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Dentro de esta noción es clave la idea de que el trabajo de las comunidades de indagación es de índole social y política, es decir, implica el cuestionamiento de los procedimientos actuales de escolarización; de los modos en que se construye, se evalúa y se usa el conocimiento; y de los roles individuales y colectivos de los docentes a la hora de hacer efectivos los cambios.
No cualquier reforma logra instalarse, dejar su huella en la escuela y modificar las prácticas (institucionales, de enseñanza, de aprendizaje). Las políticas de formación continua y desarrollo profesional que logran producir mejoras y transformar realmente las prácticas de enseñanza son aquellas que reúnen varios de los siguientes rasgos:
- Provocan capacidad de trabajo en las instituciones.
- Son flexibles y consideran la escuela como un escenario cambiante.
- Facilitan el apoyo con figuras institucionales destinadas al acompañamiento a docentes.
- Tienen continuidad y no se ven interrumpidas por modificaciones en los gobiernos.
- Son respaldadas y apoyadas por las asociaciones gremiales y profesionales docentes.
- Están centradas en el trabajo colectivo de los docentes, enfatizando los procesos reflexivos, la problematización conjunta de la tarea y los procesos de indagación de los docentes.
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- Valoran y recuperan los saberes y representaciones de los docentes para ponerlos al servicio de los proyectos y desafíos profesionales.
- Se apoyan y fortalecen mediante el trabajo en redes y comunidades de aprendizaje entre docentes.
- Poseen acreditación legal y se articulan con la carrera docente.
- Alternan instancias de trabajo intelectual (lecturas, discusión, problematización), con momentos de ensayo de las innovaciones en los centros educativos, experimentación y puesta a prueba, para una posterior evaluación junto a colegas.
El acompañamiento pedagógico entre pares en las escuelas, como estrategia de desarrollo profesional docente, facilita la implementación de las innovaciones en las distintas áreas (la enseñanza del lenguaje, las matemáticas, las ciencias naturales y sociales) a partir de los saberes y experiencias de los docentes.
Con este tipo de modalidades, el conocimiento pedagógico y los nuevos enfoques didácticos se ponen a prueba, se analiza si responden a las características y necesidades de cada escuela, generando nuevas formas de trabajo que se sostienen en el tiempo y dan lugar a otras transformaciones.
El saber de los docentes se desarrolla en los procesos de intercambio con sus pares y dado este carácter social del aprendizaje es que comienza a ser reconocido como una modalidad para ser incorporada dentro de las estrategias encaminadas a su desarrollo profesional.
Fuente: - CONSUELO VELAZ DE MEDRANO (2014). Competencia del Profesor Mentor para el acompañamiento del Profesorado Principiante.