Bajo la dirección del maestro Luis Szarán, la gala presentará un repertorio que incluye obras de renombrados autores franceses como “Ondine”, de la suite para piano “Gaspard de la Nuit”, de Maurice Ravel, en un homenaje especial por el 150° aniversario de su nacimiento; el Concierto para piano y orquesta Nº 2 en sol menor, de Camille Saint-Saëns; “La Arlesiana. Suite Nro. 1” de Georges Bizet; “El último sueño de la Virgen”, de Jules Massenet y “Carnaval Romano”, de Héctor Berlioz.
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Protagonista de esta gala será Nima Sarkechik, nacido en Francia de padres iraníes. Su identidad musical, forjada entre una herencia milenaria y la libertad contemporánea, se caracteriza por ser abierta, tejida de encuentros y mestizajes.
Su destacada carrera lo ha llevado a los escenarios más prestigiosos en todos los rincones del mundo, desde Washington a Cantón y de Tel Aviv a Buenos Aires, pasando por las estepas de Asia Central.
Más allá de su habilidad musical, Nima es un artista en el sentido más amplio de la palabra, una cualidad evidente desde el momento en que llegó a la redacción de ABC con su títere Paulette. Esta simpática compañera es una herramienta clave en su trabajo con las infancias, creando vínculos significativos y acercando el arte a los más pequeños.

La magia del reencuentro con las obras y el arte francés
Al ser consultado sobre su relación con Paraguay, Sarkechik relató que su primera visita fue “hace dos años”, gracias a la red de Alianzas Francesas, lo que le abrió “algunas puertas” para descubrir el país y vincularse con su ámbito artístico. Destacó su interés no solo en el público, sino también en “la fuente artística que puede existir a través de la relación humana”. Profundizó que para él, esta experiencia es “un compartir, mucho más que solamente un intercambio”.
Sobre la preparación del concierto, Sarkechik indicó que la elección del repertorio surge de un proceso colaborativo. “Me proponen varias opciones, y al final hemos decidido juntos porque queríamos que fuera un concierto dedicado al repertorio francés”, señaló. Agregó que la oportunidad de tocar el Segundo Concierto de Saint-Saëns en Paraguay también se vincula con presentaciones que realizará en Argentina.
Revisitar obras que ya ha interpretado es una experiencia particular para el pianista. “Siempre hay algo extraño, un poco raro, porque uno se olvida un poquito, digamos, si no el texto mismo de las notas, la coreografía, porque es una coreografía”, reflexionó. Pero Nima se maravilla con la universalidad del gesto musical: “Todos los pianistas del mundo... van a tocar esta misma pieza con los mismos gestos. Eso me fascina, me fascina realmente”.
Esta uniformidad, paradójicamente, es donde reside la singularidad de cada interpretación. “De ahí viene la personalidad específica de una interpretación. Y por ahí se siente por el cuerpo, se siente también por la relación con el teclado, cómo suena una sala”, opinó, enfatizando la importancia de “recibir y aceptar las propuestas del momento presente”, lo que convierte cada presentación en “muy emocionante”.

El viaje evocador de Ravel y la conexión humana
En el concierto, Sarkechik interpretará una pieza con la orquesta y una pieza solo. Esta última será un homenaje a Ravel por sus 150 años, con la pieza “Ondina” de “Gaspard de la Nuit”.
El pianista destacó la magia inherente a la obra de Ravel, capaz de pintar no solo imágenes, sino también emociones. Explicó que “Ondina” se inspiró en Aloysius Bertrand, un poeta del siglo XIX, y narra la historia de alguien que, soñando a través de la lluvia, imagina una ondina (un espíritu femenino del agua, similar a una ninfa) en un lago y se enamora de ella. “Toda esta historia se está contando también a través de la música y podemos leer el poema, escuchar la música y coincide perfectamente, párrafo por párrafo. Es increíble eso”, afirmó, describiéndolo como “un real viaje en sí”.
Una de las fascinaciones del concertista radica en la capacidad del arte para unir a las personas. “Cómo cada personalidad en una sala de concierto, en el público, tiene su historia... Y a pesar de esto, estamos compartiendo a través de una sola fuente emocional. Eso reúne, enlaza a la gente”, manifestó. Para él, este es “el objetivo final de este momento, un compartir precioso, e invito a cada uno a venir y compartir con nosotros”.

Arte en tiempos oscuros: un salvavidas para la humanidad
Profundizando en el papel del arte en el contexto actual, Sarkechik compartió su percepción de que la humanidad atraviesa “uno de los momentos más oscuros”. Atribuyó esta sensación, en parte, a la globalización y a la facilidad con la que la información circula, generando una “fascinación por el dolor, por lo negro, por el sufrimiento, y a los medios les encanta eso”. Aunque reconoce la necesidad de informarse, criticó la instrumentalización del sufrimiento, calificándola de “inmoral”.
Sarkechik se refirió también a la situación en Irán, que le llega de cerca por su familia, describiendo un escenario donde el gobierno retoma el control “a través del mecanismo del terror”. Sin embargo, también resaltó un cambio positivo: “Desde ese evento con Mahsa Amini, se volvió una movilización nacional e internacional... hizo que al final el gobierno no tenga otra opción sino la de dejar a las mujeres sin el pañuelo. Ahora, el 90% de las mujeres no lo visten más. Es una evolución grandísima”.
A pesar de la esperanza, el artista expresó su preocupación por la desinformación que “hace pasar a los iraníes como locos, como violentos”, lo que ha llevado que una niña de 11 años le tuviera miedo por ser de origen iraní. “Tengo confianza en la humanidad, en la vida”, dijo con una sonrisa.
En medio de la desesperanza global, Nima Sarkechik considera el arte como un refugio y un catalizador para la conexión. “Quizás a través de la tristeza general nos podemos enlazar”, sugirió. Para el pianista, el arte ofrece un “salvavidas” al crear un espacio “donde el conflicto no existe, no tiene ningún sentido”.

La discapacidad como virtud y la belleza de lo desconocido
Sarkechik compartió su experiencia trabajando con la discapacidad en Francia y el mundo, particularmente con enfermos de Parkinson. En este ámbito, el arte ofrece una perspectiva liberadora: “La discapacidad se vuelve una virtud artística”. Opinó que este enfoque “sería un camino para que uno se pueda aceptar a sí mismo”, extendiendo el concepto a las “discapacidades” no diagnosticadas, como la timidez extrema.
Asimismo, el artista resaltó la importancia de la diversidad cultural y el respeto por las fronteras culturales en la formación de las nuevas generaciones. Recordó una frase del escritor de viajes Nicolas Bouvier: “Al no saber a dónde estamos yendo, es una buena razón para irse sonriendo”. Para Nima, es fundamental “sentirse como en paz con lo desconocido, como si fuera un camino para que nos haga feliz”.
El artista concluyó enfatizando que la fuente más valiosa de crecimiento es la relación humana. “No se puede crecer sino por la relación humana”, afirmó, aludiendo a la esencia social del ser humano y el “reconocimiento de su propia individualidad, que hace que a través de la relación con los demás recibimos nuestra propia forma de ser a través del otro”.
De esta manera, la Gala Sinfónica de Francia promete ser no solo un deleite musical, sino una invitación a la reflexión sobre el poder transformador del arte y la conexión humana en un mundo complejo.