Peluches 100% nacionales

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Almohadas de emojis, peluches coloridos de diferentes animalitos y muñecas son algunos de los productos que fabrica la empresa familiar Kate. Sus realizaciones son 100% nacionales y están llegando a cerca de 50.000 unidades anualmente.

El negocio Kate Creaciones empezó en el 2009 en la ciudad de Yaguarón, cuando se acercaba la fecha de celebración del Día de la Amistad en nuestro país. Rubén Arias, el emprendedor de este negocio, relató que al principio todo fue muy artesanal, pues las almohadas con forma de corazones llevaban letras recortadas manualmente con tijeras.

Son una empresa 100% nacional y ya tienen una cartera de clientes, principalmente en gran Asunción. “Sin mucha estética ni presentación nos lanzamos al mercado y tuvimos éxito, a partir de entonces fuimos elaborando más diseños, agregando luego los peluches ya para diferentes segmentos del mercado”, cuenta Arias.

Hoy día ya ofrecen más de 150 diseños distintos, pensados en producir en cantidad como una fábrica. Considera que uno de los factores influyentes en la aceptación del público fue llenar esos vacíos no explotados por los productos importados, “captando e identificando la idiosincrasia del mercado paraguayo”.

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Actualmente, están llegando a la producción de 50.000 unidades anualmente. Sus picos de ventas son el Día de los Enamorados y el de la Amistad. Ahora tienen un problema que su encargado califica de “positivo”, porque la producción no están dando abasto a las demandas del mercado.

Hoy trabajan en forma directa, aparte de la suya, como cinco familias, lo que suma un total de 16 personas. “En el tema de responsabilidad social empresarial estamos dando trabajo a mujeres que son nuestras principales colaboradoras. En su mayoría son sostén del hogar. Creemos que somos parte importante del ingreso para la comunidad yaguaronina donde tenemos asentada la fábrica”, relata.

Rubén Arias comenta todo lo que debieron atravesar para lograr avanzar con el negocio. Han tenido una infinidad de errores para llegar a la calidad de hoy en día.

Adiestrar un personal nuevo lleva entre 22 y 45 días, lo cual también constituyó un obstáculo, ya que mucha gente abandonó la empresa por falta de adaptación a su proceso de producción.

No es muy sencillo elaborar peluches y almohadas decorativas. Más que conocimiento, “se requiere mucha apertura mental hacia un producto no tradicional, sin escuela donde aprender en el Paraguay”. Además de bastante iniciativa en hacer prueba y error en los prototipos que se deben testar en el mercado.

El tiempo fue enseñando a este emprendedor paraguayo que era necesario innovar constantemente, incorporar tecnología e invertir, “porque un contenedor de productos importados nos puede sorprender y dejar fuera del mercado”. Por eso se han asociado a gremios industriales, proyectos y capacitaciones que van relacionados con la industria de la confección.

Han tenido incluso pérdidas en inversiones equivocadas. “Lo más difícil es acceder a capital operativo para el sector productivo a bajo interés”, añade.

Otra dificultad muy fuerte es la materia prima disponible en volumen de stock: no llega o no les traen a veces la cantidad de telas necesarias para la demanda requerida.

La empresa ganó el concurso de Fortalecimiento de Microempredendores en el 2015, organizado por entidades industriales y empresariales. Tuvieron consultoría, los capacitaron dando énfasis en la debilidades a superar y son socios de la Unión Industrial Paraguaya (UIP). Además ha sido seleccionada en el Concurso CITI microemprendedores 2016 entre los finalista a nivel país.

En primer lugar elaboran los prototipos de diseños, luego los moldes del producto para replicarlo en cantidad. Le sigue el proceso de corte industrial: se preparan las partes del artículo para hacer la costura, terminación y aseo.

Finalmente, se realiza el etiquetado y envase para sacar a la venta. “El proceso es bien complejo, porque requiere cuidar la calidad e higiene para llegar al consumidor con las condiciones que cuida para los niños como ser alérgicos”, añade Rubén Arias.

La finalidad de Rubén es tener posicionada como marca a Kate Creaciones y llegar a exportar al Mercosur. “En verdad es un desafío grande porque encontramos muy poco apoyo para la incorporación de tecnologías de puntas y materias primas. Precisamos del apoyo estatal, por ser una fuente de trabajo para la comunidad”, concluye.