La guerra y la paz
En enfrentamiento por el territorio chaqueño conocido como Guerra del Chaco se inició con el quiebre de las relaciones diplomáticas con Bolivia en 1932 y finalizó en 1935 con la firma de la Paz del Chaco.
Los reclamos territoriales y por la definición de límites se inició mucho antes que la guerra. Durante el gobierno de don Carlos Antonio López, Paraguay y la Confederación Argentina firmaron un tratado de navegación, comercio y límites (1852) en el que se establecían los límites del territorio chaqueño hasta el río Parapití, pero en esta firma no participó Bolivia. Por ello reclamaron también sus derechos sobre dicho territorio utilizando para el efecto documentos de la época de la colonia. Estos reclamos se realizaron a la Confederación Argentina. Sus reclamos reiniciarían luego de la guerra contra la Triple Alianza en 1870. Y así, a menos de cincuenta años del fin de la Triple Alianza, Paraguay volvía a verse envuelto en otra guerra internacional, que extensa en el tiempo y extenuante en los recursos, encontró nuevamente la cordura en el protocolo de paz que recordamos en el mes de junio.
Una guerra extensa en el tiempo
Los motivos económicos, políticos e ideológicos impulsaron en el pasado a los gobiernos de hermanas repúblicas sudamericanas a enfrentarse en armas para solucionar sus conflictos. Y si bien la cuestión territorial del Chaco contó con un importante número de intentos de acuerdos, protocolos y tratados, terminó enfrentando a países hermanos en una guerra larga y desgastante, en la cual ambos países habían agotado sus recursos en una guerra desarrollada en el corazón del Chaco.
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El tratado de paz
En mayo de 1935 se formó una comisión en la cual participaron varios países neutrales con presencia de los representantes de Paraguay y Bolivia para encontrar una solución al conflicto armado. Reunidos en la ciudad de Buenos Aires, acordaron el 12 de junio de 1935 la firma del protocolo de paz entre los cancilleres Luis A. Riart, de Paraguay y Tomás Elío, de Bolivia. La guerra había llegado a su fin y con alegría la gente celebró el anuncio de la paz. Así terminaba la guerra en los papeles, pero en el territorio chaqueño, la guerra continuó dos días más, hasta que llegó la noticia de la firma del protocolo.