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Hoy practicaremos la formulación de preguntas antes, durante y después de la lectura.
1. Antes de leer
- Lee el título y piensa ¿de qué hablará?
«Amigos por el viento».(Parte 1)
(Fragmento)
Liliana Bodoc
A veces, la vida se comporta como el viento: desordena y arrasa. Algo susurra, pero no se le entiende. A su paso todo peligra, hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las costumbres cotidianas.
- ¿Qué va a suceder después? ¿Por qué desordena y arrasa?
Cuando la vida se comporta de ese modo, se nos ensucian los ojos con los que vemos. Es decir, los verdaderos ojos. A nuestro lado, pasan papeles escritos con una letra que creemos reconocer. El cielo se mueve más rápido que las horas. Y lo peor es que nadie sabe si, alguna vez, regresará la calma.
Así ocurrió el día que papá se fue de casa. La vida se nos transformó en viento casi sin dar aviso. Recuerdo la puerta que se cerró detrás de su sombra y sus valijas. También puedo recordar la ropa reseca sacudiéndose al sol mientras mamá cerraba las ventanas para que, adentro y adentro, algo quedara en su sitio.
Lea más: Comprensión lectora
- La narradora compara la vida con el viento. ¿Por qué? ¿Qué es lo que ha sido desordenado o ha quedado arrasado en su vida?
—Le dije a Ricardo que viniera con su hijo. ¿Qué te parece?
—Me parece bien —mentí.
Mama dejó de pulir la bandeja, y me miró:
—No me lo estás diciendo muy convencida.
—Yo no tengo que estar convencida.
—¿Y eso que significa? —preguntó la mujer que más preguntas me hizo a lo largo de mi vida.
Me vi obligada a levantar los ojos del libro:
—Significa que es tu cumpleaños, y no el mío —respondí.
- ¿Por qué la narradora se refiere así a su madre? ¿Qué sentimiento refleja?
La gata salió de su canasto, y fue a enredarse entre las piernas de mamá.
Que mamá tuviera novio era casi insoportable. Pero que ese novio tuviera un hijo era una verdadera amenaza. Otra vez, un peligro rondaba mi vida. Otra vez había viento en el horizonte.
—Se van a entender bien —dijo mamá—. Juanjo tiene tu edad.
La gata, único ser que entendía mi desolación, salta sobre mis rodillas. Gracias, gatita buena. (Continuará en el próximo número).
- ¿Por qué la protagonista se siente mal ante el hijo del novio de su madre?
Aprende más
Piensa cómo podría continuar el cuento y escribe, en el mismo estilo, por lo menos, doscientas palabras.