Clases de suelos

El suelo es el medio en el cual crecen, se desarrollan y realizan sus actividades todos los organismos que habitan en ecosistemas terrestres. Los suelos tienen una evolución, se forman, maduran y son fundamentales para el sustento de las especies vegetales.

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El suelo es la parte superior de la corteza, formado mayormente por componentes sólidos, pero que cuenta también con componentes líquidos y gaseosos. El suelo es un elemento que se forma por la acción de los agentes geológicos externos y los seres vivos al actuar sobre las rocas; está en constante evolución y la misma se relaciona con el uso que el ser humano le dé y con condiciones externas, como el clima y la acción de los seres vivos.

En el suelo encontramos minerales (materia inorgánica), materia orgánica en diferentes grados de descomposición, agua, aire, microorganismos descomponedores, raíces de plantas e, incluso, algunos animales.

El tamaño que tienen sus partículas minerales determina muchas de sus propiedades físicas, como la textura, color y porosidad, mientras que la materia orgánica que contiene se relaciona con el color del suelo y su fertilidad.

Existen varios criterios utilizados para clasificar a los suelos, siendo su textura uno de los más usados porque se relaciona con la aireación, la capacidad de absorber y retener agua. Según el criterio mencionado, resulta la siguiente clasificación:

Suelos arenosos. En ellos predomina la arena, componente sólido con partículas de mayor tamaño (hasta 2 mm de diámetro). Son porosos, tienen buena aireación, no retienen agua ni muchos nutrientes para los vegetales pero son fáciles de labrar.

Suelos arcillosos. Son ricos en nutrientes, no tienen buen drenaje, se compactan por desecación y son muy plásticos al estar húmedos, lo cual los hace difíciles de trabajar para la agricultura. La arcilla, con partículas de tamaño inferior a 0,002 mm, es el material más abundante.

Suelos limosos. El limo es el componente más abundante, sus partículas tienen diámetros de hasta 0,02 mm (tamaño intermedio). Los suelos limosos contienen muchos nutrientes, se trabajan con facilidad, son impermeables y tienen mala aireación. Forman agregados cuando están secos.

La textura ideal de un suelo es aquella en la cual se combinan los tres componentes en proporciones aproximadamente iguales. Este tipo de suelo, denominado suelo franco, tiene las características ideales para el cultivo porque es fértil, bien aireado, con permeabilidad intermedia y fácil de labrar.

Fuente: http://www.fao.org

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