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En 2010 Sylvester Stallone lanzó la saga Los Indestructibles escribiendo y dirigiendo un filme ultraviolento que apuntaba a hacer homenaje a los filmes de acción más desenfadados de los '80 y los '90, películas como la saga Rambo que le dio gran parte de su éxito al propio Stallone.
La fórmula era simple: juntar a grandes estrellas del cine de acción de ayer y hoy, ponerlas en una versión actual de las historias de grandes batallas de renegados mercenarios contra despiadados dictadores que se popularizaron décadas atrás, añadir copiosas cantidades de explosiones, desmembramientos a base de artillería pesada y duelos de testosterona a puño limpio, y cosechar los frutos de la nostalgia.
Y esos frutos se cosecharon, porque dos años después llegaba una secuela que añadía aún más leyendas del cine de acción, y ahora, otros dos años después, Stallone y compañía vuelven a ponerse los trajes oscuros y a echar mano del arsenal de armas más destructivas posible para una tercera aventura que llega a cines de Paraguay este viernes.
Stallone vuelve a interpretar a Barney Ross, líder de un grupo de mercenarios denominado “Expendables”, dedicado a llevar a cabo misiones secretas por encargo del Gobierno estadounidense. En esta ocasión Ross y sus “Expendables” deberán enfrentarse a Conrad Stonebanks (Mel Gibson), nada menos que el co-fundador, junto a Ross, del grupo mercenario, quien traicionó a su antiguo compañero y se convirtió en un traficante de armas a nivel internacional.
En esta nueva misión cinematográfica, Stallone vuelve a reclutar a sus compañeros de armas de las dos películas anteriores, incluyendo en el elenco a Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Terry Crews, Randy Couture y el infaltable Arnold Schwarzenegger; pero también sumando un grupo de nombres jóvenes como Kellan Lutz (La Leyenda de Hércules), Glen Powell, el boxeador y actor Víctor Ortíz y la luchadora profesional Ronda Rousey.
Pero el filme añade también a la saga una gran cantidad de talento veterano, incluyendo a Wesley Snipes (Blade), Antonio Banderas (La Piel que Habito), Kelsey Grammer (Transformers: La Era de la Extinción) y Harrison Ford (El Juego de Ender).
Esa nómina es lo que quedó de meses de especulaciones y rumores que apuntaban a la inención de los realizadores de incluir en el elenco a figuras como Steven Seagal, Nicolas Cage, Clint Eastwood, Jackie Chan y Milla Jovovich, entre otros.
Aunque Stallone dirigió el primer filme, decidió no volver a la silla del director para las secuelas, delegando el trabajo en la película anterior a Simon West y seleccionando como director de esta tercera parte al cineasta australiano Patrick Hughes. Stallone, sin embargo, escribió también el guión de esta nueva secuela.
El rodaje de la pelícua tuvo lugar entre agosto y octubre de 2013, y no estuvo libre de incidentes propios de una producción tan repleta de arriesgadas escenas de acción. Jason Statham protagonizó un serio accidente durante una sesión de filmación en Bulgaria, cuando el camión que conducía perdió los frenos y se desplomó a las aguas del mar Negro; el actor salió ileso del percance.
El filme tiene una diferencia importante con respecto a los otros dos: su calificación PG-13 (permitida para menores de 13 años acompañados de adultos), a diferencia de las otras dos, cuyo alto contenido de violencia cruda les valió la calificación R, no apta para menores de 17 años. Para lograr la calificación PG-13, la película fue editada para disminuir el contenido de violencia gráfica.
La película se estrenó en Estados Unidos el pasado viernes, y lleva recaudados hasta ahora unos 40 millones de dólares, una cifra muy inferior a lo que se tenía previsto para la película. Se estima que parte de la causa de esto es el hecho de que una versión con calidad de DVD de la película se filtró en Internet tres semanas antes.