Hace tres PlayStations

Cuando parece faltar poco para el anuncio de la "PlayStation 4", damos una mirada al origen de la primera consola de videojuegos en cambiar los "cassettes" por los discos.

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Esta semana, un misterioso video lanzado a la Internet por la compañía electrónica japonesa Sony puso en vilo al mundo de los videojuegos. El corto y ambiguo vídeo consistía en los cuatro icónicos símbolos de los controles de las consolas PlayStation –el cuadrado, el triángulo, el círculo y la equis– y una fecha: el 20 de febrero.

Con la casi constante serie de rumores que rodean a la nueva consola de Sony, la eventual sucesora de su actual PlayStation 3 –conocida actualmente con el nombre clave “Orbis”-, la comunidad mundial de jugadores tomó ese vídeo como una especie de anuncio no confirmado de que en esa fecha se daría la revelación oficial de la nueva máquina.

De ser ciertos los rumores de que este año estaríamos recibiendo a nada menos que la cuarta consola PlayStation, la misma estaría llegando casi 20 años después de la primera vez que Sony irrumpía de forma triunfal en la industria del videojuego con una revolucionaria máquina. Es, pues, adecuado que echemos un vistazo a la historia de la consola que cambió a los videojuegos para siempre.

Para eso debemos remontarnos a la segunda mitad de la década de 1980. En América, por entonces el segundo mercado mundial del videojuego por detrás de Japón, Nintendo reinaba indiscutiblemente con su Nintendo Entertainment System (NES), la consola que, muchos opinan, salvó la industria de los videojuegos en el continente, devolviéndole la salud y solvencia luego de la crisis de 1983, cuando la sobrecarga de consolas y juegos en el mercado hizo que el mismo colapsara.

En 1986, Nintendo comenzó a expresar interés en un sistema de CD, por entonces un revolucionario método de almacenamiento en sus primeras etapas, algo que ya había querido incorporar en su Famicom –el equivalente japonés del NES–, aunque su tecnología era limitada y muy poco durable, por lo que la idea no prosperó.

Luego llamaría la atención del gigante japonés el CD-ROM-XA, un tipo de disco que estaba siendo desarrollado de forma conjunta por la empresa japonesa Sony y la holandesa Philips como un método de almacenar audio, vídeo y demás datos, dando la posibilidad de acceder a todo al mismo tiempo.

Con la sucesora de la NES, la Super Nintendo Entertainment System (SNES) ya en el mercado y enfrentando la dura competencia de Sega y su Genesis, Nintendo acudió a Sony para proponer la fabricación de un agregado para la SNES que le permitiera correr juegos almacenados en CD.

El contrato fue firmado en 1988 y Sony se puso a trabajar con Ken Kutaragi, el responsable de haber convencido a Nintendo años antes de incorporar un procesador de sonido de Sony a la SNES, a cargo del proyecto. Sin embargo, hubo un detalle que Nintendo, una compañía enormemente celosa de sus juegos y su propiedad intelectual, sorprendentemente pasó por alto en el momento: el contrato otorgaba a Sony control completo sobre todos y cada uno de los juegos presentados en el formato SNES-CD, nombre tentativo del agregado.

Al mismo tiempo, en Sony se cocía el plan de desarrollar de forma paralela una consola propia, compatible tanto con juegos en cartuchos o cassettes de Super Nintendo como con juegos en el formato SNES-CD.

En un evento ahora recordado como legendario en la comunidad “gamer”, en la edición de 1991 del Consumer Electronic Show (CES), la feria anual de electrónica más importante del mundo, Sony debía anunciar la revolucionaria máquina, denominada “Play Station”.

