Cargando...
Las luchas feministas son constantemente desmeritadas por gran parte de la sociedad a raíz de la fuerte cultura machista que sigue imperando pese a que ya cada día más hombres y mujeres se unen a la lucha. Sin embargo, pese a muchos avances en materia de derechos, todavía hay muchos motivos por los cuales seguir luchando.
Uno de los principales problemas con los que nos topamos las mujeres es en materia laboral. Casi la mitad de las mujeres en paraguay, un 40.8%, se declara inactiva, es decir, no trabaja. Así también, más de la mitad de ellas, el 59.7% manifestó que no puede trabajar por “motivos familiares” o labores del hogar.
Mientras que solo el 14% de los hombres se declara inactivo y casi la mitad de ellos alegan enfermedad, jubilación o discapacidad. Motivos bastante diferente a los de las mujeres. Eso se debe a que en el hogar es casi siempre la madre la encargada de cuidar a los niños, limpiar, cocinar, cuidar a los abuelos y todas las labores del hogar, lo cual dificulta el ingreso a un trabajo estable y con carga horaria complicada para realizar esas labores.
Estas cifras son peores en el sector rural, donde el 44.3% de las mujeres y el 12.1% de hombres no trabajan. Estos datos fueron recabados por la investigadora Verónica Serafini Geoghegan, para el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), quien se basó en las cifras publicadas por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos del 2017. Esto forma parte de las Notas de Política de Paraguay Debate 2.0.
Muchas mujeres no tienen ingresos propios y las que trabajan ganan mucho menos que los hombres. Casi un tercio de las mujeres de más de 15 años no estudia ni cuenta con ingreso propio, a diferencia de solo el 11.7% del sector masculino. “La cifra que más alarma, que a su vez, es esta síntesis de la falta de autonomía económica , la cantidad de mujeres sin ingresos propios”, expresa al respecto .
Serafini analizó las categorías laborales y se encontró con que el trabajo por cuenta propia, como familiar no remunerado y el empleo doméstico ocupa un 57.1% de las mujeres, cifra que se eleva al 78.3% en el sector rural.
“El trabajo no remunerado de las mujeres en el sector rural es en la agricultura campesina. Eso significa que ese trabajo gratuito subsidia parte de la producción, incluyendo aquella que va a las cadenas productivas”, explica la investigadora en contacto con ABC Digital.
Asimismo, destaca al respecto que en el sector rural, la oferta educativa pública y los factores de exclusión son mayores, por lo tanto los niveles educativos de las mujeres son menores y eso afecta los porcentajes.
“Otro problema es que la demanda de trabajo es menor. Los agronegocios son poco demandantes de trabajo, no hay suficientes industrias y los servicios existentes demandan trabajo muy calificado o nada calificado”, agrega.
Serafini sostiene que, a pesar de la importancia de la mujer en la economía paraguaya y en el bienestar de las familias, de los avances y los deseos que poseen de trabajar, las oportunidades siguen siendo menores a las de los hombres. Las desigualdades relacionadas a la división sexual, discriminación y la falta de políticas públicas que enfrenten estos problemas son las causales.
Las mujeres se enfrentan con un gran problema al momento de ofrecer sus trabajo: la necesidad de armonizar sus roles familiares con los laborales. Siempre son las madres las que tienen mayores responsabilidades en el cuidado del hogar, una medida que sigue siendo impuesta por el machismo reinante en la sociedad.
“Por eso son importantes las políticas de cuidado. La responsabilidad del cuidado debe ser compartida por todos y no solo responsabilidad de la mujer. Los hombres, la comunidad, el Estado. Todos debemos contribuir”, manifiesta.
Esta falta de equilibrio en cuanto a responsabilidades entre el hombre y la mujer y distribución de trabajos en los hogares afectan de sobremanera al sector femenino. La investigadora de la Cadep señala además el hecho de que Paraguay no cuenta con una política de cuidado y acciones por parte del Estado en cuanto a este tema.
Serafini señala que se deben implementar políticas de cuidado en tres ámbitos diferentes. El primero es el tiempo para el cuidado, en ello entran las licencias de maternidad para padres y madres o hijos varones que necesiten cuidar a sus padres cuando lo requieran.
También está la política de dinero para cuidar, se refiere a transferencias en efectivo para contratar servicios, como una transferencia para personas con discapacidad que necesiten el acompañamiento para facilitar su movilidad, una jubilación suficiente que no solo cubra la canasta básica de alimentos, sino otros también bienes y servicios de cuidado.
Además, se debe actuar en el aspecto de Servicios para el cuidado, con guarderías, centros de día para personas mayores donde reciban atención médica y realicen actividades de recreación y centros de cuidado institucionalizado para personas, entre otros.
El Ministerio del Trabajo es el organismo que debe liderar las políticas de empleo. Pero dado que en Paraguay el trabajo agrícola es muy importante, Serafini considera que también el Ministerio de Agricultura debe trabajar, teniendo en cuenta que las mujeres de ese sector son las que más siente la brecha.
Así también los organismos de capacitación como el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) y el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal) deberían adoptar un enfoque de género.
Mientras que el Instituto de Previsión Social deben realizar un trabajo coordinado con el Ministerio del Trabajo, atendiendo a que se estima que la evasión al sistema de seguridad social es de alrededor del 50%, las empleadas domésticas, por ejemplo, son víctimas de ello por no contar con seguro médico y por lo tanto una jubilación.