Y discutieron; felices para siempre

El doctor John Gottman, autor de “Los siete principios para hacer que el matrimonio funcione”, dedicó gran parte de su vida personal y profesional a investigar qué hace que algunas parejas triunfen mientras que otras fracasan. ¿Por qué algunas parejas logran el “felices para siempre”, mientras que otras deciden terminar su relación? 

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Una de las cosas que descubrió estudiando a las parejas por más de 40 años, es que 69% de los conflictos por los que discute una pareja no se resuelven nunca. Es decir, seguiremos discutiendo con nuestra pareja por 69% de los mismos temas. Estos temas pueden tener que ver con características de la personalidad de mi pareja que me molestan, cuestiones sobre el manejo del dinero, la educación de los hijos o la familia política. Lo que también nos muestra su investigación (por suerte) es que no se trata de evitar los conflictos ni buscar resolverlos definitivamente, sino más bien, aprender a gestionarlos como lo hacen las parejas “que triunfan”. 

Aprovechar el conflicto para crecer como pareja a través del entendimiento, es lo que el matrimonio, formado por la psicóloga Julie Schwartz Gottman y su esposo John Gottman nos propone. Y como buenos consejeros, nos dan tres “mapas” que podemos seguir a la hora de enfrentarnos a un conflicto. Hoy comparto uno de ellos. 

El mapa 1 consiste en navegar conflictos actuales. Este mapa lo proponen para los conflictos que van surgiendo en la actualidad. Podrían ser conflictos iniciados por “como me respondiste anoche”, “por qué llegaste tarde y no me avisaste”, “por qué llegaste tarde a nuestra cita”, etc. 

Está basado en un modelo matemático de la teoría del juego, que describe cómo manejar los conflictos y aumentar la cooperación. La clave de este mapa es que ambos cónyuges o miembros de la pareja puedan poner “pausa” a la necesidad de persuadir y convencer, hasta que cada miembro haya logrado explicar su postura y su idea de forma completa, clara y satisfactoria. 

Para esto, cada miembro de la pareja se turna el rol de hablar y de escuchar tomando turnos de aproximadamente cinco minutos cada uno (suficiente tiempo para expresarse pero no demasiado tiempo para aburrir o dispersarse). 

Ambos miembros de la pareja deben estar emocionalmente tranquilos a la hora de hablar (si no lo están, se sugiere hacer un corte de 20 a 30 minutos donde cada uno haga técnicas de autorregulación y luego se retoma el diálogo). Se debe fijar un momento para retomar el diálogo, no dejarlo como un pendiente eterno que nunca se retoma. 

Cómo dijimos, el rol de hablar y escuchar se alterna. El que escucha debe tomar notas cuando le toca ser oyente, y debe poder reformular en sus palabras lo que dijo su cónyuge para ver si entendió la esencia de su postura. El que habla, se debe enfocar en lo que siente y necesita, usando para ello el diálogo descriptivo, centrado en el “yo” y no en “vos”.

josievuchovick@gmail.com

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