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La lista es larga. Afamados músicos, actores de Hollywood, deportistas, familias reales y políticos figuran entre los que alguna vez tuvieron cuentas secretas en la filial suiza del gigante bancario HSBC. Los nombres que son enseguida reconocidos se mezclan con los de narcotraficantes, empresas vinculadas al financiamiento de terroristas, comerciantes de diamantes de sangre y recaudadores de dictadores.
El pasado lunes vio la luz una investigación llevada a cabo en conjunto por unos 60 medios, entre ellos ABC Color, y encabezada por el diario francés Le Monde y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés). Durante varios meses, habían trabajado la denominada “Lista Falciani” y los descubrimientos fueron realmente sorprendentes.
Vayamos por partes. La “lista Falciani” recibe ese nombre por el informático Hervé Falciani, un informático que trabajaba como funcionario de la sede en Suiza del gigante bancario inglés HSBC. En 2008, Falciani robó 60.000 archivos internos del ente bancario y se fugó. La justicia suiza pidió su captura internacional, acusándolo de querer vender los archivos en el Líbano. Sin embargo, el franco-italiano encontró el respaldo de las autoridades francesas con las que había compartido los archivos y gracias a los cuales consiguieron dar con enormes casos de evasión de dinero.
En la lista filtrada por Falciani y a la que tuvo acceso Le Monde figura información de hasta principios de 2008 sobre 81.458 cuentas relacionadas a 59.802 perfiles de clientes. Todos ellos representaban un total de más de US$ 102 billones.
El actor de Hollywood John Malkovich, el cantante de rock David Bowie, la también cantante Tina Turner, los príncipes de Kent (primos de la Reina Isabel de Inglaterra), el múltiple campeón de Fórmula 1 alemán Michael Schumacher, el piloto de McLaren Fernando Alonso, la estrella del Moto GP Valentino Rossi, el diseñador italiano Valentino Garavani son tan solo algunos de los nombres más llamativos que figuran en la nómina.
Detrás de estos nombres fácilmente reconocibles por la mayoría de la gente, llegan otros que probablemente no son tan famosos pero que están vinculados con oscuras historias entre las que figuran financiamientos a grupos terroristas y guerras civiles en África.
Katex Mines Guinee, dirigida por Ahmed Fouzi Hadj y vinculada por la ONU con el financiamiento de la guerra civil que azotó Libia entre finales de los ’90 y principio de los 2000, era una de las polémicas empresas que figuraba en la nómina de clientes del HSBC. La guerra había iniciado en busca de quitarle el control del país al presidente Charles Taylor. En julio de 2003, un grupo de rebeldes resumió su asedio a la capital Monrovia en una batalla que los locales llamaron la “Tercera Guerra Mundial”. Niños-soldados pelearon en ambos bandos, en un área repleta de civiles.
Erez Dayelot, un magnate belga-israelí de los diamantes con dudosas conexiones, también figuraba en la nómina de clientes del banco privado suizo del HSBC. Dayelot está bajo investigación por parte de las autoridades belgas por lavado de dinero y evasión de impuestos, aunque no ha sido acusado. Una firma de la que era socio afirma que el mismo participó en una conspiración criminal para defraudarla por US$135 millones limpiando ganancias de diamantes, principalmente a través de sus cuentas de HSBC.
Otro de los polémicos clientes del gigante bancario era Emmanuel Shallop, quien había sido señalado por la ONU de haber hecho negocios con rebeldes durante la sangrienta guerra civil de Sierra Leona. Aún así, el banco siguió brindándole servicios, a pesar de sus propias políticas. En 2010, una corte belga lo condenó por facilitar el comercio de diamantes de sangre en Sierra Leona.
La familia Steinmetz, una de las más reconocidas en el negocio de los diamantes, también aparecía como cliente del HSBC.
Cerca de US$ 31.000 millones guardados en cuentas del HSBC figuraban a nombre de personas residentes en América Latina. Venezuela tenía casi la mitad y es precisamente allí donde aparece uno de los casos más llamativos, el de un exguardaespalda del fallecido expresidente Hugo Chávez.
De guardaespaldas a uno de los encargados del manejo de una cuenta millonaria en un banco suizo. El cambio en la vida de Alejandro Andrade fue verdaderamente drástico.
