Asunción delira con Maroon 5

Adam Levine y sus compañeros dieron un concierto lleno de energía ante más de 20.000 personas en el Jockey Club de la capital paraguaya.

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En la noche del sábado y madrugada del domingo se celebró la segunda fecha del festival Asunción Pop, con presentación de la popular banda estadounidense Maroon 5. El pasado 23 de agosto, los ingleses de Keane iniciaron el festival con un concierto de excelente factura que puso el listón muy alto para los californianos.

El si Maroon 5 dio un mejor concierto o no queda a juicio de quienes pudieron asistir a ambos recitales inéditos, ya que la obvia diferencia de estilos musicales de las dos agrupaciones convierte en dudosa cualquier comparación. Aunque, por momentos, pudo notarse cierta resistencia entre la conexión de los californianos con el público asunceno, lo innegable es que Maroon 5 también dio un muy buen concierto que no será olvidado por sus fans, quienes acudieron en miles al hipódromo asunceno y fueron recibidos con un espectáculo vistoso y cargado de hits mundiales de la banda que se corearon sin cesar.

El grupo paraguayo Vitaset y el cantante de padre dominicano y madre puertorriqueña Javier Colón –quien acompañó a Maroon 5 en su gira tras haber ganado un concurso televisivo de canto en el que Adam Levine, vocalista de la banda, era juez– se encargaron de amenizar la larga espera por la salida al escenario de los miembros de la banda proveniente de Los Ángeles.

Finalmente, cuando ya eran las 23:00 y el Jockey Club tenía a fácilmente más de 20.000 personas colmando el campo, Adam Levine, James Valentine (guitarra), Matt Flynn (batería) y Sam Farrar (bajista de la banda Phantom Planet, reemplazando a Mickey Madden) saltaron al escenario y, sin mayores preámbulos y para el absoluto delirio de la multitudinaria audiencia –mayormente femenina–, comenzaron a interpretar su hit más grande de la actualidad, el recién lanzado “Payphone”, primer single del disco “Overexposed” (“Sobreexpuesto”) que la banda promociona en esta gira cuya etapa sudamericana termina en Asunción.

Con el público en el bolsillo tras comenzar el show acertadamente con uno de sus éxitos mundiales, Levine y compañía hicieron un brevísimo “cover” del clásico de Michael Jackson “Don't stop till you get enough”, dando inicio a uno de sus éxitos clásicos, “Makes me wonder”, mientras la lumínica, decididamente discreta en la primera canción, mostraba –literalmente– sus verdaderos colores con un vistoso espectáculo de luces.

Levine demostraba así una correctísima performance vocal, interactuando con su público de todas maneras posibles: señalando a sus fans, alzando las manos o jugando a seducir a sus chicas, lo cual –como se puede notar– le da buenos resultados.

El show siguió tomando un rumbo mucho más rockero con “Lucky Strike” –también desde su nuevo álbum “Overexposed”– con un gran protagonismo de la guitarra eléctrica de Valentine. Tras esta canción, Levine, quien ya había saludado en varias ocasiones al público, se tomó una pausa para agradecer a Javier Colón por su actuación y exclamar en referencia al público: “¡Miren toda esta gente!”.

Bajando revoluciones del rock hacia una deliciosa mezcla de pop con funk y jazz siguió “Sunday Morning”, en la cual Levine continuó dejando perfectamente claro que tiene una voz prodigiosa, jugando de forma impresionante con los cambios de registro dentro del tono generalmente agudo de su voz. En referencia a la actuación del frontman de Keane, Tom Chaplin, habíamos escrito que el inglés era uno de esos no muy numerosos intérpretes cuyas voces suenan casi exactamente igual en vivo que en discos de estudio, y si hubiera un club para esa clase de artistas, Adam Levine sería inevitablemente un miembro destacado.

Levine, una vez más, entablaba un juego con su público femenino, que respondía con agudos gritos cada vez que el vocalista movía la cintura.