Sin embargo, había algo con lo que Sony no contaba: con mucho tiempo de anticipación, el entonces presidente de Nintendo, Hiroshi Yamauchi, se percató de los detalles del contrato de 1988, y lo juzgó inaceptable, y ordenó inmediatamente la cancelación de la colaboración para la producción del añadido para la SNES. En la misma CES, el presidente de la rama americana de Nintendo, Howard Lincoln, dejaba boquiabierto no solo al público, sino también a la misma Sony, al anunciar una alianza de Nintendo… con Phillips, con quienes Nintendo había firmado un contrato que daba control total a Nintendo.

Sony jamás fue informada del trato con Phillips ni de que Nintendo ya tenía tiempo planeando romper el trato con ellos.

Luego de considerar congelar el proyecto, Sony finalmente decidió terminar lo que había empezado por su cuenta y lanzar su propia consola. Nintendo respondió con una demanda en una corte federal de los Estados Unidos, alegando una violación de contrato por parte de Sony con el fin de impedir que la misma lanzara al mercado la Play Station, nombre del cual Nintendo era dueño; el juez a cargo del caso dio la razón a Sony, sin embargo, y la compañía siguió adelante con el desarrollo de su máquina.

En 1992, Nintendo y Sony llegaron a un acuerdo: la máquina de Sony aún tendría un puerto para cartuchos de SNES, pero los derechos de los juegos, y una parte mayoritaria de las ganancias de los mismos, pertenecerían a Nintendo. Sin embargo, al año siguiente fue Sony el que cambió de opinión: mirando hacia el futuro en vez de hacia el presente, la compañía japonesa decidió deshacerse del puerto para juegos de SNES para apuntar a una nueva generación, eliminando el espacio entre las palabras del nombre del aparato para resolver el problema de la posesión de Nintendo sobre los derechos. La PlayStation nacía y la guerra estaba declarada.

Sony contaba con una ventaja que probaría ser clave: flexibilidad. El CD ofrecía a los desarrolladores de juegos abrumadoras ventajas que lo hacían mucho más atractivo que los cartuchos de Nintendo y Sega: una mayor capacidad de almacenamiento permitía introducir más datos y, por ende, hacer juegos más complejos, y los CD en sí eran mucho menos costosos y más sencillos de producir que los cartuchos. Por ende, muchos desarrolladores acabaron por optar por el sencillo y mucho más amplio CD, y como ventaja adicional la PlayStation era una plataforma mucho más abierta, y las terceras partes no necesitaban atravesar el tedioso proceso para lograr una licencia que les proveyera de cartuchos autorizados por Nintendo, como había sido el caso con la NES y la SNES, y como seguiría siendo el caso con la Nintendo 64.

La PlayStation llegó al mercado japonés primero, en noviembre de 1994, y en setiembre de 1995 llegaría a América al precio de 299 dólares, acompañada de un saludable catálogo de juegos de lanzamiento que ayudaron a que la consola tuviera un excelente recibimiento de un público maravillado por los gráficos tridimensionales que ofrecía.

Lo que siguió fue un período marcado por el dominio indiscutido del mercado por parte de la PlayStation, favorecida por innovaciones y el apoyo de un gran número de compañías terceras, incluyendo muchas que acabaron lanzando con Sony juegos originalmente pensados para Nintendo, como fue el caso de Squaresoft y su legendario "Final Fantasy VII", considerado uno de los juegos más importantes de la historia de la consola gris.

La PlayStation se impuso a la Saturn de Sega y a su posterior consola, la Dreamcast, al igual que a Nintendo y su más avanzada pero mucho menos rica en juegos Nintendo 64, y se mantuvo en la cima de la industria hasta la llegada de su sucesora, la PlayStation 2, en el año 2000.

En total, cerca de 109 millones de consolas PlayStation se vendieron en todo el mundo, al igual que casi 11 millones de copias de su juego más vendido, el título de carreras "Gran Turismo". En PlayStation nacieron o ganaron notoriedad franquicias de enorme importancia aún en estos días como "Resident Evil", "Silent Hill", "Metal Gear Solid" o la ya mencionada "Gran Turismo".

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