De acuerdo a los datos obtenidos por la investigación mundial coordinada por el diario francés Le Monde y el ICIJ, altos cargos del gobierno de Hugo Chávez depositaron sumas millonarias en cuentas ocultas en el banco privado suizo HSBC.
En total, los países latinoamericanos y del Caribe suman unos US$ 31.000 millones; de los cuales casi la mitad corresponde a Venezuela. De hecho, el país caribeño figura como el tercer país en cuanto a volumen de dinero en las cuentas secretas del HSBC, solo por detrás de Suiza y el Reino Unido.
El caso más llamativo entre los perfiles venezolanos es el de Alejandro Andrade, otrora alto funcionario del gobierno chavista.
De acuerdo a la base de datos SwissLeaks, Andrade comenzó como guardaespaldas del fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez y terminó sirviendo como Tesorero Nacional de Venezuela entre 2007 y 2010.
Andrade fue uno de los militares que formaron parte del infructuoso golpe de 1992, liderado por Chávez. Se mantuvo cercano al líder bolivariano durante su primera campaña presidencial y ocupó varios puestos financieros durante el gobierno de Chávez. Además de su cargo en el Tesoro, Andrade fue también presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES), entre 2008 y 2010.
La Comisión de Valores de Estados Unidos presentó una acción civil y el Fiscal Federal para el Distrito Sur acusó a cuatro personas en lo que los fiscales dijeron que era un esquema que generó US$ 66 millones para una casa de valores de Miami a cambio de comisiones ilegales y sobornos al vicepresidente de este banco. Esto ocurrió durante la administración de Andrade, pero él no fue nombrado en la demanda.
Andrade es citado en los registros del HSBC como un abogado para la cuenta de cliente de la Tesorería General de Venezuela, dependiente del Ministerio de Hacienda, en 2007, cuando asumió el cargo como Tesorero.
La Tesorería General se había convertido en cliente del HSBC dos años antes, en 2005 y mantenía una cuenta con el nombre de la institución. El perfil de cliente de la Tesorería venezolana estaba vinculad a tres cuentas bancarias, que juntas llegaron a tener un máximo de US$ 698 millones.
Al menos seis de los otros siete clientes vinculados a esta cuenta eran también funcionarios venezolanos que trabajaban para el Tesorería.
Actualmente, Andrade vive en Palm Beach County, Florida; en el barrio rico de Wellington, y ha invertido en caballos de exhibición. A pesar de los repetidos intentos, Alejandro Andrade no pudo ser contactado para hacer comentarios.
Un total de 82 cuentas del HSBC suizo estaban relacionadas a Paraguay. El nombre del actual presidente de la República, Horacio Cartes, es otro de los que más llaman la atención en la lista. Cartes tuvo dos cuentas, en la misma época en la que se encontraba prófugo por un caso de evasión de divisas. Llamativamente, tiempo después construiría su holding empresarial.
También aparecían Graciela Stroessner, hija del fallecido dictador Alfredo Stroessner, y su segundo esposo. La lista de los casos paraguayos se completa con el de Cambios Guaraní S.A., empresa vinculada al expresidente Andrés Rodríguez.
La filial suiza del HSBC ya había estado antes en la mira de la justicia de varios países como Estados Unidos, Francia, Bélgica y hasta la Argentina por diversos motivos. Tras la publicación de lista, varios gobiernos como los de Brasil, El Salvador y México anunciaron la apertura de nuevos procesos. En Francia ya se está por llegar al primer juicio del caso. A diferencia de eso, en Paraguay la Fiscalía anunció que el caso de Horacio Cartes no podía ser investigado pues los plazos ya habían expirado. La Seprelad, organismo encargado de la lucha contra el lavado de dinero, no anunció investigación alguna.
El ICIJ decidió no publicar la lista completa de quienes aparecen en la lista de clientes del HSBC suizo. Esta decisión fue anunciada durante la primera reunión que mantuvieron los periodistas que formaron parte de la investigación en París.
El acuerdo al que se llegó establecía que solo se publicarían los nombres de personas o empresas de relevancia, por tratarse de figuras públicas o de renombre que mantenían cuentas con montos elevados en Suiza, pero decidieron mantener en reserva la de cientos de personas sin connotación pública conocida por, entre otras cuestiones, motivos de seguridad.