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Figuras de animales, rostros de personas, planteras, incrustaciones en muebles y joyas, son algunos de los trabajos realizados manualmente por Claudio Benítez con la madera petrificada.
Este material es un fósil de madera convertido en mineral por acciones volcánicas, que se encuentra debajo de la tierra: el agua que ingresó hace millones de años en la madera disolvió los compuestos orgánicos, los cuales fueron sustituidos por minerales, pero este no queda con la forma de una piedra, aunque pese y esté constituida como tal, sino que mantiene la estructura de la madera.
Con este material se realizan diversos diseños a través de la cristalización, su dureza incluso dobla la del mármol. Su nombre científico es xilópalo u ópalo xiloformo, que pertenece al grupo del cuarzo.
En algunos lugares del mundo consideran que este mineral tiene “poderes mágicos” como el de la longevidad, sanación y protección. Algunos creen que son regalos de alguna deidad porque el tiempo que llevan en formarse.
Claudio Benítez explicó que hay una franja volcánica en Paraguay que atraviesa la ciudad de Encarnación, pasa por Yuty, Caazapá, Villarrica, Caaguazú y Curuguaty, que va hacia el norte y llega hasta Brasil. La línea tendría aproximadamente 60 metros de ancho y en cada zona de acuerdo a las condiciones, este mineral tiene tonalidades distintas.
Los colores más comunes son el gris o pardo, pero también se encuentran en tonos violeta, rojo y rosa. Se puede hallar en países como Estados Unidos, Argentina, Brasil, Egipto, Ecuador, Austria y Paraguay.
El artesano relató que para obtener la madera petrificada trabaja con los campesinos dueños de tierra, puesto que para los mismos es una dificultad realizar sus labores en zonas donde se encuentran estas piedras. La dureza de las mismas evita que los labriegos puedan arar la tierra o meter tractores. Entonces, Benítez coordina con ellos, los ayuda en la extracción y lleva el material a su casa.
Ya en su hogar él realiza los diferentes tipos de artesanías de acuerdo también a lo que solicitan los compradores. “A veces hago mesas, butacas, también estoy trabajando con cabuchones para medallas” añadió.
Claudio empezó hace 15 años el negocio de la artesanía con madera petrificada. El aprendizaje lo trajo del país vecino con unos amigos brasileños que le mostraron cómo trabajar con diferentes tipos de piedra. Luego, Benítez investigó bastante si existía dicho material en Paraguay y en dónde encontrarlo. Para su suerte pudo hallar el mineral y hasta hoy día se dedica a moldearlo.
Con relación al tiempo, esculpir un rostro puede tardar como 15 días dependiendo de la complejidad de los detalles.
“En verdad la materia prima no es costosa, en realidad es el trabajo lo que cuesta. Los materiales tienen que ser todo diamantados, el material es durísimo, está en la línea de cuarzo; con cualquier herramienta no se puede trabajar porque es muy duro”, confesó Claudio Benítez.
El artesano contó que hay unos tronquitos con base que tienen un kilo o dos que cuestan entre G. 100.000 y G. 150.000 por dar una idea del precio. Afirmó que a la gente le gusta mucho el material y que actualmente está vendiendo principalmente a las joyerías “para poner las piedras en dijes de plata; eso es lo que se está queriendo mucho”.
“Después hay cosas más caras, figuras más complejas y depende también del tamaño. Porque eso se tarda más para hacer”, señaló.
Su negocio se denomina Petrimad y se encuentra Capiatá. “Yo no soy el único que trabaja con este material; también hay más gente en mi zona que se dedica a esto”, concluyó.