El grupo siguió jugando con los géneros, desatando su sonido más rockero a dos guitarras –con Levine en las cuerdas junto a Valentine, digno de un duelo– con un pop clásico de radio en “If I Never See Your Face Again”, seguido de una especie de matrimonio entre el pop y el R&B en “Wipe Your Eyes”. Con su marcada fuerza interpretativa y la guitarra al frente, Levine seguía derrochando carisma.

El público, relativamente callado durante las últimas canciones, volvió a la vida coreando con la rítmica balada “Won't Go Home Without You” –siempre acompañada por gritos femeninos–, tras lo cual el cantante se volvió a tomar un tiempo para hablar con su público, diciendo que se trataba de su primera vez en el país y que desde que llegaron todo el mundo ha sido “tremendamente amable” con ellos y que se sentían “bendecidos por estar tan lejos de casa” y aún así ser “tan queridos”.

Los coros del público continuaron con fuerza en “Harder to Breathe” –con elementos eléctricos– y uno de los hits clásicos de la banda, “Wake Up Call” –donde no faltaron solos de guitarra– y la extremadamente bailable –y ciertamente bailada– “One More Night”, con aires de reggae. El vocalista volvía a interactuar con cada sector del Jockey.

La locura se intensificó entre la platea con “Hands All Over” –con un muy movedizo Levine haciendo delirar a las fans, hasta el punto de terminar de rodillas, casi postrado a su público–, y que creció aún más cuando una bola de disco sobre el escenario puso un toque retro a la noche mientras sonaba “Misery”, una canción que no se hubiera hallado fuera de lugar en una disco décadas atrás. Levine, así, paseaba por el escenario con una bandera paraguaya que luego ataría al soporte de su micrófono como símbolo de alianza con sus fans locales.

Luego llegó el momento de que cada uno de los integrantes de la banda tuvieran un tiempo para lucirse con respectivos solos entre los cuales Valentine se llevó al público con un impresionante solo de guitarra que culminó con un malabar con el instrumento –incluso tirándose al suelo– que, según comentó el propio guitarrista en Twitter luego del show, le costó un labio hinchado al golpearse con la misma.

El público sencillamente explotó tras la interpretación del primer gran éxito del grupo, “This Love”, esa canción grabada originalmente en 2002 pero que los puso en el mapa musical mundial en 2004 y que fue coreada con desmesurada pasión en casi cada palabra.

Luego de este climático momento –cerrado con un peculiar pero potente solo de guitarra de Levine–, los artistas abandonaron el escenario por un par de minutos, para luego regresar y volver a tocar la fibra rockera de los miles de fans allí presentes con un cover del éxito mundial de The White Stripes, “Seven Nation Army” cantado por Valentine, mientras Levine reemplazaba a Flynn en la batería.

“¿Dónde están las chicas esta noche?”, preguntó Levine a continuación, recibiendo una lógicamente atronadora respuesta; a estas fans el cantante dedicó la siguiente canción, que resultó ser nada menos que otros de los hits mundiales históricos de la banda “She Will Be Loved” con Levine, Valentine y Javier Colon en guitarras acústicas y el público delirando, mientras arrancaba suspiros.

La fuerza del público siguió en aumento con el cover de la canción de Gym Class Heroes “Stereo Hearts” –en cuya versión original colaboró Levine– y la reciente canción “Daylight”, que Levine dijo considerar su “canción personal favorita” del más nuevo disco de la banda, lanzado este año.

“¿Quieren que nos quedemos? ¿Quieren seguir festejando con nosotros?”, arengó Levine, antes de volver a poner a bailar a todo el mundo con una versión del tema de The Human League “Don't You Want Me”, que se transformó a media canción en una versión de “SexyBack”, del intérprete pop Justin Timberlake.

El show llegó a su final con la canción que no podía faltar, y la que probablemente arrancó los coros más fuertes de la noche, el extremadamente bailable “Moves Like Jagger”, que terminó con una triunfal lluvia de champaña sobre los artistas y parte del público, que celebraba –al fin– su primera noche juntos.

Así, hacia las 00:45 de este domingo, culminaba bajo fuegos artificiales el primer concierto de Maroon 5 en Paraguay. Una fiesta de estribillos, colores y el mejor pop del norte, más que nunca “sobreexpuesto”.

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