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La Dra. Lisa Cresta, cirujana plástica, estética y reparadora, afirma que no se conoce una causa única por la cual un niño nace con labio leporino o paladar hendido. Los factores genéticos parecen tener mucha importancia, así como algunos factores ambientales y, sobre todo, la falta de cuidados prenatales de la madre y la no ingesta de suplementos de ácido fólico.
–¿Se puede prevenir el labio leporino?
–Cuando la causa es debida a una carga hereditaria, es difícil prevenir, pero los cuidados prenatales de la madre pueden ayudar a evitar su aparición.
–¿Cómo se produce este defecto?
–La fisura labial o el paladar hendido se forma cuando en la vida embrionaria, alrededor de la tercera o cuarta semana del embarazo, los componentes de la cara que se desarrollan desde los procesos laterales y migran hacia adelante para fusionarse en la línea media, no consiguen hacerlo y producen estos defectos.
–¿Si el niño padece este problema, qué deberán hacer sus padres?
–Cuando nace un niño fisurado, lo más importante es instruir muy bien a los padres, explicándoles que el tratamiento se extenderá por algunos años para poder rehabilitar completamente al niño. El acompañamiento y la perseverancia de los padres son un factor fundamental para conseguir logros en la rehabilitación integral y reinserción del paciente. Se debe explicar que el niño será normal, igual a los demás, una vez tratada la fisura y que debe ser acompañado por los especialistas durante varios años.
–¿El bebé no podrá succionar la leche ni alimentarse?
-Sí, podrá, este es un punto importante que se debe tener en cuenta. Los niños fisurados pueden y deben ser amamantados como cualquier otro niño. Tal vez requiera un poco más de paciencia de parte de la madre para lograrlo, pero no se deberá permitir que los niños sean sondados al nacer porque esto anularía el reflejo de succión y los priva de la lactancia materna, que es tan importante para su desarrollo integral.
–¿La cirugía revierte esta situación en un 100%?
–La cirugía recompone totalmente las estructuras anatómicas alteradas y se trata de dejar los menos rastros posibles. En algunos casos las cicatrices son casi imperceptibles y son niños completamente normales. La cirugía para el cierre del paladar hendido puede requerir más de un tiempo quirúrgico, ya que se debe tener en cuenta también la etapa de crecimiento de los niños para no interferir con el desarrollo del esqueleto óseo.
–¿A partir de qué mes se podrá someter al niño a la cirugía?
–Lo ideal es esperar que el niño tenga al menos tres meses de vida, que posea buen peso y sus estudios laboratoriales muestren un buen estado general. Esto hace que tanto la anestesia como la cirugía se realicen con mayor seguridad para el paciente.
La ecografía puede detectar esta patología antes del nacimiento.