto tiene razón y respalda con datos su aseveración. Entonces, tu intelecto debe ser capaz de vencer a tu vanidad. Si identificas alguna crítica constructiva y optas por examinarte y reconocer tus faltas o fallas, entonces estarás en buena posición para empezar a hacer cambios positivos dentro de tu vida. 

Manejo cotidiano 

Estar en actividad no siempre equivale a tener logros, la eficiencia depende de tu capacidad de enfocar prioridades. Se franco con todos y enfrenta la realidad tal cual es. Si no te ves a ti mismo de modo realista, nunca comprenderás donde yacen tus dificultades y limitaciones personales, recuerda que si no puedes verlas no habría ninguna mejoría significativa. 

Cumple con tus compromisos, si fallas acepta los errores con humildad y trata de corregirlos. Si aceptas como eres, puedes cambiar.

Si no te haz formado en el hábito de escuchar de modo detenido e inteligente, o no observas con criterio los datos que necesitas o, peor aún, pierdes contacto con la realidad, entonces podrías ser conocido por tu falta de credibilidad. Haz cambios antes que estés obligado a hacerlos. 

Actitud y pasión 

Si careces de pasión, tu vida puede tornarse bastante monótona. Todo para ti se convierte en algo que “tengo que hacer”, y nada es algo que “quiero hacer”. Ningún logro que tenga valor verdadero ha sido alcanzado por un ser humano que trabaja solo. Que tu actitud no impida que complementes tus habilidades con las de tus compañeros de trabajo. Cuando escuchas ganas mucho, recibes las perspectivas, el apoyo, el conocimiento y el respeto de los demás. Considera sus opiniones. 

(*) Psicopedagogo.

fffretess@gmail.com

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