Un hotel peludo y amoroso

No siempre tenemos la opción de que alguien cuide a nuestras mascotas cuando salimos de vacaciones. El Hotel Felino de la doctora María Teresa Bartrina es la perfecta opción que nuestros amigos con bigotes estén bien protegidos mientras estamos afuera.

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Definitivamente, Paraguay lo tiene todo. Incluso, en el rubro veterinario hoy se puede encontrar algo tan innovador como un hotel exclusivo para esos seres de cuatro patas tan indiferentes, que parecen no necesitarnos y que por eso mismo nos enloquecen de ternura: los mininos.

La doctora María Teresa Bartrina, creadora del concepto y dueña del lugar, comienza comentándonos que este mes de diciembre se cumplirán ya dos años de que recibe huéspedes en su propiedad. Ella relata que en un principio los debía colocar en pequeñas jaulitas de internados, ya que no contaba con las habitaciones que tiene hoy.

María comentó que se había percatado de que existen numerosos locales destinados a los perros, pero que no había nada para los “michis”, por lo que decidió comenzar con la construcción de su posada gatuna, ampliándola cada vez más de a poco.

Actualmente, el local cuenta con 16 habitaciones preparadas para gatos de todas las edades. Más allá de esto, la doctora Bartrina tiene una larga carrera como veterinaria, habiéndose graduado hace tres décadas en la UNA, para luego abrir su propio consultorio. En este momento, tanto la veterinaria como el hotel gatuno están en el mismo lugar.

Sobre el inicio de su amor por los gatos, la doctora relata: “Nunca los tuve hasta que abrí mi veterinaria y me empezaron a tirar animales frente a mi local, entre ellos gatitos. Ellos son mascotas ideales, son autolimpiantes, aseados y se entretienen solos”.

Continuando con su historia, la señora Bartrina manifestó que “enseguida me encariñé y empecé a tener gatos también. Cuando me independicé y pude poner mi propia veterinaria aquí seguí trabajando. Ahora van a hacer ocho años que estoy acá; antes alquilaba”.

En cuanto a su formación en la rama veterinaria, la doctora cuenta que consiguió la oportunidad de especializarse en el extranjero en un curso de posgrado gracias a un concurso de fotografía el cual ganó con una imagen de su gatita blanca, hecho que tuvo lugar hace cuatro años.

La especialización tenía un costo de 1.200 dólares en total y la doctora comenta que tuvo que elegir entre dermatología o medicina felina, haciendo finalmente los dos cursos gracias a que pudo obtener un descuento.

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“Realmente estuve contentísima con los resultados, y a partir de ahí me fui inclinando más hacia los felinos”, relata Bartrina. “Hace 22 años se creía que el mercado gatuno no tenía importancia, ni siquiera traían las vacunas para gatos a nuestro país, pero en ese entonces yo ya creía que ellos eran las mascotas del futuro”.

La veterinaria explicó que los gatos requieren poco espacio y que se puede tener a muchos en el mismo lugar, sin conflicto. La castración, a su vez, garantiza que el animal no tenga problemas, ya que evita nacimientos indeseados y enfermedades.

“Una de las razones por las cuales cuando hice el hotel decidí que solo iba a aceptar gatos es porque ellos necesitan de esa tranquilidad de no ser aturdidos por los ladridos de los perritos”, señala Bartrina. “Es un lugar tranquilo, donde el animal se relaja”.

Sobre la infraestructura de las “habitaciones”, la doctora comenta que no son jaulas de metal sino espacios grandes de material revestido y fácil tanto de limpiar como de desinfectar. “En el hotel no se ven los animales entre sí, no hay posibilidad de contacto si es que el dueño no quiere”, agrega.

Un detalle importante de las piezas gatunas del hospedaje es que dentro de cada habitación los huéspedes tienen un mueblecito que les da un espacio superior, ya que a los felinos les gusta trepar.

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La veterinaria cuenta que la idea del hotel simplemente se le ocurrió debido a que tenía espacio y ya había gente que dejaba a sus gatitos durante las fiestas en su local. Este es ideal para la gente que tiene que salir de vacaciones o que no va a pasar las fiestas en su casa y no quiere dejar a sus animalitos solos. Puede encontrar el hotel en Raúl Carmona Nº 947-A entre Teniente Vera y Austria, Asunción.

Sobre los diversos casos que motivan la llegada de huéspedes, Bartrina manifiesta: “Los traen personas que viajan, sobre todo; también hay gatitos que por ejemplo vienen los fines de semana, ya que sus dueños son médicos y entran de guardia”.

La doctora lamenta cierta desinformación instalada a lo largo de los años acerca de males como la toxoplasmosis, normalmente vinculada a los gatos. "Antes era algo muy temido, el solo hecho de tener uno ya significaba que te ibas a enfermar y eso a su vez iba a causar que una no se embarace”.

No obstante, Bartrina señala que incluso los médicos han empezado a dejar en claro que los gatos no son los principales transmisores de la enfermedad y que, de hecho, es mucho más fácil adquirirla comiendo verduras que no estén bien lavadas o carne que no sea bien cocida.

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Sobre su día a día dirigiendo el hospedaje, la veterinaria manifiesta que trabaja sola la mayor parte del tiempo y que solamente durante las cirugías cuenta con una asistente llamada Vero. “Me levanto, doy el desayuno a todos comenzando por mis gatos y termino con los huéspedes, luego limpio y atiendo las consultas de la tarde”.

La llamada terapia neural es un tipo de tratamiento que busca reactivar el sistema llamado neurovegetativo. Para tal efecto, se usan pequeñas inyecciones locales de anestesia en puntos donde el sistema nervioso podría responder.

La doctora Bartrina es pionera en este tipo de tratamientos en gatos en nuestro país, señalando que su principal motivación para probar con esta terapia fue la tendencia que se dejaba ver en los casos compartidos por sus colegas en redes sociales.

“Tengo una colega argentina que la aplicaba, hablé con ella y me capacitó. Hay una función del cuerpo que es autónoma y otra que es voluntaria”, explica la veterinaria. “Hay ciertas cosas que no dependen de tu voluntad, sino de la parte autónoma del organismo, como la digestión, que la hace el propio cuerpo. El sistema autónomo es el que se trata de despertar con la terapia neural, es como un reinicio”. El futuro del hotel.

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La doctora Bartrina nos comenta que aspira a contar con espacios más grandes para su hotel, pero no más que eso. “Trabajo para poder seguir haciendo lo que me gusta hacer: tener el local y atender a mis pacientes. Mi sueño no es tener un centro veterinario con un montón de doctores”, sentenció.

Nuestros compañeritos felinos son sumamente importantes en nuestras vidas. Con solo tenerlos cerca, un día pésimo puede verse arreglado en un instante. Por eso y mucho más, se merecen lo mejor y, en ese sentido, buscarles un lindo lugar para que se entretengan mientras no estamos es fundamental.

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